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PREGUNTAS RESUELTAS. INMUNOLOGÍA PARA EXAMEN, Exámenes de Inmunología

1.- Enumerar los principales mecanismos defensivos externos que presenta el organismo. Solución: Los mecanismos defensivos externos del organismo, constituyen la primera barrera defensiva. Estos mecanismos son inespecíficos, es decir actúan sobre todo tipo de gérmenes, formando barreras mecánicas y químicas que impiden su entrada en el organismo. Los principales mecanismos externos son: La piel recubre externamente el cuerpo; en condiciones normales es impermeable a los microorganismos e impide su entrada dentro del cuerpo. Estos solo pueden entrar cuando se altera mediante heridas, quemaduras, etc. Los gérmenes no suelen sobrevivir mucho tiempo en la piel gracias a las secreciones sebáceas y sudoríparas, que proporcionan un pH ácido no adecuado para estos organismos. La descamación continua también contribuye a eliminar los gérmenes que se puedan instalar en la piel. Las mucosas que revisten las aberturas naturales del organismo (vías respiratorias), gracias a las secreciones de mucus

Tipo: Exámenes

2019/2020

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¡Descarga PREGUNTAS RESUELTAS. INMUNOLOGÍA PARA EXAMEN y más Exámenes en PDF de Inmunología solo en Docsity! PREGUNTAS RESUELTAS. INMUNOLOGÍA PARA EXAMEN  1.- Enumerar los principales mecanismos defensivos externos que presenta el organismo. Solución: Los mecanismos defensivos externos del organismo, constituyen la primera barrera defensiva. Estos mecanismos son inespecíficos, es decir actúan sobre todo tipo de gérmenes, formando barreras mecánicas y químicas que impiden su entrada en el organismo. Los principales mecanismos externos son: La piel recubre externamente el cuerpo; en condiciones normales es impermeable a los microorganismos e impide su entrada dentro del cuerpo. Estos solo pueden entrar cuando se altera mediante heridas, quemaduras, etc. Los gérmenes no suelen sobrevivir mucho tiempo en la piel gracias a las secreciones sebáceas y sudoríparas, que proporcionan un pH ácido no adecuado para estos organismos. La descamación continua también contribuye a eliminar los gérmenes que se puedan instalar en la piel. Las mucosas que revisten las aberturas naturales del organismo (vías respiratorias), gracias a las secreciones de mucus que se producen en ellas, atrapan a los gérmenes impidiendo su entrada en el organismo; estas secreciones, junto con los gérmenes, posteriormente serán expulsadas por diferentes mecanismos: tos, estornudo, movimiento de cilios, etc. Los fluidos secretados en distintas partes del organismo tienen sustancias bactericidas: lisoenzima de las lágrimas, saliva y secreciones nasales o el HCl del jugo gástrico, etc., que actúan contra los gérmenes destruyéndolos e impidiendo su penetración. La flora bacteriana autóctona, que se desarrolla en distintas partes del organismo (intestino, vagina, piel, etc) como comensal o en simbiosis, inhibe el desarrollo de gérmenes patógenos, por liberación de sustancias bactericidas o por competencia por los nutrientes. 2.- Señala las cuatro características que consideres más importantes del sistema inmune. Solución: Las cuatro características más importantes del sistema inmune son: Especificidad. El sistema inmune responde específicamente contra cada tipo de antígeno. Esta respuesta es de dos tipos: celular, la realizan los linfocitos T, y humoral, la llevan a cabo los linfocitos B. Diversidad. Los linfocitos del sistema inmune son capaces de reconocer una gran diversidad de antígenos. Se calcula que el sistema inmune de los mamíferos es capaz de reconocer unos 109 epítopos distintos. Memoria inmunológica. Después del primer contacto con el antígeno, algunos linfocitos B y T, se transforman en células con memoria. Estas pueden perdurar durante un tiempo variable, y guardan el recuerdo molecular del antígeno, lo que permite una inminente e intensa respuesta en el caso de que se produzca una nueva invasión por parte de dicho antígeno. Autotolerancia. El sistema inmune tiene capacidad para diferenciar lo propio de lo extraño, esto le permite atacar y destruir a las sustancias extrañas (gérmenes, toxinas, etc.) que pueden penetrar del exterior, pero no a las moléculas propias, salvo que se produzca alguna alteración como ocurre en las enfermedades autoinmunes. 3.