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Apuntes sobre la Arqueología Prehistórica, Apuntes de Arqueología

Apuntes de Arqueología sobre la Arqueología Prehistórica: Técnicas de Investigación, Yacimientos, definición y tipos, Mapas topográficos, Fotografía aérea, La toponimia de la zona, las descripciones escritas.

Tipo: Apuntes

2013/2014

Subido el 04/02/2014

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4.5

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¡Descarga Apuntes sobre la Arqueología Prehistórica y más Apuntes en PDF de Arqueología solo en Docsity! TEMA 02 LA ARQUEOLOGÍA PREHISTÓRICA: TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN I 1.− INTRODUCCIÓN 2.− LOS DATOS ARQUEOLÓGICOS 2.1− Yacimientos, definición y tipos 3.− LOCALIZACIÓN DE LOS DATOS: PROSPECCIONES 3.1.− Definicón 3.2.− Indicios previos 3.2.1.− Mapas topográficos 3.2.2.− Fotografía aérea 3.2.3.− La toponimia de la zona 3.2.4.− las descripciones escritas 3.3.− Tipos de prospecciones 3.4.− Prospecciones geofísicas y geoquímicas 3.4.1.− Eléctricas 3.4.2.− Magnéticas 3.4.3.− Electromagnéticas 3.4.4.− Análisis de fosfatos 4.− RECUPERACIÓN DE LOS DATOS: EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA 4.1.− Definición 4.2.− Sistemas de excavación 4.2.1.− Wheeler o de cuadrículas 4.2.2.− Sistema ðabiertoð o método Barker 4.2.3.− Van Grieffen o de cuadrantes 1 4.3.− Técnicas de excavación. Niveles naturales o artifiales 5.− EL REGISTRO DE LOS DATOS ARQUEOLÓGICOS 5.1.− Diario de excavación 5.2.− Inventario de materiales 5.3.− Dibujos 5.4.− Fotografías 5.5.− Informática 6.− ARQUEOLOGÍA SUBACUÁTICA 1.− INTRODUCCIÓN Tratado de lo antiguo. Este es el significado etimológico del término Arqueología. De ello podemos deducir que las interpretaciones sobre el contenido y límites de ésta, el sentido exacto de lo que definimos como Arqueología han sido, y aún lo son, objeto de discusión. Esta polémica se agudiza con el intento de delimitar y diferenciar claramente lo que consideramos Arqueología y Prehistoria. Desde la opinión de que ambos son sinónimos, hasta aquella que los considera dos disciplinas diferentes, podemos resumir en cuatro las definiciones más generalizadas: 1.− La Arqueología es una ciencia auxiliar de la Historia, incluyendo en ésta la Prehistoria como una etapa concreta de la mísma. En este caso, mientras que para la Historia sería una fuente más, en el caso de la Prehistoria sería la única. 2.− La Prehistoria no debe ser considerada como un ciencia, sino como una especialización cronológica de la Arqueología. La problemática de la Prehistoria es la misma que la de la Historia y carece de métodos propios, usando lo de la Arqueología. 3.− La Prehistoria y la Arqueología son simplemente fases distintas de un proceso de investigación. Mientras que la segunda se ocuparía del trabajo de campo, la primera se dedicaría a la interpretación de los resultados de éste. 4.− La Arqueología y la Prehistoria son dos disciplinas independientes con el mismo objetivo, pero con finalidades diferentes y perspectivas distintas. Analizan un mismo objeto, pero mientras que la Prehistoria es una ciencia que establece las categorías histórico−culturales, la Arqueología tendría como campo de acción el registro arqueológico. Estas dos últimas propuestas son prácticamente equiparables, pero varía el matiz de considerarlas dentro de un proceso investigador único, o bien como disciplinas independientes. Sin embargo, debemos entender la Arqueología Prehistórica en el sentido de reconstrucción del pasado prehistórico a base de unos medios de recuperación, análisis e interpretación de los restos materiales. 