¡Descarga Tecnologías de la gestión periodística de la información digital Conceptos básicos y más Apuntes en PDF de Periodismo Online solo en Docsity! TECNOLOGÍAS DE LA GESTIÓN PERIODÍSTICA DE LA INFORMACIÓN DIGITAL. CONCEPTOS BÁSICOS David Parra Valcarce Santiago Martínez Arias David Parra Valcarce Santiago Martínez Arias Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital. Conceptos básicos David Parra Valcarce Santiago Martínez Arias ISBN: 978-84-09-03982-1 Este libro constituye el manual de referencia de la asignatura “Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital”. Como tal, está sujeto a licencia Creative Commons por lo que sus contenidos pueden ser reproducidos, de manera total o parcial y en cualquier formato o soporte, con la única excepción de la existencia de ánimo de lucro. Las publicaciones donde se incluyan textos de este libro corresponderán a ediciones no comerciales y habrán de estar igualmente acogidas a licencia Creative Commons. Harán constar de manera explícita esta licencia y el carácter no venal de la publicación. Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital. Conceptos básicos 5 Tema 10. La aplicación de las tecnologías de realidad aumentada en los procesos productivos de los medios de comunicación 10.1. Concepto 10.2. Evolución diacrónica 10.3. Aplicación a los medios de comunicación en España 10.3.1. Experiencias pioneras 10.3.2. Apps para dispositivos móviles 10.3.3. Presencia en los Labs 10.4. Bibliografía Bibliografía general sobre tecnologías de la gestión periodística de la información digital Sitios web de particular utilidad David Parra Valcarce Santiago Martínez Arias
Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital. Conceptos básicos 7 Introducción La asignatura “Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital” analiza desde una perspectiva teórico-práctica cómo las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones están contribuyendo a la modificación del mercado de la información periodística, influyendo en los profesionales de la información, empresarios y audiencias a partir de la nueva percepción que supone el fenómeno de lo digital. En el plano teórico estudia el proceso de evolución diacrónica de este fenómeno, examinando sus antecedentes, proceso de conformación, puntos fuertes y débiles, así como sus expectativas de futuro a corto, medio y largo plazo. De esta manera, se proporciona un completo conocimiento del conjunto de procedimientos que implica la gestión periodística de la información digital. En el plano práctico suministra las claves para acometer proyectos periodísticos de dicha índole adecuándose a esta nueva realidad, capacitando al alumno para desarrollar su actividad profesional en este ámbito de actuación, tanto en la faceta profesional como en la de investigación, vía el dominio de sus distintas formas expresivas. Este manual surge con la pretensión de analizar y afrontar los diferentes objetivos y competencias propias de esta materia. Entre los primeros se encuentran los referidos a examinar el peso específico de las NTIC en el mercado de la información periodística desde un punto de vista holístico; analizar la evolución del conjunto de procesos que atañen a la gestión periodística de la información digital, así como establecer un escenario prospectivo en el corto, medio y largo plazo; contribuir al conocimiento de las principales fórmulas estratégicas para la puesta en marcha de proyectos periodísticos de información digital a partir de la comprensión integrada de sus distintas formas expresivas; y conseguir que, al final de la asignatura, el alumno domine el conjunto de procedimientos que implica la gestión periodística de la información digital a partir del análisis del proceso de evolución diacrónica de dicha realidad. David Parra Valcarce Santiago Martínez Arias
Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital. Conceptos básicos 11 Tema 1. Fundamentos estratégicos: incidencia de internet sobre la gestión periodística de la información digital 1.1. Infraestructura de comunicaciones (Web 0) En 1957 se crea la Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados (ARPA), un organismo público constituido con el fin principal de contribuir a la potenciación de la investigación aplicada en Estados Unidos y con una indudable vertiente militar. Desde el punto de vista orgánico el ARPA dependía del Departamento de Defensa estadounidense. Es importante poner de relieve que la creación del ARPA no implica en ningún caso a la iniciativa privada ni a actividad empresarial de ninguna clase sino que se enmarca en un contexto de abierto enfrentamiento ideológico entre las dos grandes superpotencias de la época: Estados Unidos y la Unión Soviética. Es en 1969 cuando la puesta en marcha del ARPA comienza a adquirir sentido para este análisis, tras el encargo realizado por el Departamento de Defensa de Estados Unidos. En la fase más avanzada de la guerra fría (con las respectivas presidencias de Richard Nixon en EEUU y Leónidas Breznev en la URSS) este organismo demanda una red de comunicaciones que tuviera tres valores añadidos fundamentales: sólida, para poder aguantar cualquier tipo de incidencia, incluyendo un hipotético ataque nuclear; flexible y escalable, de tal modo que pudiera crecer conforme se incrementaran las necesidades del Departamento de Defensa; y segura, para evitar cualquier posible interferencia o espionaje por parte de fuerzas hostiles y enemigas. Esta red se denominará ARPANET y constituye uno de los pilares de la ulteriormente conocida como internet. Inicialmente interconectaba cuatro estaciones secretas y se basaba en que los nodos tenían la misma importancia (de tal forma que la desaparición de uno de ellos no afectaba al tráfico de información). Nos encontramos en