- ¿Qué son los antígenos? Solución: Etimológicamente la palabra antígeno significa que engendra a su contrario. Un antígeno es cualquier sustancia extraña a un organismo que, al ser introducida dentro del mismo, provoca en él una respuesta inmunitaria, estimulando la producción de anticuerpos que reaccionarán específicamente contra dicho antígeno. Los antígenos suelen ser moléculas grandes como las proteínas, ciertos polisacáridos complejos y también algunos heterolípidos. También pueden ser antígenos ciertas moléculas sintéticas. Igualmente hay ciertas moléculas pequeñas que por sí solas no tienen carácter antigénico, pero al unirse a proteínas del organismo donde son introducidas adquieren esta capacidad; a estas moléculas se las llama haptenos. Las moléculas antigénicas pueden estar libres o pueden estar formando parte de ciertas estructuras biológicas: glicocáliz, pared y cápsula bacteriana, cápsida, envoltura vírica, membrana plasmática, etcétera. La capacidad antigénica reside en ciertas partes del antígeno, denominadas determinantes antigénicos, por donde se une al anticuerpo. Estos son pequeños fragmentos de la molécula del antígeno situados en la superficie de este, como, por ejemplo, algunos aminoácidos en una cadena peptídica o algunos monosacáridos en un polisacárido. En la superficie de los antígenos puede haber más de un determinante antigénico; según el número que tengan los antígenos pueden ser: monovalentes, divalentes, trivalentes o polivalentes. 4.- Funciones que desempeñan los diferentes tipos de linfocitos T. Solución: Los linfocitos T maduran en el timo y son los responsables de la respuesta inmune celular. Dentro de ellos se diferencian tres tipos: Linfocitos T colaboradores o auxiliares. Estos son los linfocitos que actúan en primer lugar, reconocen los antígenos que exponen en su membrana los macrófagos y otras células presentadoras de antígeno. Esto provoca que produzcan y liberen una gran cantidad de linfocinas que producen tres efectos: Promueven la proliferación y diferenciación de los linfocitos T citotóxicos. Activan a los macrófagos de la sangre aumentando su poder fagocítico. Activan a los linfocitos B para que liberen anticuerpos. Linfocitos T citotóxicos o citolíticos. Reconocen y atacan a las células extrañas portadoras del antígeno y también a las células propias que hayan sido infectadas por virus u otros microorganismos y que contengan dicho antígeno. Tienen la capacidad de unirse a las células diana y perforan con enzimas hidrolíticos sus membranas, provocando la muerte de la célula con lo que frenan la infección. También se fijan a células cancerosas y a células de órganos transplantados, a las que destruyen, ya que no identifican a sus proteínas como propias. Linfocitos T supresores. Se encargan de detener la acción de los linfocitos T colaboradores cuando el antígeno ha sido destruido. 5.- ¿Cómo actúan los complejos CMH-péptido en la respuesta inmune? Solución: Los complejos antigénicos CMH-péptido se presentan en las membranas de las células presentadoras del antígeno (macrófago). Se forman al unirse a las proteínas CMH los péptidos resultantes del procesado del antígeno, que tiene lugar en el interior de estas células presentadoras. Estos complejos CMH-péptidos intervienen regulando la respuesta inmune. Cuando un macrófago presenta en su membrana complejos CMH-péptido, se desplaza a los ganglios linfáticos y allí se activan los linfocitos para producir la respuesta inmunitaria. El proceso ocurre de la siguiente forma. Cuando los linfocitos T colaboradores reconocen los complejos CMH-péptido sobre los macrófagos, se activan y segregan moléculas de interleucina que activan a su vez a los linfocitos B. Una vez activados estos, se dividen, y algunos se transforman en células plasmáticas y otros en células con memoria. Las células plasmáticas liberan grandes cantidades de anticuerpos. Estos circulan por la sangre y se unen a los antígenos complementarios y los neutralizan directamente o facilitan su destrucción por las proteínas del complemento o por las células limpiadoras. La interleucina activa también a los linfocitos T citotóxicos que actúan atacando y destruyendo proteínas propias en la membrana de dichas células, a los linfocitos T y activarlos. El proceso ocurre de la siguiente manera: la célula presentadora del antígeno (macrófago) capta mediante endocitosis al antígeno en su citoplasma; por acción de las enzimas hidrolíticas de los lisosomas, se digieren parcialmente las proteínas antigénicas y se transforman en péptidos más sencillos. Estos péptidos se unen a las proteínas específicas de cada individuo que forman el complejo principal de histocompatibilidad, dando lugar al complejo antigénico CMH-péptido. Este emigrará y quedará expuesto en la membrana para ser reconocido por los receptores antigénicos de los linfocitos T. 12.- ¿Qué es el complemento? Solución: El complemento son una serie de proteínas enzimáticas (alrededor de 30) del tipo de las globulinas, que están presentes en el plasma sanguíneo; inicialmente son inactivas, pero ante la presencia de ciertos factores se activan de forma secuencial, e intervienen con rapidez en la defensa del individuo. Estas proteínas interactúan con otras moléculas del sistema inmunitario en los mecanismos defensivos de inflamación y respuesta humoral. Fueron descubiertas en 1900 por bacteriólogo belga J. Bordet. Se las dio este nombre por la ayuda que prestan a los anticuerpos, ya que complementan y potencian la acción de estos en su lucha contra las infecciones. El sistema de complemento amplifica la respuesta inmunológica frente a los microorganismos patógenos mediante una cascada de enzimas proteolíticos solubles que se van activando secuencialmente. Los componentes del sistema del complemento se sintetizan en su mayoría en el hígado, pero también se pueden formar algunas en otras células: macrófagos, tejidos dañados, etc. 13.