2 Sin embargo, debido a que este es un método lento, se recurre en ocasiones a las prospecciones de muestreo, realizadas en un área amplia. Lo más frecuente es un muestreo sistemático, realizado a intervalos regulares, en zonas denominadas transects, alargadas y estrechas, y un segundo muestreo aleatoria de cuadrículas simples. La intensidad de la prospección varía según el detalle con el que se desee explorar la superficie del área elegida. Localizado ya el yacimiento, hay que describirlo de la manera más completa y detallada posible, recopilando el máximo de información, comenzando por su localización, croquis topográfico, el sistema o sistemas de acceso, el estado en que se encuentra, los restos superficiales y todas aquellos datos del yacimiento en sí mismos que podamos observar. También es fundamental la descripción den entorno: geología, relieve, clima, tipos de suelo, fauna, vegetación, visibilidad, vías cercanas de comunicación, etc. En ocasiones, se realiza un muestreo bajo tierra con el fin de tratar de delimitar la posibilidad de áreas diferenciadas, tanto funcional como cronológicamente, dentro del yacimiento. Se trata de sondeos para intentar complementar los datos obtenidos de la observación superficial. Hasta mediados del siglo XX, se utilizaban barras de metal o barrenas, que se introducían en el subsuelo a explorar, con el fin de observar si tocaban estructuras o cuerpos sólidos enterrados. Posteriormente, se mejoró la técnica, introduciendo en el terreno un tubo con una minicámara que permitía ðverð lo enterrado. Evidentemente, alteraban el posible yacimiento. 3.4.− Prospecciones geofísicas y geoquímicas Además de estas prospecciones sobre el terreno, tenemos otros métodos para examinar algunos aspectos del subsuelo sin excavar y que no son destructivos. Fundamentalmente son de dos tipos: las que denominamos prospecciones geofísicas y la geoquímicas. Las primeras se basa, generalmente hablando, en intruducir energía eléctica en el subsuelo y medir sus alteraciones y la intensidad del campo magnético terrestre. Las prospecciones geofísicas se basan en trés métodos diferentes: 1ð− Resistividad eléctrica del subsuelo. 2ð− El campo magnético terrestre o Arqueomagnetismo 3ð− Una combinación de ambas. 3.4.1− La prospección geofísica basada en la conductividad eléctrica de la tierra y en el hecho de que algunos materiales ofrecen mayor resistencia que otros, consiste en medir estas posibles alteraciones de la curva. El grado de conductividad de la corteza terrestre varía y por ello es posible detectar irregularidades en la estructura del subsuelo. El problema que plantea es el de que dichas alteraciones pueden reflejar objetos enterrados, pero no siempre éstos serán arqueológicos. Por ello, es un método válido para lugares que son yacimientos arqueológicos seguros. El procedimiento es bastante simple: se introducen en el suelo cuatro electrodos a los que se acopla un contador de resistividad y se hace pasar por ellos una corriente eléctrica. Hay que añadir que, a mayor humedad del suelo, menor es la resistencia que presta a la corriente eléctrica, lo que es importante para detectar zonas con residuos orgánicos abundantes, por ejemplo. 3.4.2.− La medición de las variaciones locales del campo magnético terrestre o Arqueomagnetismo es la base de las prospecciones así denominadas. El arqueomagnetismo de un material es el conjunto de propiedades magnéticas de ese material, resultante de una transformación física que ha actuado en el pasado, fijando en los 5 materiales considerados los parámetros del campo magnético del lugar donde se encuentran, en el instante de su transformación. Como el campo magnético terrestre ha evolucionado en el transcurso de milenios en inclinaciones y declinaciones, se puede datar un material arqueomagnéticamente si no ha cambiado de sitio y si se conocen del lugar de aparición las curvas de variación del campo magnético o lo largo del tiempo. Esta transformación hace intervenir al calor, por ello el Arqueomagnetismo también es conocido con el nombre de Termorremanencia, manifestándose en tierras quemadas y rocas volcánicas (óxido de hierro), y también en hoyos y zanjas, estructuras que producen distorsiones del campo magnético terrestre, pero no en este caso por su contenido en hierro, sino porque la susceptibilidad magnética de su contenido es