el estadio Web 0. David Parra Valcarce Santiago Martínez Arias En realidad esta idea de comunicación a través de ordenadores ya estaba en marcha desde 1959, a partir de una investigación llevada a cabo por Paul Baran en el RAND, un organismo no lucrativo dedicado a investigaciones de seguridad nacional en Estados Unidos. En 1960 publica sus resultados llegando a la conclusión de que: 1) es posible establecer la comunicación entre dos puntos con posibilidad de múltiples vías; 2) los mensajes pueden ser divididos y estas divisiones seguirían caminos distintos. También Frank Licklider plantea en 1962 la idea de “red galáctica”, mientras que en el MIT se realizan investigaciones sobre la transmisión de información dividida, a la que Davis le aplica la denominación de paquetes de información. Asimismo en el Laboratorio Nacional de Física de Gran Bretaña se experimenta en 1968 acerca de la posibilidad de esta red. Conviene subrayar claramente que este entorno de finales de la década de los sesenta no implica todavía ninguna clase de iniciativa empresarial. Aludimos a una red de titularidad pública (aunque evidentemente de acceso restringido) sin ningún tipo de ánimo de explotación comercial. Por consiguiente debemos plantear dos preguntas: ¿cómo se produjo el paso de lo público a lo privado?; y, ¿de qué manera algo marcadamente institucional derivó en un entorno con un fortísimo componente comercial? En gran medida la respuesta a ambas cuestiones la encontramos en la superposición de distintas fases dentro del proceso evolutivo de esta primera internet. Una etapa inicial, de I+D, se basa en la ampliación de ARPANET y su apertura al mundo universitario, que será extraordinariamente relevante a la hora de su masiva difusión posterior a otros ámbitos de la sociedad. En un primer momento la red se amplía a diferentes universidades estadounidenses: en 1969 se crea el primer nodo en la Universidad de UCLA de Los Ángeles; meses más tarde se unen al proyecto el Instituto de Investigación de Standford, la Universidad de Utah y la Santa Bárbara en California. Los científicos e investigadores de estas universidades, y de las que posteriormente se sumaron, pudieron compartir información enviada a través del ordenador. En 1971 ya eran quince los nodos y un año después se habían incrementado a cuarenta. La intensidad de investigación sobre redes y paquetes de información fue tal que se acometía cualquier supuesto (incluso algunas de las investigaciones llevadas a cabo Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital. Conceptos básicos 15 cerrar por motivos de seguridad. De hecho, habrá muchas universidades que se conecten a esta nueva red debido a su carácter gratuito. Hasta su abandono en 1995 proporcionó el hardware de comunicación para internet, convertido en el sistema mundial de correo electrónico. Por otro lado en 1989 Tim Berners-Lee, investigador del Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN), inventa un revolucionario sistema de intercambio de información capaz de manejar con comodidad productos multimedia, con textos, sonidos e imágenes: la World Wide Web (WWW). El enorme éxito de este servicio ha sido propiciado por las posibilidades que ofrece no sólo de buscar y publicar información, sino de establecer conversaciones con otros usuarios, realizar compras y descargar programas y archivos mono o multimedia. WWW es un sistema mediante el que podemos visualizar de manera estandarizada documentos multimedia, siendo su base principal el hipertexto. La idea de hipertexto (aunque esta palabra fue acuñada por Theodor Nelson en 1981, dado que se trata de la misma noción la empleamos desde el primer momento) data de finales de la Segunda Guerra Mundial. Vannevar Bush, consejero científico de Roosevelt, había coordinado unos seis mil científicos americanos para aplicar la ciencia a la guerra. En su tarea advirtió las dificultades para acceder a la gran cantidad de información que se había generado durante la contienda. Para abordar tal situación ideó un sistema denominado MEMEX, siglas procedentes de Memory Extender System, y que desarrolló en un artículo titulado “As we may think” (Como podemos pensar), en la revista Atlantic Monthly en 1945. En el artículo propone que un documento, para que pueda ser útil a la ciencia, debe de estar permanentemente a disposición para cuando se precise consultarlo. Bush hace mucho hincapié en el desarrollo de la fotografía. A comienzos de los sesenta Douglas Engelbart, inspirado en el artículo de Bush, fue a Berkeley, donde pudo trabajar para ARPANET, investigando en los hipertextos. Es el promotor del primer sistema en línea, conocido como sistema NLS. En el Augmentation Research Center, consiguió la interfaz gráfica del usuario y del famoso ratón. En 1997 le fue concedido el premio Lemelson-MIT, “por haber descubierto el interface entre ordenadores y los seres humanos”. Desde el punto de vista de Engelbart, es en la David Parra Valcarce Santiago Martínez Arias interrelación que hace de la tecnología, el lenguaje y la metodología donde reside la capacidad intelectual del individuo para plantear y encontrar soluciones a los problemas. En definitiva no hace sino anunciar el futuro: las herramientas sirven para llevar a cabo aquello que el conocimiento es capaz de dibujar. También en los sesenta (1965) Theodor Nelson crea una interface con la que crear vínculos y referencias entre textos. A este experimento le denominó Xanadu, nombre que aparece como lugar mágico en el poema Kubla Khan, de Coleridge. Nelson expone su idea en el libro “Literary Machines” una escritura no secuencial con enlaces controlados por el lector. La idea primera era recopilar la información a nivel mundial por el procedimiento de hipertexto y así poder recuperarla con facilidad. El almacenamiento