- ¿Por qué se produce la fiebre en la respuesta inflamatoria? Solución: La respuesta inflamatoria con frecuencia suele ir acompañada de fiebre, es decir de un aumento de la temperatura corporal. El origen de la fiebre se debe a la presencia de una serie de proteínas que liberan las bacterias; estas actúan sobre los macrófagos y los estimulan para que liberen una sustancia pirógena, la interleuquina 1 (IL-1) que por vía sanguínea será llevada hasta el centro regulador de la temperatura corporal localizado en el hipotálamo, y modifica su función termostática, ajustándola a un valor superior, lo que provoca un aumento de la temperatura corporal. El aumento de la temperatura corporal, es decir, la fiebre, tiene efectos beneficiosos para el organismo frente a los microbios; principalmente tiene dos efectos: Aumenta la actividad de los fagocitos como consecuencia, aumentará su capacidad para destruir gérmenes. Dificulta el desarrollo de las bacterias por dos causas: primera porque, al estar la temperatura por encima de la temperatura óptima de crecimiento, las bacterias crecerán más lentamente, y segunda porque al aumentar la temperatura disminuye la concentración de hierro en sangre, y este elemento es necesario para el crecimiento bacteriano. 14.- Principales componentes del sistema inmune. Solución: En los vertebrados, especialmente en aves y mamíferos, el sistema inmune o inmunitario está perfectamente desarrollado, constituye uno de los sistemas más complejos que presentan los animales. El sistema inmune está formado principalmente por dos componentes: células y moléculas solubles. Células. Estas son las responsables de la respuesta celular. Las células que forman el sistema inmune son principalmente los leucocitos o glóbulos blancos: Estos son de varios tipos y realizan distintas funciones. De todos ellos los más importantes son los linfocitos. Estos se producen en la médula ósea y según donde maduren se diferencian dos tipos: los linfocitos T que maduran y se diferencian en el timo, y los linfocitos B, que maduran y se diferencian en la propia médula. Moléculas solubles. Son las responsables de la respuesta humoral. Estas moléculas son principalmente proteínas globulares que se denominan inmunoglobulinas o anticuerpos. Además pueden existir otras moléculas tales como: linfocinas, complemento, interferón, etc. Estos componentes (linfocitos y anticuerpos) llegan a la mayor parte de los tejidos transportados por la sangre, que abandonan a través de los capilares. Posteriormente retornan de nuevo a la sangre a través del sistema linfático que desemboca en el sistema sanguíneo. 15.- ¿Qué tipo de células se originan a partir de los linfocitos B cuando se activan? Solución: La activación de los linfocitos B ocurre cuando sus anticuerpos de membrana contactan con el antígeno, en este proceso también intervienen los linfocitos T colaboradores. Al activarse los linfocitos B se dividen sucesivamente y dan lugar a dos grupos de células: las células plasmáticas y los linfocitos B con memoria. Las células plasmáticas son células grandes en las que se ha desarrollado mucho el retículo endoplasmático rugoso, ya que se han especializado en sintetizar y liberar al exterior una enorme cantidad de anticuerpos (inmunoglobulinas) específicos contra el antígeno que se unió al linfocito B. Estas células tienen una vida corta de tan solo unos pocos días. Las células con memoria constituyen el segundo grupo de células que se forman cuando se activan los linfocitos B. También producen anticuerpos. Estas células son muy longevas, continúan en circulación durante mucho tiempo, a veces durante toda la vida. Lo más característico de estas células es que guardan un recuerdo molecular del antígeno, y si se produce un segundo contacto con dicho antígeno responden inmediatamente. 16.