mayor que la del subsuelo circundante. Dichas variaciones pueden ser consecuencia, además, de la existencia de estructuras enterradas que, o fueron calentadas en su momento (cerámicas, hornos, hogares...), o bien alteradas y removidas. Los aparatos utilizados son los llamados magnetómetros, que pueden ser de protones o de flujo, y los gradiómetros e, incluso, los detectores de metales. El magnetómetro es un simple sensor, rodeado de una bobina eléctrica, y conectado por un cable a un cuadro electrónico. Es muy fácil de usar, pero hay que tener en cuenta que le afectan interferencias producidas por líneas de alta tensión y vías férreas. El gradiómetro registra las diferencias de intensidad magnética en superficies de un metro, y su ventaja es que realiza lecturas continuas. 3.4.3.− Por último, la combinación de ambos métodos es lo que se conoce como prospección electromagnética. Su dificultad radica en que solamente detecta 1,5 metros de profundidad. El detector electromagnético fue ideado por los militares para descubrir las minas y es capz de detectar todo objeto magnético, no solamente metálico, sino también objetos cerámicos, tejas, ladrillos, piedras ferruginosas, etc. 3.4.4.− Por su parte, entre las prospecciones geoquímicas hay que citar el análisis de fosfatos, que sirve para localizar yacimientos en donde carecemos de restos superficiales y también para detectar, dentro de un yacimiento, diferentes áreas de actividad. Se basa en el ciclo del fósforo, similar al del carbono, que se produce entre el suelo, las plantas y los animales, y que mantiene constante este elemento en el subsuelo. Las actividades humanas rompen esa constancia, por ejemplo, incrementando la proporción de fosfatos en lugares con residuos orgánicos, ya que, aunque los componentes orgánicos de los yacimientos de ocupación desparecen con los años, si pueden analizarse los inorgánicos como magnesio y calcio, pero sobre todo los fosfatos, que son más fáciles de identificar y cuya concentración está claramente relacionada con la posible existencia de antiguos asentamientos. Todavía hay otro sistema de prospección al que ya hemos hecho referencia: la fotografía aérea. Fueron los ingleses los iniciadores de este método, a partir de la primera guerra mundial. Permite comprender la estructura geográfica de una región, pues nada desaparece sin dejar huella. Así, cualquier alteración de subsuelo proporciona unas señales que no siempre son visibles desde el terreno, porque carecemos de perspectiva, pero sí lo son para la fotografía aérea. Diferentes señales pueden producir los restos sepultados, además de la información puramente geográfica, o de accidentes geográficos que también son de interés: señales de vegetación, del subsuelo, y sombras provocadas por la luz rasante. El crecimiento diferencial de la vegetación en una misma zona, el distinto grado de porosidad de los suelos y los escombros, son las señales que nos ofrecen los dos primeros casos. Las avanzadísimas técnicas de fotografía y también el uso de ésta, hacen que este método sea en la actualidad casi imprescindible para el estudio de cualquier región, siendo un auxiliar fundamental en Arqueología. Cada vez en mayor medida, la prospección sistemática va sustituyendo al azar en los descubrimientos de 6 yacimientos arqueológicos, siendo además un método de estudio previo y, en ocasiones paralelo, a la excavación. 4.− RECUPERACIÓN DE LOS DATOS: EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA 4.1.