xanalógico es que una parte de los documentos almacenados se interrelacionan y pueden dar lugar a otros documentos. Para el desarrollo de la WWW Berners-Lee, tomando lo que ya se conocía de hipertexto, diseñó los siguientes tres estándares: Localizador Uniforme de Recursos (URL), donde a cada página de información se le da una información única para encontrarla; Protocolo de Transferencia de Hipertexto (HTTP), que establece las peticiones y respuestas, en cuanto a demanda de información, entre un navegador y un servidor; y Lenguaje de Marcación de Hipertexto (HTML), que codifica la información del documento con sus enlaces. A partir de aquí se fueron añadiendo otros estándares que, además de texto, permitían incorporar gráficos. Pero fue en 1993 con la aparición del software Mosaic cuando la WWW alcanzó su popularidad, permitiendo el acceso a música, contenidos dinámicos, etc. La WWW significó también un paso de gigante para la proyección de la empresa informativa toda vez que la convergencia tecnológica permitía alcanzar y hacer realidad las demandas de interactividad por parte del lector. Por otra parte empezaron a comercializarse y a ponerse también en circulación de manera gratuita páginas de documentación que beneficiaban grandemente la labor redaccional de la información, si bien es cierto que hubo de poner de inmediato en cuarentena las fuentes debido a la dificultad de contrastarlas (lo que no quita para poner de relieve que sus beneficios son más que considerables). En esta labor tienen mucho que ver los denominados motores de búsqueda. Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital. Conceptos básicos 17 No resulta extraño que se confunda la parte con el todo; es decir, que se identifique muchas veces todo el sistema internet como la WWW. No obstante, no por evidente hay que dejar de recordar que, para el usuario, el nuevo sistema de comunicación ofrece un conjunto amplio de servicios al margen de la WWW entre los que hoy destacan el correo electrónico y los grupos de noticias, la tertulia electrónica (chat), el intercambio de archivos de ordenador, la telefonía y la videoconferencia, entre otros muchos. La creación de Berners-Lee es particularmente relevante dado que las posibilidades de exposición y recepción de información se complementan en las páginas web (unidades esenciales de la WWW) con diversas capacidades interactivas de sumo interés como son los enlaces y los formularios. Los enlaces de una página web tienen la función de llevar al usuario a lugares diferentes de la misma página o a páginas completamente distintas; al pasar el cursor por la zona de la pantalla en donde se encuentran estos enlaces aparece un icono con forma de mano. Por su parte, los formularios son espacios de las páginas web que permiten al usuario enviar información a quienes las publican y mantienen. Por ejemplo, sirven para efectuar suscripciones en las publicaciones o para comprar ejemplares. El tercer hito de la fase de expansión se produce en 1992 con la creación de la ISOC (Internet Society), una entidad sin ánimo de lucro que persigue el fomento de internet y entre cuyos miembros se incluían individuos y organizaciones (proveedores de servicios, proveedores de productos, operadores de empresas en internet, instituciones educativas, organizaciones de profesionales de la informática, organizaciones para tratados internacionales y agencias gubernamentales). Aunque inicialmente su labor se centraba en liderar la operación y el desarrollo técnico de internet, así como en coordinar las actividades de diferentes instituciones colaterales (IAB, IETF, IESG, IEPG, IANA e IPRA, entre otras), el enorme desarrollo de la Red (con los subsiguientes intereses económicos, sociales, políticos y culturales en juego) ocasionó su paulatina (y no siempre fácil) adecuación a los nuevos tiempos. 1.2. Macro almacén de información (Web 1.0) David Parra Valcarce Santiago Martínez Arias encontrara dentro de la Red, sino más bien que era bastante difícil encontrarla, por múltiples motivos de la más variada naturaleza. Es en ese momento cuando auténticamente se sientan las bases de la incidencia de internet en la producción periodística a partir de la yuxtaposición de los siguientes aspectos: un basamento tecnológico adecuado, caracterizado en este caso por la propia Red, un considerable parque de ordenadores, nuevos procedimientos en la presentación de la información y un novedoso soporte electrotelemático que sustituye el tradicional papel; un mercado que demanda bienes y servicios informativos a través de la Red y que posibilite una oferta que la satisfaga; unos profesionales de la información con capacidad para gestionar sus informaciones en este nuevo entorno como es internet en el doble sentido de optimizar las fuentes periodísticas y aprovechar al máximo las posibilidades de difusión de las noticias; y un empresario de la información que acomete la ingente tarea de gestionar los recursos necesarios para interconectar demanda y oferta aprovechando esa infraestructura tecnológica anteriormente indicada. Lo cierto es que como consecuencia de este impulso son muchas las empresas informativas que a lo largo de la última década del siglo XX pasan a ofrecer sus contenidos a través de internet. Lo verdaderamente significativo para el tema que nos ocupa es que la prensa escrita, la radio y la televisión deciden que sus contenidos sean contemplados por un ingente número de potenciales visitantes de sus sitios web. 1.3. Mega ágora de conversación (Web 2.0) El comienzo del siglo XXI conlleva un cambio adicional en la consideración de internet: sin perder su carácter de gran almacén de documentación, se convierte además en un entorno en el que internautas de todo el mundo llevan a cabo una formidable conversación a escala