- Explica cómo se activan los linfocitos B. Solución: La activación de los linfocitos B no solo depende de su exposición a los antígenos complementarios a los anticuerpos que llevan en su superficie, sino también de su interacción con los linfocitos T auxiliares. Los linfocitos B, al igual que los macrófagos, pueden procesar los antígenos y presentarlos en su superficie. Una vez que los anticuerpos que hay en la membrana de un linfocito B inactivo se han unido con el antígeno, algunos de estos antígenos son transferidos a las moléculas CMH de Clase II que hay en la superficie de dichas células B y los exponen. Cuando un linfocito T auxiliar activo se encuentra con una célula B que lleva expuesta en su superficie este antígeno, se une a él mediante receptores específicos. Esta unión provoca que los linfocitos T auxiliares liberen unas proteínas llamadas interleucinas. Estas proteínas actúan estimulando la activación, proliferación y diferenciación de las linfocitos B y también de las células T citotóxicas. Al activarse los linfocitos B se dividen sucesivamente y dan lugar a dos grupos de células: las células plasmáticas y los linfocitos B con memoria. Las células plasmáticas son células de vida corta que sintetizan y liberan al exterior gran cantidad de anticuerpos, para lo que han desarrollado mucho el retículo endoplasmático rugoso. Las células con memoria son células que viven mucho tiempo, a veces toda la vida del organismo al que pertenecen, y guardan un recuerdo molecular del antígeno. a) La lactancia materna es aconsejable durante los primeros meses de vida porque, mediante ella, la madre proporciona inmunidad al bebé hasta que se ponga en funcionamiento su sistema inmunológico. La inmunidad que presentará el bebé será inmunidad natural adquirida de forma pasiva. Esta inmunidad es natural porque se adquiere sin ser provocada, el lactante recibe a través de la leche materna los anticuerpos, y es pasiva porque los anticuerpos son producidos por otro organismo diferente a aquel al que proporcionan inmunidad, su acción es poco duradera porque el individuo inmunizado (bebé) no genera nuevos anticuerpos b) Otro ejemplo de inmunidad natural adquirida de forma pasiva es el que se puede producir por el paso de anticuerpos de la madre al hijo a través de la placenta. Existen varios ejemplos de este tipo de inmunidad; podemos citar el caso de la varicela, que no es padecida por los niños hasta los tres o cuatro años de edad, debido a que nacen con una resistencia natural a la infección que les transmite la madre por vía placentaria. 18.- ¿Cuáles son los principales órganos en los que se concentra el sistema inmune? Solución: Los órganos en los que se localiza el sistema inmune son aquellos en los que se producen maduran y diferencian los linfocitos, puesto que estas células constituyen el principal componente del sistema inmune. A estos órganos se les denomina órganos linfáticos y pueden ser de dos tipos: primarios y secundarios. Órganos linfáticos primarios. Son aquellos en los que maduran los linfocitos. En los mamíferos son la médula ósea y el timo. En las aves aparece también la bolsa de Fabricio. La médula ósea se localiza en el interior del tejido óseo esponjoso, ocupando las cavidades que deja la sustancia ósea intercelular. Este tejido óseo, y por lo tanto la médula ósea, se encuentra en el interior de huesos planos, en los huesos cortos y en las epífisis de los huesos largos. En la médula ósea es donde maduran los linfocitos B. El timo es una glándula situada detrás del esternón, que en el adulto está algo atrofiada. En ella maduran los linfocitos T, por eso se denomina así. Bolsa de Fabricio es una estructura exclusiva de las aves, está relacionada con la cloaca. En ella maduran los linfocitos B. Órganos linfáticos secundarios. Son aquellos en los que los linfocitos interaccionan con los antígenos produciéndose la respuesta inmune. Estos órganos son: los ganglios linfáticos, el bazo, el apéndice, las placas de Peyer, las amígdalas, etc. De todos ellos los más importantes son los dos primeros. Los ganglios linfáticos son órganos que se localizan en el trayecto de los vasos linfáticos, y en ellos confluyen varios vasos linfáticos. Abunda especialmente en axilas, ingles, cuello, etc. Filtran la linfa gracias a la acción de los macrófagos que hay en su interior, y en ellos los linfocitos B y T procedentes de los órganos linfáticos primarios se ponen en contacto con el antígeno, produciéndose la respuesta inmunitaria. El bazo se localiza en la parte superior izquierda del abdomen; en él se filtra la sangre eliminándose células sanguíneas y otras sustancias, e igualmente se ponen en contacto los linfocitos B y T con los antígenos. 19.- ¿A qué se denomina reacción antígeno-anticuerpo? Enumera las más importantes. Solución: Los anticuerpos que producen los linfocitos B como respuesta ante la presencia de un antígeno, reaccionan específicamente con dichos antígenos dando lugar a las denominadas reacciones antígeno-anticuerpo. Mediante estas reacciones, los anticuerpos se unen con los antígenos por medio de enlaces débiles (fuerzas de Van der Waals, enlaces de hidrógeno, fuerzas electrostáticas, hidrofóbicas, etc.) que se establecen entre el determinante antigénico y el paratopo (extremo terminal de las porciones variables de las cadenas H y L) del anticuerpo formándose el complejo antígeno- anticuerpo. Estas reacciones tienen por Los anticuerpos reaccionan específicamente con los antígenos que