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El Perú y los Desafíos del Desarrollo en el Siglo XXI, Summaries of History

Este documento analiza los desafíos que enfrenta el perú en su camino hacia el desarrollo en el siglo xxi. Aborda temas como la crisis económica de la década de 1980, el gobierno de fujimori, la corrupción, el narcotráfico y la emigración de peruanos al extranjero. Destaca la importancia de construir un estado moderno y articulado con la sociedad civil para lograr un crecimiento competitivo en el contexto de la globalización. El documento resalta la necesidad de generar empleos productivos y dignos, así como de aprovechar los recursos naturales y las oportunidades tecnológicas que ofrece el mundo. Se plantea un escenario abierto para el perú, donde puede construir una historia de realizaciones fructíferas o continuar por el sendero de promesas incumplidas y derrotas sin batallas.

Typology: Summaries

2023/2024

Uploaded on 08/05/2024

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Los próximos años son para nosotros un escenario abierto, ya sea para construir una historia vigorosa de realizaciones fructíferas para todos o para continuar por el mismo sendero de promesas incumplidas, delitos sin culpables, derrotas sin batallas y lamentaciones sin muros. Pero para el mundo, los próximos años sí son un escenario pleno de innovaciones en todos los campos del conocimiento y de la actividad humana. El dinamismo expansivo y concentrador de las grandes empresas corporativas las induce a asociarse, penetrar y competir en todos los mercados de los cinco continentes. Por eso son transnacionales. Sin embargo, al pertenecer y ser parte importante de algún Estado nación, esas empresas potencian sus capacidades competitivas utilizando el poder político, tecnológico, económico, financiero y militar de tal Estado. Los intereses de estos Estados corporativos configuran la manera como se globalizan los mercados y los términos con los que se acuerdan los Tratados de Libre Comercio (TLC), en el afán de expandir y consolidar sus áreas de influencia. Los nuevos conocimientos y las aplicaciones tecnológicas que se producen en los países desarrollados llegan como tsunamis a nuestro Bueno, como ustedes sabrán el Perú es un país mega diverso que cuenta con una amplia variedad de recursos naturales tanto bióticos como abióticos, que en el pasado, hemos tenido la oportunidad de aprovechar estos recursos, como esa vez de la era del guano y del salitre, un período de bonanza económica qué se vio envuelta por lo que se conoce como una 'prosperidad falaz’. “FALAZ” Por que a pesar del notable crecimiento económico experimentado, esta aparente prosperidad no se tradujo en un desarrollo sostenible a largo plazo para nuestra nación. Esto debió en gran medida al manejo inadecuado por parte de las autoridades y empresarios de aquel entonces. Lamentablemente, esta situación no es ajena a la realidad actual. A pesar de contar con abundantes recursos, beneficios y contar con la disponibilidad a acceder a nuevas tecnologías e innovaciones qué el mundo nos ofrece, no somos capaces de hacer un cambio