transnacional en la que intercambian toda clase de contenidos. Web 2.0 constituye la gran base estratégica de los proyectos de periodismo colaborativo en cualquiera de sus facetas, incluida la de investigación. Este término es empleado por vez primera por DiNucci (1999: 32), quien lo entiende como una vía estratégica para mostrar cómo la web a la que estaban habituados los usuarios se transforma tanto en sus interfaces como en la visualización de sus contenidos lo que, al mismo tiempo, ocasiona Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital. Conceptos básicos 21 un profundo cambio en la experiencia de dichos usuarios y en sus procedimientos de interactuación. No obstante son Tim O’Reilly (primer ejecutivo de la editorial O’Reilly Media) y Dale Dougherty (empleado de dicha compañía) quienes contribuyen a la popularización de esta expresión ya en 2005. Sin dejar de reconocer el rol tradicional de internet como gran repositorio de contenidos, consideran que la red de redes se ha convertido en una mega ágora donde los internautas de todo el mundo establecen una charla a escala global en la que comparten conocimientos, inquietudes, experiencias y, por supuesto, contenidos. Esta etapa se identifica con la web semántica manual. En esta misma línea Fumero y Roca (2007: 10) la definen como “la promesa de una visión realizada: la Red -la Internet, con mayúscula o minúscula, que se confunde popularmente con la propia Web- convertida en un espacio social, con cabida para todos los agentes sociales, capaz de dar soporte a y formar parte de una verdadera sociedad de la información, la comunicación y/o el conocimiento. Con minúsculas porque nace de la propia acción social en interacción con un nuevo contexto tecnológico nuevo”. Un aspecto que es reafirmado por Briggs (2007: 33) cuando alude a un nuevo contexto en el que tienen cabida “Sitios Web que ya no son más silos aislados de información con canales de comunicación de una sola vía (uno a muchos), sino más bien fuentes de contenido y funcionalidad, que de esta manera llegan a ser plataformas de computación que ofrecen aplicaciones Web a los usuarios finales”. Acuñado por Gillmor aparece el concepto de periodismo 3.0 o periodismo ciudadano, que implica el fenómeno de la socialización de la información. Se abre paso la idea del periodismo como conversación en los términos apuntados por Varela (2006: 135): “Los partidarios del Periodismo 3.0 parten de dos certezas. Que el público sabe más de las noticias y de las informaciones que los propios periodistas. Es el famoso lema de Dan Gillmor. Que la información debe ser una conversación de muchos a muchos. Los grandes medios han convertido la información en una conferencia. El público puede tomar o dejar los datos, las noticias, pero no construirlas ni participar. El Periodismo 3.0 David Parra Valcarce Santiago Martínez Arias construye la información a partir de la conversación, donde la participación de la audiencia es fundamental para conducir el discurso y la información”. Por consiguiente asistimos a un entorno en el que sientan las bases para una mayor intervención de las audiencias en los procesos de producción y distribución de contenidos, apostándose por el valor añadido de la interactividad de dichas audiencias, conforme subraya Cebrián (2010: 18): “La interactividad rompe con los modelos clásicos de comunicación lineal o de difusión para entrar en otros de diálogos reales. Ya no se trata de la retroalimentación o feedback, sino de una actividad física, expresiva e intelectual de los usuarios mediante las máquinas para recibir mensajes y, además, producirlos. Hay un intercambio que sitúa en muchos casos a productores y consumidores de textos en el mismo nivel y cumpliendo una función de intercambios en muchas situaciones”. Pese a ello el equilibrio entre participación de las audiencias y mantenimiento en los niveles de calidad de los contenidos generados siempre resulta particularmente difícil. Buena parte de las empresas de la información poseen notables y fundadas dudas sobre el verdadero alcance de dicha decisión estratégica. 1.4. Bibliografía BRADSHAW, Paul (2008): Investigative Journalism and blogs, en Hugo De Burgh, Investigative Journalism. Nueva York: Routledge, pp 96-113. BRIGGS, Mark (2007): Periodismo 2.0. Austin: Knight Foundation. CEBRIÁN, Mariano (2010): Desarrollo del periodismo en Internet. Sevilla: Comunicación Social. DÍAZ NOSTY, Bernardo (2013): La prensa en el nuevo ecosistema informativo. ¡Que paren las rotativas! Barcelona: Ariel/Fundación Telefónica. DINUCCI, Darcy (1999): Fragmented Future. Print Magazine, 53 (4), pp 32, 221-222. FUMERO, Antonio y Roca, Genís (2007): Web 2.0. Madrid: Fundación Orange. GARCÍA GALERA, María del Carmen y DEL HOYO, Mercedes (2013): Redes sociales, un medio para la movilización juvenil. Zer Revista de Estudios de Comunicación, 34 (18), pp 111-125. Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital. Conceptos básicos 25 Tema 2. Especificidades de la información digital y aplicación al ámbito periodístico 2.1. Denominaciones y conceptualización del fenómeno Fue el sociólogo japonés Yonehi Masuda quien por vez primera utilizó la expresión Sociedad de la Información en 1968 (y quien popularizó dicho término doce años después sirviendo de base conceptual a una extensa nómina de autores y estudiosos del tema). No obstante aquí vamos a entender dicho concepto en un sentido ligeramente diferente al habitualmente utilizado por otros autores: la Sociedad de la Información es un ciberlugar donde existe una nueva distribución del trabajo, aparecen ocupaciones inéditas y desaparecen otras clásicas, emergen novedosos nichos de mercado… Se trata de un entorno aplicable a cualquier actividad y al conjunto de sectores productivos incluyendo, por supuesto, el de la