provocan su aparición para neutralizarlos y destruirlos. Fueron descubiertos en 1890 por Von Behring y S. Kitasato. Están presentes en la sangre, diferentes secreciones (saliva, leche), líquidos tisulares y en la membrana de algunas células como los linfocitos B. Los mamíferos pueden fabricar millones de anticuerpos diferentes debido a que se forman reuniendo segmentos génicos muy separados, que se unen aleatoriamente para expresarse cuando ha terminado la reordenación. Los anticuerpos (Ig), también denominados inmunoglobulinas o gammaglobulinas, son glucoproteínas que tienen un peso molecular elevado y tiene forma de Y. En ellas se diferencian dos partes: la parte proteica y la parte glucídica. Parte proteica: Está constituida por 4 cadenas polipeptídicas: dos largas idénticas, llamadas cadenas pesadas o cadenas H, y dos más cortas también idénticas, llamadas cadenas ligeras o cadenas L. En todas las cadenas, tanto en las H (pesadas) como en las L (ligeras), se diferencian dos regiones: una región constante, cuya secuencia de aminoácidos es característica de cada clase de anticuerpo; y una región variable, cuya secuencia de aminoácidos es característica de cada anticuerpo. Las cadenas se unen entre sí mediante enlaces por puentes disulfuro. Las dos cadenas H se unen entre sí mediante 2 puentes disulfuro, y cada una de las cadenas cortas se unen con una cadena larga mediante un puente disulfuro, adoptanto en conjunto la forma de una Y. Parte glucídica: Son dos moléculas de glúcidos que se unen, cada una de ellas, mediante enlaces covalentes a una de las cadenas H. Su función no está clara. En los anticuerpos se pueden diferenciar tres fragmentos moleculares: Dos fragmentos cortos e iguales, que constituyen los brazos de la Y. Están formados cada uno de ellos por una de las cadenas L y la porción N-terminal de una de las cadenas H. A estos fragmentos se les denomina subunidades Fab. Los extremos de estas subunidades están formados por las regiones variables de las cadenas peptídicas, y por aquí es por donde se unen al antígeno; por consiguiente cada anticuerpo tendrá dos puntos de unión con el antígeno. Un fragmento largo, que constituye el pie de la Y. Este fragmento está formado por los extremos C-terminales de las cadenas H. A este fragmento se le denomina subunidad Fc. Este fragmento es constante en cada clase de anticuerpo. 25.- Principales células que intervienen en la respuesta inmune y papel que desempeñan. Solución: Las principales células que intervienen en la respuesta inmune son: los macrófagos, los linfocitos T y los linfocitos B. Los macrófagos son células grandes que tienen una gran capacidad fagocitaria, son monocitos que han emigrado del torrente sanguíneo a los tejidos. Una de las funciones es la de actuar como células presentadoras del antígeno. Reconocen el antígeno, ya que poseen receptores en la membrana que les permite unirse a ellos e ingerirlos por fagocitosis, en su interior los fragmentan (procesado del antígeno) y posteriormente los sitúan en su membrana (presentación del antígeno). Los macrófagos además segregan una sustancia, la interleuquina 1, que contribuye a la activación de los linfocitos T auxiliares. Los linfocitos T no producen anticuerpos; son los responsables de la inmunidad celular específica, destruyen parásitos, agentes patógenos intracelulares, células extrañas, células infectadas, etc., y colaboran en la respuesta humoral. Se diferencian tres tipos de linfocitos T: Linfocitos T colaboradores o auxiliares. Reconocen los antígenos que presentan los macrófagos y otras células presentadoras del antígeno. Esto hace que produzcan y liberen una gran cantidad de linfocinas que producen tres efectos: * Activan la proliferación y diferenciación de los linfocitos T citotóxicos. * Activan a los macrófagos aumentando su poder fagocítico. * Activan a los linfocitos B para que liberen anticuerpos. Linfocitos T citotóxico. Atacan y destruyen a las células extrañas y a las células propias que hayan sido infectadas por virus u otros microorganismos; también se fijan a células cancerosas y las destruyen, etc. Linfocitos T supresores. Detienen la acción de los linfocitos T colaboradores cuando el antígeno ha sido destruido. Los linfocitos B son los responsables de la inmunidad humoral, puesto que ante la presencia de un antígeno producen anticuerpos. 26.