espacio económico por una gran diversidad de medios y de agentes sociales a través de los cuales nos vinculamos con el resto del mundo. El hecho es que la clase política permanece indolente y evasiva para encarar las reformas concretas que podrían remover los cimientos de nuestras instituciones. Si bien sus miembros son muy elocuentes en sus diagnósticos y críticas al sistema, a la hora de aprobar las reformas sustantivas sacan el cuerpo y evitan o desnaturalizan su aplicación. No quieren informar a la opinión pública sobre los costos y los beneficios que implican esas decisiones, ni persuadirla sobre la necesidad de contribuir con recursos para financiar esas reformas y liderar su implementación. Por otro lado, nuestra población sigue aumentando y se integra aceleradamente al mundo. La sociedad peruana accede masivamente a los medios de comunicación y se articula a través de una amplia red de relaciones comerciales, laborales, educativas, familiares y, recientemente, mediante la explosión de las comunicaciones interpersonales por Internet. Estas oleadas tecnológicas vienen como nuevos patrones de consumo y estilos de vida, nuevos productos y servicios, nuevos estándares de calidad, nuevas maneras de ver y hacer las cosas y nuevas formas de organizarse. Todo ello afecta a los hogares, al vecindario, a los centros de trabajo y a todos los espacios de la vida social. Somos observadores pasivos de lo que se descubre e inventa en el mundo y nos quedamos asombrados con las innovaciones tecnológicas en informática, biotecnología, comunicaciones y medios de transporte, entre otras maravillas, y utilizamos complacidos lo que nos venden las multinacionales. Pero no estamos institucionalmente atentos ni organizados para realizar cambios sustantivos y sostenidos para adoptar y adaptar estas innovaciones a nuestra realidad. Peor aún, no estamos dispuestos a impulsar nuestra propia actividad de investigación para aprovechar la extraordinaria originalidad de nuestros recursos. Más bien, entre irritados y desalentados, comprobamos día a día la precariedad y el atraso de nuestras escuelas, la congestión del tránsito, la basura no recolectada, las enfermedades alérgicas, la inseguridad en las ciudades y en las carreteras, la inoperancia de la administración de justicia, entre otras muchas deficiencias de nuestra organización social. Claro que se observan “islas de modernidad” en algunos sectores de la sociedad, pero son actitudes y conductas individuales y parceladas.

Ciertamente, la gente está más informada y atenta a lo que ocurre en el mundo y a lo que este ofrece y quiere en tiempo. Si queremos sintonizar y utilizar lo que se nos ofrece, los peruanos no tenemos otra alternativa que emprender un gran salto cualitativo para modernizar nuestras instituciones. No se trata de estabilizarnos y crecer como una economía del tercer mundo, sino de crecer en función de lo que nosotros definamos como desarrollo y de participar en la globalización de acuerdo con ese modelo de desarrollo. Es fundamental, por lo tanto, construir un Estado moderno articulado con la sociedad civil, para colocarnos competitivamente en el siglo XXI. Porque el mundo está rotando a varias revoluciones por minuto y entonces exaspera comprobar la apatía e ineptitud con la que se vienen procesando las reformas del poder judicial, de las fuerzas armadas y del sistema educativo, lo mismo que la descentralización del Estado y la modernización y ampliación de los servicios públicos y de la infraestructura vial, para citar algunas de las prioridades del Acuerdo Nacional. Pero no se puede diseñar el futuro si no reconocemos los hechos más importantes que han sucedido durante las últimas décadas y que han agudizado y profundizado las distorsiones de la economía y de la sociedad peruanas.

  1. EL SUBEMPLEO DE MÁS DEL 66% DE TRABAJADORES El escenario importante donde deberíamos focalizar nuestra atención es la trayectoria del empleo productivo. Ello se muestra en el gráfico de la derecha. Allí se observa que desde 1980 la PEA adecuadamente empleada solo ha sido una fracción del total de trabajadores. En los primeros personas adecuadamente empleadas eran la mitad del total de trabajadores y en los últimos años de la década de 1990 lo era solo una tercera parte. La acumulación sucesiva de los jóvenes mayores de 15 años que no han podido trabajar en puestos productivos y que no han podido dar sentido a sus vidas ha originado oleadas de jóvenes frustrados, con profundos resentimientos y comportamientos viscerales y violentos en contra del país oficial y de la clase política que lo gobierna. Ellos responden a intereses concretos e inmediatos y actúan de manera desorganizada y agresiva. Lo asombroso, sin embargo, es el comportamiento de la gran mayoría de jóvenes trabajadores que, de manera tesonera y silenciosa, se esfuerzan todos los días para conquistar un mínimo espacio urbano y alcanzar un ingreso para satisfacer lo básico para ellos y sus familias. La verdadera movilización popular es la que se

comprueba todos los días desde las cinco de la mañana, cuando la masa de trabajadores concurre a sus centros de trabajo a realizar sus actividades productivas. De no ser así, simplemente no habría sistema social y económico. Según una reciente información del diario El Comercio, de octubre del 2012, en el 2001 aproximadamente 10 de cada 100 trabajadores (entre salariados y no salariados, tenían un empleo decente, según el informe “El trabajo decente en el Perú: una mirada al 2011”, elaborado por el ex ministro de Trabajo Julio Gamero. Este hecho nos muestra que el aumento del empleo decente durante la primera decada del siglo XXI transcurre por la trayectoria punteada del gráfico. Ello implicará una mayor presión social como la comentada anteriormente.