− En síntesis, podemos definir la excavación arqueológica como el medio que nos permite descubrir y poner a la vista aquellos restos enterrados en los yacimientos arqueológicos. Es el primero, aunque no el único, de los medios de arqueología y, sin ella, difícilmente podríamos reconstruir ese pasado del que no tenemos otras fuentes. De ahí que la consecución de una técnica rigurosa y los más exacta posible sean una constante entre los arqueólogos, constituyendo también la Historia y el objeto del perfeccionamiento gradual de la Arqueología. Desgraciadamente, la excavación es un método destructivo y solamente se hace una vez. Por ello, la excavación ideal sería aquella que nos permitiera reconstruir en el laboratorio el yacimiento tal y como estaba antes de excavado. También, por esta causa, se han planteado muchas polémicas sobre la conveniencia o no de excavar, conservando los yacimientos para el futuro. El hecho evidente de que se produzca una destrucción, ha llevado a algunos investigadores a la idea de que solamente deben hacerse excavaciones de urgencia, preservando, en lugar de excavando, los yacimientos arqueológicos. Hay posturas menos radicales que sugieren que se debe excavar, pero teniendo en cuenta algunas consideraciones tales como excavar yacimientos de un tipo abundante, que tengan datos de interés, etc. Pero el problema básico es que muchas veces esta información sólo se obtiene excavando. Los investigadores americanos proponen excavar aquellos lugares que sirvan para contrastar hipótesis, o bien para llenar un vacío en la investigación, o buscar modelos explicativos de determinados grupos humanos. Si bien en cierto que ha habido tendencias y modas que han llevado a excavar repetidamente un tipo concreto de yacimiento, esto va ocurriendo cada vez menos, al haber este intento de racionalizar las verdaderas necesidades de la investigación arqueológica. Tradicionalmente, solía considerarse al trabajo de campo casi exclusivamente en función de la excavación de yacimientos individuales. Sin embargo, en la actualidad, aunque los yacimientos y su excavación siguen siendo de la mayor importancia, el enfoque se ha ampliado para incluir paisajes completos y la prospección superficial de yacimientos como complemento o, incluso, sustitución de la excavación. Actualmente se usan, además, y debido en buena medida a los avances técnicos de que disponemos, todo tipo de análisis no destructivos para obtener la mayor parte de los datos posibles sin excavar: análisis de restos superficiales y su relación con el subsuelo, análisis geofísicos, de fosfatos, etc., así como las excavaciones localizadas o de sondeo. A pesar de la importancia cada vez mayor de la prospección, de la exactitud de las técnicas de teledetección, de la fiabilidad de los datos superficiales y de ver en realidad qué es lo que queda de un yacimiento, el único método para comprobar todo ello es la excavación. La excavación mantiene su papel protagonista en el trabajo de campo porque proporciona la evidencia más fiable para los dos tipos de información que en mayor medida interesan a los arqueológos: las actividades humanas en un determinado período del pasado y los cambios experimentadas por esas actividades de una época a otra. Requisito previo para cualquier labor de excavación es obtener un permiso de la correspondiente Comunidad Autónoma en el que se especificará en dónde y cuándo se puede excavar y también a qué Museo hemos de enviar los materiales encontrados. 4.2.− Ya sobre el terreno, se decide la estrategia o modus operandi, teniendo en cuenta las condiciones del 7 materiales e, incluso, la topografía. 5.2.− Lo mismo ocurre con el inventario de materiales, previamente lavados, que deben incluir los datos de identificación o signatura: nombre del yacimiento (generalmente en abreviatura), año de la campaña, coordenadas, número de orden que lo identifica y contexto que, en general, figura en una nota aparte. La descripción de los objetos inventariados, una vez lavados, rotulados y dibujados, completa este registro de datos. 5.3.