- ¿Qué es el complejo principal de histocompatibilidad? Solución: Al complejo principal de histocompatibilidad también se le denomina complejo mayor de histocompatibilidad y, de forma abreviada, CMH. Esta formado por una serie glucoproteínas transmembrana que están presentes en casi todas las células eucariotas. Estas proteínas son específicas de cada individuo y no hay dos individuos, excepto los gemelos idénticos, que tengan el mismo complejo mayor de histocompatibilidad. Por consiguiente estas moléculas permiten reconocer a las células del propio cuerpo. Las moléculas CMH tienen como función unirse a los péptidos resultantes de la digestión parcial del antígeno, que tiene lugar en las células presentadoras. Una vez unidas a ellos emigran a la superficie de la membrana y presentan estos péptidos a los linfocitos T. La parte proteica de las moléculas que forman este complejo está codificada por un conjunto de genes, denominado complejo mayor de histocompatibilidad. Este complejo consta al menos de 20 genes, que son muy polimorfos, es decir, cada uno de ellos presentan numerosos alelos, por ello el número de combinaciones diferentes posibles es enorme. Se han identificado dos tipos de moléculas CMH, llamadas Clase I y Clase II. El rasgo más característico de su estructura molecular es la presencia de un surco en la superficie exterior. En las de la Clase I es algo más pequeño que en las de la Clase II. Las moléculas Clase I se encuentran en todas las células nucleadas del organismo y son necesarias para el reconocimiento de dichas células por parte de los linfocitos T. Las moléculas Clase II solo están presentes en las células del sistema inmunitario y las identifica como tales. 27.- ¿Qué es la opsonización? Solución: La opsonización es el proceso mediante el cual se fijan a la superficie de los microorganismos y de las partículas antigénicas unas moléculas denominadas opsoninas, con lo cual estos quedan marcados u opsonizados. Las opsoninas más importantes son los anticuerpos y algunos componentes del complemento. La opsonización estimula y favorece la acción de los macrófagos favoreciendo la fagocitosis de microorganismos y partículas antigénicas. Así pueden ser atacadas bacterias patógenas cuya pared resiste a la acción fagocitaria. El proceso consiste básicamente en que los anticuerpos se unen, por las regiones variables de los mismos, a los determinantes antigénicos que se localizan en la superficie de los microorganismos, de modo que estos quedan opsonizados, es decir, recubiertos de anticuerpos (opsoninas). Las regiones constantes de los anticuerpos se unen a receptores de la membrana que poseen los fagocitos (macrófagos y neutrófilos). Esta unión entre los receptores y los anticuerpos facilita la fagocitosis; además estimula la secreción de sustancias por parte de los fagocitos, que contribuyen a destruir al microorganismo opsonizado. 28.- a) ¿Qué relación existe entre el epítopo y el paratopo? b) ¿Qué diferencia hay entre antígeno y determinante antigénico? Solución: a) Se denomina epítopo o determinante antigénico a la región del antígeno por donde este se une al anticuerpo, y que se corresponde con un pequeño fragmento de la molécula antigénica situado en la superficie de esta. Los antígenos pueden presentar en su superficie uno o varios epítopos. Según el número de ellos se denominan: mono, di, tri o polivalentes. Si tienen más de uno, pueden unirse a más de un anticuerpo. Se denomina paratopo a la región del anticuerpo por donde se une al antígeno. Cada anticuerpo tiene dos regiones de este tipo. El epítopo y el paratopo son, por lo tanto, regiones del antígeno y del anticuerpo entre las que hay una configuración espacial complementaria, similar al de una llave y su cerradura, entre estas regiones el antígeno y el anticuerpo se unen mediante enlaces débiles que pueden ser: enlaces de hidrógeno, fuerzas electrostáticas, hidrofóbicas, etc. b) Los antígenos son macromoléculas completas de distintos tipos (proteínas, glucoproteínas, heterolípidos, polisácaridos, etc.) que son extrañas al organismo. Pueden estar libres o formando parte de estructuras biológicas (membranas, paredes, cápsidas, etc). Los determinantes antigénicos son pequeños fragmentos superficiales de las moléculas antigénicas, como por ejemplo algunos aminoácidos en el caso de una proteína. En estas zonas es donde reside la capacidad antigénica del antígeno. En cada antígeno puede haber varios determinantes antigénicos. 29.- ¿En qué consiste el procesado del antígeno? Solución: El procesado del antígeno es el proceso que sufre el antígeno en el interior de sus células presentadoras, y cuya finalidad es preparar a dicho antígeno para presentarlo unido a proteínas propias en la membrana de dichas células, a los linfocitos T y activarlos. El proceso ocurre de la siguiente manera: la célula presentadora del antígeno (macrófago) capta mediante endocitosis al antígeno en su citoplasma; por acción de las enzimas hidrolíticas de los lisosomas, se digieren parcialmente las proteínas antigénicas y se transforman en péptidos más sencillos. Estos péptidos se unen a las proteínas específicas de cada individuo que forman el complejo principal de histocompatibilidad, dando lugar al complejo antigénico CMH-péptido. Este emigrará y quedará expuesto en la membrana para ser reconocido por los receptores antigénicos de los linfocitos T. 30.