  1. SENDERO LUMINOSO Es un movimiento político criminal y cruel que pretendió controlar el Estado intimidando a la población y aterrorizándola con la dinamita y las ejecuciones selectivas para imponer un proyecto de sociedad demencial y mesiánico, en el que primaría su verdad bajo su estricto comando. Ocasionó 70.000 muertos, de los cuales el 80% fueron jóvenes menores de 24 años. La Comisión de la Verdad y Reconciliación, en un extraordinario documento, da fe de ello. Sendero Luminoso provocó, además, la militarización del territorio peruano e impuso la violencia como instrumento político para imponer sus ideas. Con ello llevó a que casi dos terceras partes del territorio del país estuvieran bajo el control político de las Fuerzas Armadas, lo cual fue decidido por los gobiernos democráticos para derrotar a este grupo subversivo y restablecer el orden.
  2. LA CRISIS ECONÓMICA DE LA DECADA DE 1980 La expresión más traumática de esta crisis fue la hiperinflación, que alcanzó el récord histórico de 7.650% en el año 1990. En ese momento simplemente se pulverizó el valor de la moneda nacional, se arruinó la economía de los hogares, se descalabraron las finanzas públicas y se demolió la confianza en los partidos políticos tradicionales que gobernaron el país. La otra cara de la moneda de este proceso fue la recesión, ya que la actividad productiva se contrajo precisamente por la drástica reducción del ingreso real de los trabajadores debido a la hiperinflación. El PBI tuvo tasas negativas durante los últimos tres años de la década de

1980, el nivel de las remuneraciones se contrajo en dos tercios desde 1980 a 1990, y la proporción de trabajadores subempleados se incrementó de 51% a 73% durante ese período.

  1. EL GOBIERNO DE FUJIMORI 2008 2009 2010 2011 FUENTE: MEMORIA, DEL BANCO CENTRAL DE RESERVA En un escenario de violencia e inseguridad en las calles, expresión social de la crisis económica, emergió un clamor generalizado que exigía orden en la sociedad y en la economía. En la contienda electoral de abril de 1990 la mayoría de la población apostó por que se pusiera orden desde y con un Estado fuerte, y no por las fuerzas del mercado. Salió elegido un desconocido candidato, el señor Alberto Fujimori, caudillo de una tienda política de reciente creación, el cual derrotó a un ilustre y reconocido escritor, el señor Mario Vargas Llosa. Los partidos políticos que gobernaron durante la década de 1980 habían perdido credibilidad y una amplia mayoría del electorado apostó por un outsider. Al inicio de su gobierno, Fujimori adoptó medidas económicas draconianas para superar la crisis financiera y, luego, con el control y apoyo de las Fuerzas Armadas, derrotó militarmente a Sendero Luminoso. Estos éxitos iniciales le aseguraron la base electoral para ser reelecto en primera vuelta en 1995, derrotando nada menos que a otro ilustre ciudadano y gran estadista, Javier Pérez de Cuéllar. Pero en el camino, Fujimori desnaturalizó su proyecto y lo transformó en un gobierno de cúpula, con una ambición paranoica de poder y un voraz apetito por el dinero. Todo ello terminó corrompiendo a las instituciones del Estado y de la sociedad civil. En la actualidad, Vladimiro Montesinos, cogobernante en la sombra, está en la cárcel, al igual que muchos miembros de esa cúpula y también el ex presidente Fujimori. Se estima que durante la administración de Fujimori se perdió una suma aproximada de 1.640 millones de dólares a causa de la corrupción de su gobierno (según el Informe final de la Comisión Investigadora de los Casos de Corrupción del Congreso, Diario Gestión, 24 de septiembre de 2004). A propósito, el costo para construir 20.000 kilómetros de carreteras rurales es de 450 millones de dólares, es decir que con el monto perdido por la corrupción se pudo haber integrado a los pueblos del Perú con una red de carreteras de primer nivel y también se pudo haber mejorado el sistema educativo. Por otro lado, el monto estimado de la venta de las empresas públicas durante la década de 1990 fue del orden de 9.600 millones de dólares y, a la fecha, no se conoce a cabalidad el destino que se dio a esos recursos públicos.