industria de la información. Desde tal punto de vista nos encontramos ante un hábitat interconectado donde se pretende, a toda costa, incrementar la velocidad de los procesos productivos mientras se abaratan sus costes, así como fomentar, siempre en la medida de lo posible, el confort profesional y personal de los individuos. En suma, nos hallamos ante un entorno en el que se sientan las bases para incrementar los niveles empresariales de productividad, competitividad y rentabilidad y en el que, de manera adicional, se buscan novedosas fórmulas para hacer frente al conjunto de desafíos que plantea el negocio de la información. Hoy en día, con las lógicas diferencias entre los distintos grupos de países, la Sociedad de la Información se concreta, entre otros, en aspectos como el incremento continuado en el número de conexiones a internet entre los sectores empresarial, doméstico y de las administraciones públicas; el drástico aumento en los índices de penetración de la telefonía móvil, considerada como una de las innovaciones de referencia en este ámbito de actuación; el crecimiento sostenido del volumen de negocio generado por el comercio electrónico; las mejoras infraestructurales en las tecnologías de la información y las comunicaciones; y el impulso de fenómenos como la formación electrónica (e- formación), las ciudades digitales y el teletrabajo. David Parra Valcarce Santiago Martínez Arias Esta mezcolanza de posibilidades y funcionalidades acarrea en ocasiones juicios de valor contradictorios con respecto al verdadero grado de implantación de la Sociedad de la Información en un país. Un criterio que parece bastante acertado es el de diferenciar entre “consciencia de la Sociedad de la Información”, “capacidad para acceder a la Sociedad de la Información” y “uso de los servicios de la Sociedad de la Información” (Telefónica, 2004: 329). Conviene poner de relieve que, pese a que la Sociedad de la Información actúa como factor de cambio social, su expansión en modo alguno implica que nos encontremos ante una opinión pública especializada en las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, sino que acaece entre los ciudadanos comunes (Sáez Vacas, 2007: 98). Por consiguiente nos hallamos dentro un nuevo entorno en el que se está produciendo, casi sin darnos cuenta, la segunda gran revolución en el proceso de adquisición del conocimiento de los últimos seiscientos años. La invención de la imprenta a mediados del siglo XV (a partir de cuatro innovaciones tecnológicas concretas como el tipo móvil metálico, una aleación metálica específica, una nueva tinta y la recreación de una máquina preexistente como la prensa de uvas) sentó las bases para la primera revolución. De una metodología exclusivamente basada en lo oral poco a poco lo escrito fue cobrando relevancia hasta consolidarse como la técnica por antonomasia. A este hecho hubo que añadir la extensión de la escuela a grupos crecientes de ciudadanos, con los subsiguientes incrementos en los niveles de alfabetización: la instrucción tradicional de los niños de la escuela señala la diferencia entre el hombre escriba y el hombre tipográfico (Mc Luhan, 1969: 134). A mediados del siglo XX nadie parecía poner en duda la vigencia de este modelo. Pero la aparición de la televisión y, sobre todo, su extraordinario crecimiento supone un punto de inflexión en el imparable predominio de lo escrito. Van surgiendo nuevas generaciones cada vez más influidas por los contenidos audiovisuales y, de forma cuasi simultánea y estrechamente interrelacionada, el sistema educativo tradicional va poco a poco entrando en crisis. Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital. Conceptos básicos 27 La situación llega a tales extremos que desde los inicios del siglo XXI cabe aludir a que dicha segunda revolución del conocimiento discurre justamente en el sentido contrario a la primera: el modelo de aprendizaje basado en la lectura del texto está siendo sustituido por un modelo de aprendizaje basado en la contemplación de contenidos audiovisuales y multimedia; frente a la escuela tradicional (aburrida y que exige esfuerzo) se alzan la televisión, los videojuegos y un conjunto de innovaciones en el ámbito de las tecnologías de la información y las comunicaciones como grandes totems epistemológicos (divertida y sin esfuerzo). Y todo ello con una diferencia significativa: la primera revolución tardó siglos en llevarse a cabo; la segunda lo está haciendo en años. Las empresas de la información no permanecen ajenas al conjunto de cambios que implica la Sociedad de la Información en cuanto a hábitos de consumo por parte de ese creciente número de infociudadanos y tratan de aprovechar este nuevo entorno poniéndolo al servicio de su estrategia corporativa. Asistimos a un nuevo contexto que requiere un nuevo producto periodístico. A este producto distintos autores lo han denominado de muy diferentes maneras: periodismo electrónico, periodismo digital, periodismo de red, periodismo en red, periodismo multimedia, periodismo hipermedia, periodismo online… Sin, evidentemente, desdeñar ninguna de estas acepciones, en este manual nos decantamos por el concepto de ciberperiodismo, en línea con autores como Díaz Noci o Salaverría (2003: 17), entre otros muchos, y la preferimos sobre los términos anteriormente expuestos, aun teniendo bien presente la ausencia de unanimidad a este respecto, como acertadamente pone de manifiesto Tejedor (2007: 105). El motivo de la elección es doble: por una parte, porque se trata de un término que procede del vocablo griego ciber (en el sentido de pilotar), lo que permite enlazar con las raíces clásicas de nuestra ubérrima cultura grecolatina, contribuyendo así a la unión entre los mundos de lo antiguo y lo moderno, entendidos como dos facetas de una