- ¿Cuáles son las diferencias entre una infección aguda y una infección crónica? Solución: Las diferencias entre las infecciones crónicas y agudas son las siguientes: Infección aguda. El microorganismo se multiplica rápidamente en el interior del huésped. Produce un daño inmediato que puede causar la muerte. El sistema inmunológico localiza, controla y elimina el patógeno. El organismo queda inmunizado frente a nuevas infecciones del mismo patógeno. Infección crónica. El patógeno se multiplica de forma controlada, estableciéndose un equilibrio entre el huésped y el parásito. El sistema inmune no localiza al microorganismo, por lo que no se produce respuesta inmune ni su eliminación. 32.- Define el concepto de enfermedad autoinmune y explica las causas que la originan. Solución: Las enfermedades autoinmunes son aquellas en las que el organismo sufre un desorden inmunitario en el que la respuesta inmune va dirigida contra el propio cuerpo. En estas ocasiones falla el reconocimiento de lo propio frente a lo extraño, reaccionando los lugares donde no es detectado por el sistema inmune, por lo que no se produce ni respuesta inmune ni la eliminación del patógeno. Puede causar la muerte a largo plazo. Es el caso de enfermedades como la malaria o la hepatitis B. 49.- Muchas personas vacunadas contra el virus de la gripe vuelven a sufrir la enfermedad. ¿Podrías explicarlo? Solución: La vacunación se basa en dos características del sistema inmunológico: la especificidad antígeno-anticuerpo y la memoria inmunológica. En la vacunación, mediante la utilización de antígenos atenuados se pretende producir una respuesta inmune primaria a través del reconocimiento específico del antígeno. La respuesta inmune primaria produce pocos anticuerpos y de forma lenta, pero genera memoria inmunológica contra el antígeno. En posteriores contactos con este se producirá una respuesta inmune secundaria, más masiva y rápida que la primaria y, por tanto, no se sufrirá la enfermedad. El hecho de que personas vacunadas contra la gripe vuelvan a sufrir la enfermedad se debe a la alta tasa de mutación de este virus. Los determinantes antigénicos del virus de la gripe mutan con gran facilidad, sin que el cambio afecte a la viabilidad del virus. Estos nuevos antígenos no pueden ser reconocidos por el sistema inmunológico, y el individuo sufre la enfermedad. 50.- ¿Cuál es la base molecular de las enfermedades autoinmunes? Solución: La base molecular de las enfermedades autoinmunes se encuentra en el parecido entre los autoantígenos celulares y los antígenos extraños de algunos microorganismos. Durante la fase de presentación del antígeno a los linfocitos T, este sólo puede reconocerlo cuando se presenta unido a una molécula proteica del sistema de histocompatibilidad (HLA). En situaciones normales, el HLA presenta un fragmento de un péptido del patógeno que es reconocido y atacado por el sistema inmune mediante una respuesta inmunológica. En algunos casos, el antígeno que se presenta junto con la molécula HLA pueden ser semejante a un autoantígeno producido por el propio organismo. El reconocimiento de estas moléculas miméticas desencadena el ataque de los linfocitos T contra los tejidos del propio cuerpo que presentan esos autoantígenos, desencadenando una respuesta autoinmune. 52.- ¿Qué son las inmunodeficiencias? Explica sus tipos, indicando algún ejemplo. Solución: Las inmunodeficiencias son enfermedades graves, a menudo mortales, causadas por defectos en algún componente del sistema inmune. Se dividen en dos grupos: a) Inmunodeficiencias congénitas o primarias. Son anomalías congénitas en los linfocitos B o T, o en ambos, que causan una mayor predisposición a la infección. Se manifiestan por infecciones recurrentes originadas por bacterias encapsuladas, como neumococos, estafilococos o meningococos, que producen desde otitis o sinusitis, hasta meningitis o infecciones generalizadas. Ejemplo: la agammaglobulinemia es una enfermedad genética ligada al cromosoma X que provoca deficiencias en los linfocitos B. Su consecuencia es la ausencia de anticuerpos en la sangre, lo que provoca infecciones crónicas del aparato respiratorio. b) Inmunodeficiencias adquiridas o secundarias. Se desarrollan por la acción de factores externos al individuo como: infecciones en las células del sistema inmunitario, utilización de fármacos inmunosupresores o malnutrición. Ejemplo: el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), que está causado por la infección del virus VIH. Este virus infecta principalmente a los linfocitos T auxiliares y a los macrófagos. La consecuencia de la infección es la disminución del número de células inmunitarias, lo que deja al individuo desprotegido frente a enfermedades producidas por microorganismos oportunistas, que, en condiciones normales, raramente producen infección. Entre estas enfermedades destacan: tuberculosis, neumonía, enfermedades víricas causadas por herpesvirus, toxoplasmosis y algunos cánceres como el sarcoma de Kaposi. 