¡Descarga ENSAYOS PARA MATERIAL DE ESTUDIO y más Guías, Proyectos, Investigaciones en PDF de Enfermería comunitaria solo en Docsity! La buena nutrición es vital para el crecimiento y el desarrollo de los niños. La alimentación de las mujeres embarazadas y los niños pequeños debe ser variada y nutritiva. Debe incluir nutrientes fundamentales, como proteínas y ácidos grasos esenciales, que ayudan al crecimiento y aportan energía; vitamina A para defender al organismo contra las enfermedades; yodo para el sano desarrollo del cerebro infantil; y hierro para preservar las funciones mentales y físicas. Los niños que sufren de anemia o desnutrición, y los que se enferman con frecuencia, son más temerosos que los niños saludables. Además, muestran menos interés en jugar, explorar e interactuar con los demás. Estos niños requieren estímulo, atención y cuidados especiales para comer, jugar e interactuar con otras personas y, así́, recuperar la salud. Más de un tercio de las muertes que ocurren todos los años a nivel mundial se atribuyen a la malnutrición y, concretamente, a la desnutrición, que debilita la resistencia del organismo a las enfermedades. Si una mujer embarazada está malnutrida, o si su hijo presenta malnutrición durante los primeros dos años de vida, el crecimiento y el desarrollo físico y mental del niño se retrasarán. Esta situación es irreversible; de hecho, afecta al niño durante el resto de su vida. La malnutrición se produce cuando el organismo no obtiene la cantidad apropiada de energía (calorías), proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas, minerales y demás nutrientes que los órganos y los tejidos necesitan para mantenerse sanos y funcionar correctamente. La desnutrición y la sobrenutrición son formas de malnutrición. En la mayor parte del mundo, la malnutrición se manifiesta en forma de desnutrición. Las principales causas de la desnutrición, especialmente entre los niños y las mujeres, son la pobreza, la falta de alimentos, las enfermedades repetidas, las malas prácticas alimentarias, la falta de cuidados y la higiene deficiente. La desnutrición eleva el riesgo de malnutrición. Este riesgo es mayor durante los primeros dos años de vida y se incrementa cuando la diarrea y otras enfermedades agotan las existencias de proteínas, minerales y otros nutrientes que el organismo requiere para mantenerse saludable. Cuando la familia carece de suficientes alimentos y sus condiciones de vida favorecen la diarrea y otras enfermedades, los niños son los más vulnerables a la malnutrición. Y cuando los niños se enferman, pierden energía y nutrientes con rapidez. Esta situación hace que corran el riesgo de morir más rápidamente que los adultos. La sobrenutrición se manifiesta en sobrepeso y obesidad. Puede provocar diabetes en la infancia, y enfermedades cardiovasculares y otros problemas graves de salud en la edad adulta. Los niños muchas veces consumen grandes cantidades de alimentos altos en energía, pero pobres en otros nutrientes fundamentales; por ejemplo, bebidas azucaradas o alimentos fritos y ricos en almidón. En estos casos, es imperioso mejorar la calidad de la alimentación del niño y motivarlo a hacer más ejercicio y actividad física. Durante las etapas de crecimiento, una alimentación balanceada es fundamental para un desarrollo correcto. Es muy importante que la alimentación aporte las vitaminas, proteínas, carbohidratos y grasas necesarias en cada etapa de la vida Los padres deben conocer las mejores prácticas para la nutrición de los niños y elegir los mejores alimentos para la edad en la que se encuentren. 0 a 6 meses Los expertos en nutrición reconocen la leche materna como el mejor alimento para los bebés. Se recomienda como la única forma de alimento en los primeros 6 meses de vida. Además, proporciona calcio, vitamina E y favorece a la flora intestinal. Durante este periodo la madre transfiere anticuerpos. 6 meses a 2 años Completados los 6 meses de lactancia, se deben comenzar a introducir las legumbres y vegetales en puré. Al llegar a los 8 meses deben agregarse el pescado, pollo, huevos, frutas y lácteos varios para el aporte de vitaminas y minerales. A partir del primer año, los alimentos principales ya deben haber sido incorporados a la dieta. 3 a 6 años Esta etapa es considerada de formación y consolidación. Por lo tanto, es fundamental que los padres eduquen a los niños para que consuman cada grupo de alimentos. Durante este período deben recibir la cantidad correcta de proteínas y carbohidratos. 7 a 12 años En estas edades de suma importancia para el crecimiento y desarrollo, la alimentación requiere de mucha atención. Los niños practican más actividad física y tienen un mayor esfuerzo intelectual. Para conseguir la cantidad de nutrientes necesarios deben comenzar el día con un desayuno completo. El consumo de frutas, verduras, pan, huevo y pescado no puede faltar. Es recomendable no eliminar el azúcar ni los carbohidratos de la dieta de los niños, pues durante la infancia el consumo balanceado de estos alimentos juega un papel importante en el desarrollo de tejidos. El azúcar también le agrega un sabor agradable a las papilas gustativas, por lo que si a los niños no les gusta un alimento, este ingrediente puede ser el mejor amigo de los padres. Los adolescentes, que se encuentran en el periodo de mayor crecimiento en la vida. Una alimentación saludable les permitirá lograr un peso sano, evitar el desarrollo de enfermedades y tener un buen desempeño escolar. Es fundamental que la familia facilite el consumo de alimentos saludables, en las colaciones y preparaciones en la casa, evitando las comidas preparadas fuera del hogar como premio. Las porciones según grupo de alimentos que seguidamente se recomiendan están en función al requerimiento de energía de una persona saludable con un nivel de actividad física ligera y de ámbito urbano. Los adolescentes de 12 a 14 años deben de consumir un total de 2050 Kcal provenientes de los diferentes grupos de alimentos