misma moneda como es la información periodística; y, por otro lado, porque esta nueva realidad contribuye a “guiar” a los nuevos profesionales de la información (con nuevas responsabilidades, atribuciones y problemas), a las emergentes audiencias (que se David Parra Valcarce Santiago Martínez Arias en antena, siempre considerada como algo adicional y nunca como un componente principal). En la Red el internauta no sólo puede pinchar los enlaces que le brinda el ciberperiódico a contenidos informativos y publicitarios, sino efectuar operacionales que requieren su imprescindible actividad (respuesta de encuestas, compra de productos…), participar en foros y chats… CUARTO. Versatilidad. Un periódico en papel sólo sirve para que sus contenidos sean leídos por los consumidores. Pero un periódico digital no agota sus prestaciones en las funciones estrictamente comunicativas sino que es susceptible de servir a otros usos que no son únicamente los objetivos periodísticos y publicitarios propios del periodismo impreso. En el ciberperiódico el internauta, además de leer dichos contenidos, puede acceder a chats y entrar en foros de debate, enlazar con otras páginas web, adquirir productos, pinchar un vídeo, entre otras muchas posibilidades. Bien es cierto que cuando nos referimos a la versatilidad lo hacemos de manera exclusivamente descriptiva ya que no para todos los autores está claro que esta característica sea necesariamente una ventaja. Aunque para algunos estudiosos es evidente que la versatilidad del ciberperiódico resulta un valor añadido frente a un soporte como el periódico en papel, lo cierto es que también hay autores que denuncian que puede ser la senda que conduzca a la desvirtualización del ciberperiódico como un producto eminentemente periodístico y su decantación hacia otra clase de bien o servicio extrainformativo. QUINTO. Multimedialidad. Tal y como se ponía de relieve en el epígrafe anterior de este manual, la multimedialidad es la capacidad que tiene el ciberperiódico de presentar de manera integrada textos, imágenes estáticas, imágenes en movimiento y sonido y de dejar abiertas las puertas a nuevas incorporaciones durante los próximos años (olores, sabores, sensaciones táctiles…). Frente a ello, nos encontramos con los límites de medios como el periódico impreso (textos e imágenes estáticas) o la radio (el sonido, si bien también es digno de ser mencionada la creciente utilización de internet en determinados programas como Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital. Conceptos básicos 31 fórmula para superar dichas limitaciones), así como con los esfuerzos y avances en materia de grafismo incorporados por las televisiones durante estos últimos años. SEXTO. Transnacionalidad. Es evidente que un periódico en soporte papel está limitado por las fronteras territoriales. Si bien es cierto que un hecho como el de la redacción electrónica en los periódicos convencionales ha facilitado la impresión a distancia superando en buena medida dichas barreras geográficas, éstas continúan existiendo y dificultando la consideración del periódico tradicional como un soporte verdaderamente global. Tales limitaciones también las encontramos en radio y televisión, aunque la aplicación a ambos medios de los avances que suponen tecnologías como el cable y el satélite haya contribuido a atenuar dicha circunstancia. Lo cierto es que la Red abre todas las puertas, supera los límites espaciales y permite que todos los internautas puedan acceder a la vez a un mismo producto. Cuestión distinta serían las trabas impuestas a la tecnología por regímenes dictatoriales que miran con extraordinaria desconfianza la Red como potencial instrumento de subversión del statu quo de sus respectivos países. En este sentido una vez más la historia se repite: el poder que en su momento trató por todos los medios posibles de dificultar la expansión de una innovación como la imprenta, que amordazó la libertad de prensa de los periódicos, que censuró sistemáticamente los contenidos de los programas de radio, que controló con mano férrea la televisión, cortocircuita ahora el libre acceso a de los internautas de sus naciones. SÉPTIMO. Transtemporalidad. En este caso la ruptura se produce con las típicas limitaciones de tiempo del periódico convencional como consecuencia de su proceso de distribución física. La información digital es accesible durante las 24 horas del día porque internet jamás descansa (y con la ventaja anteriormente expuesta de la permanente actualización de sus contenidos). Desde este punto de vista, cabe afirmar que asistimos a la superación de la tradicional noción de actualidad periodística y su sustitución por una novedosa realidad. OCTAVO. Hipertextualidad. El ciberperiódico es, a semejanza de cualquier otra clase de página web, la llave que potencialmente abre las puertas de la Red y permite la David Parra Valcarce Santiago Martínez Arias navegación a lo largo de su ingente masa de contenidos. Es cierto que se trata de una mera posibilidad teórica ya que en la práctica nadie podría jamás navegar siquiera por una mínima parte de ese mega almacén de la información que es internet, pero no por ello es un rasgo menos destacable y remarcado. La creación de la WWW por parte de Tim Berners-Lee en 1989, a la que se aludió en el primer tema de este libro, no sólo marcó un antes y un después para internet en términos de dinamismo y navegabilidad, sino que también abrió los ojos a buena parte de los empresarios de la información acerca de cuáles podían ser las auténticas potencialidades informativas de la Red. NOVENO. Integralidad. El entorno característico de la información digital es capaz de aunar rasgos que tienen que ver con la universalidad del mundo real más el conjunto de contenidos propios del mundo virtual