− El dibujo y las fotografías, tanto de niveles y estructuras como de objetos, son una parte importante del registro de datos. El primero, el dibujo, pude ser indirecto: se sirve de instrumentos ópticos, y directo: se sirve de medidas tomadas por el sistema de triangulación. Normalmente, uno y otro se combinan, el indirecto para el encuadramiento general y el directo para la documentación de detalle. Se ocupa de los diferentes planos, planimetrías y secciones, se realiza en papel milimetrado, con escalas diferentes según los datos concretos a reflejar. Lo más usual es la escala 1:20, aunque también se usa el 1:10 e incluso el 1:5 para detalles. Levantar un plano consiste en registrar el aspecto horizontal del yacimiento, ya sea en conjunto o detalle. En ellos se representan las plantas de los diferentes niveles con sus estructuras y objetos. Los dibujos de alzados y secciones recogen el aspecto vertical del yacimiento y los restos en él conservados, en otras palabra, la estatigrafía del yacimiento, reflejada en los testigos del mismo. Los diferentes materiales y tipos de tierra se representan por medio de signos convencionales. Hay que establecer un sistema de referencia para tomar las medidas, definiendo los puntos en el espacio por medio de coordenadas. Por lo que se refiere a las medidas verticales, se escoge un punto fijo, fuera del yacimiento generalmente, y se le considera la cota cero. A partir de ahí, se mide con un nivel óptico y una mira. 5.4.− La fotografía de estructuras y materiales es un buen complemento del dibujo y es imprescindible recordar algunos preceptos básicos como son el uso del trípode, la medición de la luz en el punto exacto del objeto a fotografiar, y la documentaciónnn de la mísma con una escala gráfica y una pizarra o etiqueta con los datos de indentificación y localización. Es más exacta y detallada que el dibujo, pero disminuye la capacidad de observación. Lo ideal es complementar ambos tipos de información. Todos ellos servirán de base para el estudio posterior del yacimiento, basado en el análisis exhaustivo y la interpretación de estos datos. 5.5.− En la actualidad es ya muy frecuente utilizar un ordenador en la excavación para la documentación escrita: fichas, así como para la elaboración de gráficos, imágenes,etc., y archivo de éstas. La información sobre la excavación y sus materiales se publica, reservando para el archivo un parte de la misma. Los materiales, además del dibujo y la fotografía, deben de ser restaurados, al igual que las estructuras, cuando ello es posible. Este sería el trabajo de laboratorio, complementario del trabajo de campo. 6.− LA ARQUEOLOGÍA SUBACUÁTICA La Arqueología subacuática se desarrolla con la excavación científica de los pecios submarinos. Desde el punto de vista prehistórico, resulta de gran interés, ya que la subida de los niveles marinos y lacustres del Holoceno originó que numerosos yacimientos prehistóricos estén actualmente sumergidos: pueblo palafíticos de las laderas de lagos, pueblos neolíticos de las costas del mar; grutas paleolíticas o embarcaciones hundidas. En interés excepcional de estos yacimientos es la buena conservación, consecuencia del hecho de la inmersión, de materiales orgánicos, tales como madera, cestería, cortezas, etc. 10 La Arqueología subacuática ha desarrollado sus propias técnicas: penetrador de lodos, magnetómetros de protones, detectores magnéticos y electromagnéticos, fotogrametría subacuática, televisión y vídeo subacuático, etc. Si bien las técnicas de trabajo bajo el agua pueden diferir de las que se utilizan en tierra, no sucede lo mismo con el método de trabajo, ya que el método arqueológico es igual en tierra firme o bajo el agua. La dificultad y el coste que supone aplicar estos nuevos avances tecnológicos pone límite, desgraciadamente, a su práctica regular en Prehistoria y requieren instrumentos y aparatos, incluso personal especializado. De todos modos, en necesario señalar que se está poniendo a prueba en nuestros días, cuando ello es posible, aislar los yacimientos en campanas herméticas y practicar las excavaciones como si fueran terrestres. Pero indudablemente, los avances técnicos de los últimos años, algunos de los cuales hemos citado, así como los equipos autónomos de buceo e, incluso, submarinos miniatura, han hecho incrementar el número y mejora de las condiciones de las excavaciones subacuáticas. 12 11
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