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RESUMEN SOBRE LA DINÁMICA DE TRANSFERENCIA - FREUD, Resúmenes de Psicoanálisis

Freud aquí añade algunas puntualizaciones sobre la transferencia a fin de que se comprenda como ella se produce necesariamente en una cura psicoanalítica y alcanza su consabido papel durante el tratamiento.

Tipo: Resúmenes

2020/2021

Subido el 03/03/2021

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SOBRE LA DINÁMICA DE TRANSFERENCIA (1912):

Freud aquí añade algunas puntualizaciones sobre la transferencia a fin de que se comprenda como ella se produce necesariamente en una cura psicoanalítica y alcanza su consabido papel durante el tratamiento. Todo ser humano, por efecto conjugado de sus disposiciones innatas y de los influjos que recibe de su infancia, adquiere una especificidad determinada para el ejercicio de su vida amorosa, o sea, para las condiciones de amor que establecerá y las pulsiones que satisfará, así como para las metas que habrá de fijarse. Esto da por resultado, un clisé que se repite en la trayectoria de la vida. Solo un sector de esas mociones determinantes de la vida amorosa ha recorrido el pleno desarrollo psíquico, ese sector está vuelto hacia la realidad objetiva, disponible para la personalidad consciente, y constituye una pieza de esta última. Otra parte de esas mociones libidinosas han sido demoradas en el desarrollo, solo tuvieron permitido desplegarse en la fantasía. Y si la necesidad de amor de alguien no está satisfecha de manera exhaustiva por la realidad, se verá precisado a volcarse con unas representaciones – expectativa libidinosas hacia cada nueva persona que aparezca. Es entonces de todo normal que la investidura libídine al aprontada en la expectativa de alguien que está parcialmente insatisfecho se vuelva hacia el médico. De acuerdo con esta premisa, esa investidura se anudará a uno de los clichés preexistentes en la persona en cuestión, insertará al médico en una de las series psíquicas que el paciente ha formado hasta ese momento. Lo particular de la transferencia sobre el médico es que no solo las representaciones – expectativa conscientes han producido esa transferencia sino también los inconscientes. Dos puntos que poseen especial interés para el psicoanálisis es que en primer lugar, no comprendemos que la transferencia resulte tanto más intensa en personas neuróticas bajo análisis que en otras, no analizadas. Y en segundo lugar sigue constituyendo un enigma porque en el análisis la transferencia no sale al paso como la más fuerte resistencia al tratamiento.

A primera vista, parece una gigantesca desventaja que la transferencia, se muda en el medio más potente de la resistencia. Pero si se lo contempla más de cerca, se remueve al menos el primero de los dos problemas denunciados. No es correcto que durante el psicoanálisis la transferencia se presente más intensa y desenfrenada que fuera de él. En cuanto al segundo problema vale decir: la libido se ha internado por el camino de la regresión y reanima los imagos infantiles. Hasta allí la sigue la cura analítica, que quiere pillarla, volverla de nuevo asequible la conciencia, y por último, ponerla al servicio de la realidad objetiva. Toda vez que la investigación analítica tu tropieza con la libido retirada, no puede menos que estallar un combate, todas las fuerzas que causaron la regresión de la libido se elevan como una resistencia al trabajo. La libido disponible para la personalidad había estado siempre bajo la atracción de los complejos inconscientes y cayó en la regresión por haberse relajado la atracción de la realidad. Para liberarla es preciso ahora cancelar la represión de las pulsiones inconscientes y de sus producciones, represión constituida desde entonces en el interior del individuo. Y el análisis tiene que librar combate con las resistencias de ambas fuentes. La resistencia acompaña todos los procesos del tratamiento, cada acto del paciente, tiene que tomar en cuenta la resistencia, esta se constituye como un compromiso entre las fuerzas cuya meta es la salud y aquellas, ya mencionadas, que la contrarían. Si se persigue un complejo patógeno desde su subrogación en lo conciente (síntoma) hasta su raíz en lo inconsciente, enseguida se entrará en una región donde la resistencia se hace valer. En este punto sobreviene la transferencia. Si algo del material del complejo es apropiado para ser transferido sobre la persona del médico, esta transferencia se produce, da por resultado la ocurrencia inmediata y se anuncia mediante los indicios de una resistencia. Inferimos que la idea transferencia a irrumpido hasta la conciencia a expensas de todas las otras posibilidades de ocurrencia porque presta acatamiento también a la resistencia. Siempre que uno se aproxima a un

positiva, a su vez, se descompone en la de sentimientos amistosos o tiernos que sean susceptibles de conciencia y la de sus prosecución en lo inconsciente. Sobre estas últimas, el análisis de muestra de qué manera regular se remontan a fuentes eróticas, de suerte que se nos impone esta intelección: todos nuestros vínculos de sentimiento, simpatía, amistad, confianza y similares, que valorizamos en la vida, se enlazan genéticamente con la sexualidad y se han desarrollado por debilitamiento de la meta Sexual a partir de unos apetitos puramente sexuales, por más puros y no sensuales que se presenten ellos ante nuestra percepción consciente. En el origen solo tuvimos noticias de objetos sexuales, y el psicoanálisis nos muestra que las personas de nuestra realidad objetiva meramente estimadas o admiradas pueden seguir siendo objetos sexuales para el inconsciente en nosotros. La solución del enigma es, que la transferencia sobre el médico sólo resulta apropiada como resistencia dentro de la cura cuándo es una transferencia negativa, o una positiva de emociones eróticas reprimidas. Cuando nosotros cancelamos la transferencia haciéndole consciente, solo hacemos deshacerse de la persona del médico esos dos componentes del acto de sentimiento, en cuanto al otro componente susceptible de conciencia y no chocante, subsiste y es en el psicoanálisis, el portador del éxito. En esa medida confesamos que los resultados del psicoanálisis se basaron en una sugestión. Quien haya recogido la impresión correcta sobre cómo el analizado es expulsado de sus vínculos objetivos con el médico tan pronto cae bajo el imperio de una vasta resistencia preferencial, como luego se arroga la libertad de descuidar la regla fundamental del psicoanálisis, según la cual uno debe comunicar sin previa crítica todo cuanto se le venga a la mente. En la pesquisa de la libido extraviada en lo consciente, uno ha penetrado en el ámbito de la inconsciente. Y las reacciones que uno tiene hacen salir a la luz muchos caracteres de los procesos inconscientes. Las mociones inconcientes no quieren ser recordadas, Como la cura lo desea, sino que aspiran a reproducirse en consonancia con la atemporalidad y la capacidad de alucinación de lo inconsciente. Al igual que en el sueño, el enfermo atribuye la condición presente y realidad objetiva a los resultados del despertar de sus mociones inconscientes, quiere actuar sus pasiones sin atender a la situación objetiva real. El médico quiere constreñirlo a insertar

esas mociones de sentimiento en la trama del tratamiento y en la de su biografía, subordinarlas al abordaje cognitivo y discernirlas por su valor psíquico. Esta lucha entre médico y paciente, entre intelecto y vida funcional, entre discernir y querer actuar, se desenvuelve casi exclusivamente en torno de los fenómenos transferenciales.