de internet sustentados en los aspectos de macro almacén de documentos e informaciones y mega ágora para compartir los mismos característicos de los estadios Web 1.0 y Web 2.0 respectivamente. DÉCIMO. Participación. Se pasa del tradicional consumidor pasivo al nuevo consumidor activo que ulteriormente desemboca en el prosumidor, una figura que será estudiada con mayor detenimiento en el próximo tema de este manual. La participación admite distintas gradaciones, como ya se anticipaba en la conceptualización del fenómeno en el primer epígrafe de este mismo capítulo: arranca en la valoración de los contenidos elaborados por los profesionales de la información, prosigue con la compartición de los mismos y alcanza la generación de contenidos propios que, a su vez, son puestos en común con otros individuos. En suma, no sólo se trata de que la información digital suponga un fenómeno que en escasos años ha adquirido y está consolidando una serie de rasgos propios. Quizá lo más apasionante de esta realidad emergente sea que con toda seguridad lo más relevante esté todavía por llegar durante las próximas décadas. 2.3. Análisis de ventajas e inconvenientes Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital. Conceptos básicos 35 Una cuarta ventaja es el mayor volumen informativo. Se trata de una ventaja esencialmente cuantitativa que, con una adecuada gestión, también se convierte en un valor añadido cualitativo. En la Red no hay limitaciones de espacio o tiempo, caben todos los contenidos con independencia de su extensión; el concepto “tell me more” forma parte de naturaleza del ciberperiódico. Y un último aspecto a considerar tiene que ver con la interactividad. Mientras que el lector de un periódico en papel sólo puede leerlo, el internauta que navega por las páginas del ciberperiódico tiene a su disposición otras posibilidades adicionales: acceder a foros y chats implementados por el propio medio, pinchar un vídeo o ampliar determinados contenidos; de esta forma, saca el máximo partido al consumo del producto. Pero toda moneda siempre tiene dos caras. Sería gravemente inexacto no tener en cuenta que esta nueva realidad de la producción periodística no sólo incorpora ventajas, sino también algunos inconvenientes. La incesante innovación tecnológica ha permitido superar, durante esta última década desventajas que tenían que ver con aspectos como la menor portabilidad de los soportes NTIC (gracias a la generalización de la lectura de los contenidos a través de los teléfonos móviles), la dificultades de acceso y navegación a contenidos online (mediante la notable mejora de las infraestructuras de comunicación de banda ancha y la generalización de accesos inalámbricos vía WiFi y Bluetooth) o el coste de acceso a internet (con la drástica caída de precios de conexión y la generalización de la tarifa plana). Con todo, acaso el principal inconveniente que todavía no ha sido superado tenga que ver con el factor de una menor legibilidad, circunstancia que viene dada por las dificultades para leer en pantalla (ya sea la del ordenador ya la del teléfono móvil o tableta electrónica). Las pantallas siguen siendo frágiles y costosas, consumen mucha energía y son difíciles de leer a pleno sol. El papel continúa siendo el soporte con más resolución de todos los conocidos. En una pantalla se pierde la globalidad que da la posibilidad de ver y palpar el tamaño real de un periódico de papel. David Parra Valcarce Santiago Martínez Arias Un aspecto esencial para darnos cuenta de esta primera desventaja es que en el caso del papel nos referimos a luz reflejada mientras que cuando hablamos del ordenador aludimos a luz emitida. Y es evidente que la segunda incrementa las dificultades de lectura. Los expertos en la materia coinciden en afirmar dos detalles que nos parecen altamente significativos: la lectura en pantalla resulta, como término medio, un veinticinco por ciento más lenta sobre pantalla de ordenador que sobre papel; el lector del ciberperiódico dedica una media de siete minutos a la lectura de este producto, lo que supone la tercera parte del promedio del lector de papel. La Web, a la vista de estos datos, parece más una fuente de consulta, un surtidor de información rápida y sin fronteras, que un soporte idóneo para la lectura reposada de textos escritos. ¿Cuál es, por lo tanto, la mejor forma de presentar las noticias e historias? ¿Mediante textos largos que obligan al lector a utilizar de forma continua las barras de movimiento (scrolls) o a través de una lectura en profundidad, mediante capas de texto hipervinculadas, lo que también supone una demora en la captura de la información deseada? La mayoría de los expertos recomienda una fórmula intermedia, de tal modo que las informaciones no superen el equivalente a tres o cuatro pantallas de texto, y que se ofrezcan al lector enlaces tanto a nuevas páginas como a diferentes párrafos del documento base. Otros potenciales elementos a considerar dentro del ámbito de las desventajas tendrían que ver no tanto con la información digital en sí sino con una mala praxis en su gestión. Entre ellos se encuentran: la potencial canibalización del periódico en papel (restando así ingresos por publicidad y, sobre todo, por la venta de productos a las empresas de la información); la labor de mero copiar y pegar que se encuentra detrás de buena parte de esta clase de contenidos; las malas condiciones laborales de los profesionales de la información que desarrollan su actividad en este entorno específico; la saturación informativa y el desconcierto subsiguiente de las audiencias; o la excesiva versatilidad que puede conllevar la desnaturalización del ciberperiódico hasta dejarlo en un producto de escaso valor informativo. 