55.- Indica las diferencias entre la inmunización pasiva y la inmunización activa. Solución: En la inmunización pasiva se inyectan anticuerpos específicos (sueros) contra el patógeno causante de la enfermedad. Por tanto, el organismo no participa en la elaboración de los anticuerpos. El efecto de los sueros es inmediato, unas pocas horas, y su duración es de unos pocos meses, mientras los anticuerpos se encuentran en el plasma sanguíneo del individuo. En la inmunización pasiva el individuo no desarrolla una respuesta inmune, por tanto, no genera memoria inmunológica que confiera inmunidad permanente frente a la enfermedad. En la inmunización activa se utilizan vacunas, que son preparados de antígenos atenuados (provocan respuesta inmune pero no producen la enfermedad) que provocan en el organismo una respuesta inmune primaria. La repuesta inmune genera memoria inmunológica frente al antígeno, que produce inmunidad permanente frente a la enfermedad. Las vacunas requieren varios días para producir su efecto. 58.- ¿De qué formas destruye el virus VIH las células del sistema inmune? Solución: La destrucción de las células del sistema inmune por el VIH puede producirse por una acción directa debida a la infección y replicación del virus en el interior celular. Sin embargo, se ha comprobado que la disminución del número de células inmunitarias (sobre todo linfocitos) por acción del VIH puede producirse también de forma indirecta. Entre los mecanismos de destrucción indirecta se encuentran: Anergia. Consiste en la inhibición de los linfocitos T debida a la fijación de glucoproteínas víricas sobre los receptores CD4 de linfocitos no infectados. Estos linfocitos quedan inhibidos funcionalmente y, además, son destruidos por el sistema inmune. Presencia de superantígenos víricos. Los superantígenos son péptidos del VIH que son capaces de unirse a todos los tipos de células T. Esta unión activa indiscriminadamente todos los linfocitos, no realizándose la selección clonal de los específicos para el antígeno. Además, las células marcadas por el superantígeno son más susceptibles a la infección y, en aquellas que estaban infectadas, se facilita la replicación. Apoptosis. La unión de una glucoproteína del VIH al receptor CD4 de los linfocitos no infectados puede producir muerte celular programada o apoptosis. Formación de sincitios. El VIH promueve la unión en una única masa citoplasmática plurinucleada (sincitio) de linfocitos T infectados y sin infectar. Los sincitios no son funcionales y se presentan en la fase de la enfermedad en la que se manifiestan síntomas clínicos. Las investigaciones más recientes señalan la destrucción directa como la causa principal de la muerte de las células inmunitarias y del colapso del sistema. 60.- ¿Cuáles son las diferencias entre una infección aguda y una infección crónica? Solución: Las diferencias entre las infecciones crónicas y agudas son las siguientes: Infección aguda. El microorganismo se multiplica rápidamente en el interior del huésped. Produce un daño inmediato que puede causar la muerte. El sistema inmunológico localiza, controla y elimina el patógeno. El organismo queda inmunizado frente a nuevas infecciones del mismo patógeno. Infección crónica. El patógeno se multiplica de forma controlada, estableciéndose un equilibrio entre el huésped y el parásito. El sistema inmune no localiza al microorganismo, por lo que no se produce respuesta inmune ni su eliminación.  La vacunación es un método de inmunización artificial que proporciona inmunidad permanente frente a la enfermedad. Explica en qué característica de la respuesta inmune se sustenta este hecho. La característica de la respuesta inmunológica en la que se basa la inmunidad proporcionada por las vacunas es la memoria inmunológica. La vacunación es un tipo de inmunidad artificial activa que consiste en introducir preparados antigénicos (gérmenes atenuados, muertos o sus toxinas), para que provoquen una respuesta inmune primaria en el organismo, con la liberación de anticuerpos, pero sin sufrir la enfermedad. Para producir su efecto requieren varios días, y provocan una inmunidad permanente. Al administrar la vacuna se induce una respuesta inmune primaria. En ella, la producción de anticuerpos es lenta y en baja cantidad, con un periodo de decrecimiento rápido. Sin embargo, después del primer contacto con el antígeno atenuado en el organismo quedan linfocitos B y T como células memoria que recuerdan el antígeno. La existencia de la memoria inmunológica tiene como consecuencia que, cuando el organismo entre en contacto con el antígeno, se provoque una respuesta inmune secundaria que permite controlar la infección. En este caso, la producción de anticuerpos es rápida y en grandes cantidades, teniendo además un periodo de decrecimiento lento. El individuo queda permanentemente inmunizado.