Es evidente, pues, que eliminando la corrupción y mejorando sustantivamente la calidad y efectividad de nuestras instituciones, el país tendría los recursos para lograr su desarrollo.

  1. OTRAS DEFORMACIONES POR EL MAL CRECIMIENTO El narcotráfico, la criminalidad urbana, la emigración de 3 millones de peruanos al extranjero y la mencionada expansión de la informalidad, tales son las consecuencias de la falta de empleos productivos con una remuneración adecuada. Hay respuestas aberrantes, como las dos primeras, pero felizmente son la minoría de jóvenes quienes optan por ellas. La gran mayoría se esfuerza en actividades informales, como independientes, en trabajos sacrificados discretos, inestables y de bajos ingresos, en la apuesta por salir adelante con su familia en una actividad decorosa. El narcotráfico alcanzó magnitudes gravitantes en la economía en la década de 1980. Se llegó a cultivar aproximadamente 200. hectáreas con coca y se estima que los ingresos de divisas por este concepto superaron los 1.000 millones de dólares. Este monto era significativo porque el total de las exportaciones formales en ese momento estaba en el orden de los 4.000 millones de dólares. Es un hecho que en los años siguientes se ha reducido la superficie cultivada de coca –hasta 60.000 hectáreas– así como el impacto del narcotráfico en la economía nacional. Lo importante, sin embargo, es la persistencia de esta actividad ilícita y su asociación con grupos criminales y columnas terroristas durante las últimas tres décadas. Más grave aún es la compenetración de estas mafias con las instituciones del Estado y con los miembros de las cúpulas oficiales y su asociación con algunas empresas vinculadas con el tráfico de drogas. Es evidente que instituciones como la policía, el poder judicial, aduanas, algunas autoridades regionales y líderes cocaleros son atemorizados y, en algunos casos, comprados por el poder económico de estas mafias. ¡Qué mejor ejemplo que el de Montesinos, conductor principal del gobierno de Fujimori, al que se le imputa haber sido cómplice de este negocio! La principal motivación para salir del país es la falta de empleo y una percepción pesimista sobre las perspectivas futuras de la economía. En un informe especial sobre los migrantes, “¿Hay futuro lejos de casa?”, la revista Somos (del Diario El Comercio) publicó cifras proporcionadas por el Ministerio de Relaciones

Exteriores a diciembre del 2002, en las cuales se dan a conocer hechos muy preocupantes sobre este proceso. El informe señala que el 10% de la población peruana es migrante y que a medida que la crisis se agrava esa tendencia va en aumento. Aproximadamente la mitad de los migrantes reside en los Estados Unidos; además, el 72% de quienes salieron en el 2002 tenía entre 15 y 49 años y el 70% remite regularmente dinero a su familia. Recordemos una cita anterior, en la que se estimaba que el monto de las remesas que se enviaron al Perú era del orden de los 1. millones de dólares. Se podría considerar que estos emigrantes son una pérdida de capital humano para el país, pero en la medida en que mantienen vivos y activos los vínculos con sus familiares y están atentos y comprometidos con lo que ocurre en el Perú, son un capital valioso. Además ellos aumentan y distribuyen sus ingresos, mejoran sus capacidades, internacionalizan su visión de la vida, comunican lo que ocurre en el mundo, irradian la cultura peruana y constituyen un mercado de consumo interesante para nuestras exporta