2.4. Bibliografía Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital. Conceptos básicos 37 DÍAZ NOCI, Javier y SALAVERRÍA, Ramón (editores) (2003). Manual de Redacción Ciberperiodística. Barcelona: Ariel. FUMERO, Antonio y ROCA, Genís (2007). Web 2.0. Madrid: Fundación Orange. GUARNÉ, Blay (2005). 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Desde el punto de vista empresarial este modelo plantea menos problemas que el anterior aunque va en detrimento de la inherente agilidad de la ciberinformación. Situamos el circuito inmediatísimo en tercer lugar porque, a diferencia de los dos anteriores que constituyen trasposiciones de una estructura de la información más tradicional, es completamente inédito y surge como consecuencia directa de la incorporación del periodismo a la Red. Supone el envío de la información directamente del ciberente generador a la audiencia, lo que pone en tela de juicio el papel de los ciberentes suministradores y de difusión directa. En el caso concreto del tercero de los circuitos se produce una triple consecuencia: brutal incremento en la agilidad referida al proceso de transmisión de la información (el receptor la tiene cuando sucede sin pasar por la intermediación de un medio de comunicación); golpe empresarial para los ciberentes suministradores y de difusión directa, cuya razón de ser (tal y como acabamos de indicar) queda en entredicho; y carencia de un filtro cualificado ante las audiencias, lo que facilita (cuando no propicia) la difusión incontrolada de bulos, rumores, mentiras e informaciones interesadas. No resulta osado afirmar que la neociberestructura de la información constituye uno de los factores determinantes de esta novedosa forma de tratar la información digital a la que denominamos ciberperiodismo, así como del producto que surge de la misma: el ciberperiódico. 3.2. Principales transformaciones en el mercado de la información Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital. Conceptos básicos 41 De todo el extenso conjunto de transformaciones que se han producido en estos últimos años en el mercado de la información vamos a centrar particular atención en tres de ellas: el paso de un mercado de demanda local a un mercado de oferta global; la pérdida del tradicional monopolio de los medios de comunicación en los procesos de producción y distribución de los contenidos; y la actitud crecientemente crítica de los consumidores de dichos contenidos. La primera tiene que ver con el paso de un mercado de demanda local a un mercado de oferta global. En el tradicional negocio de la información el cliente acudía al lugar de comercialización de la información (generalmente el quiosco de prensa que más cerca lo pillaba de su lugar de trabajo, domicilio o centro de ocio) y tenía clara la cabecera que pretendía adquirir (una fuerte fidelidad en cuanto a la imagen de marca del producto periodístico se refiere). Por lo general, el periódico que adquiere corresponde al de la localidad donde vive (sabe que si pretende comprar un producto más allá de unos determinados límites geográficos ha de esperar y, muy posiblemente, también deba abonar un sobreprecio en concepto de transporte) En un entorno de dichas características resultaban eficaces las estrategias de promoción PUSH, generalmente concretadas en campañas de consumo masivo vía la publicidad en medios o en exterior o acciones ligadas con el marketing directo. Por el contrario, el mercado de oferta global implica que es la información la que acude donde se encuentra el consumidor (a través de su ordenador, de su teléfono móvil, de su tableta electrónica…). Dada la gratuidad y facilidad de acceso, el usuario carece de limitaciones geoespaciales y de una particular fidelidad a una imagen de marca periodística. El factor de lugar de producción de los contenidos periodísticos deja de tener relevancia. Este contexto marca el declinar de las estrategias PUSH y su sustitución por las emergentes técnicas PULL, sustentadas en acciones de consumo personalizado en las que los límites no son tanto tecnológicos (dadas las excepcionales posibilidades que David Parra Valcarce Santiago Martínez Arias brindan las funcionalidades enraizadas con data mining, big data, internet de las cosas…) sino de protección jurídica de la confidencialidad de los datos de los internautas, tal y como se verá con mayor detenimiento en el tema sexto de este manual. En un entorno de estas características resulta más relevante que nunca una acción proactiva por parte de las empresas de la información consistente en acercarse a las audiencias con el fin de generar una masa crítica de tráfico hacia sus respectivos portales web. Un segundo gran cambio alude a la pérdida del tradicional monopolio que los medios de comunicación (y, por ende, de los periodistas que desarrollan su actividad en los mismos) poseían en los procesos de producción y distribución de los contenidos. Hace apenas dos décadas se asistía un poder omnímodo de los medios, con un sistema unidireccional en cuanto a la transmisión de los mensajes se refiere en el que la capacidad de interactuación de los receptores resultaba prácticamente inexistente. Gradualmente esta situación ha ido modificándose. En un primer momento (a partir del comienzo de la segunda mitad del siglo XX) surgieron los gabinetes de comunicación (que generaban contenido propio aunque pasaban por el tamiz de la industria de la comunicación); a finales del siglo XX se percibe la génesis, eclosión y consolidación de los blogs o bitácoras (que implica ya no sólo la generación sino también la distribución de los contenidos); y a comienzos del siglo XXI aparecen las redes sociales, que llevan un paso hacia delante todos los aspectos ahora comentados. Como consecuencia de todo ello las audiencias ya no se informan de manera exclusiva a través de los medios de comunicación; en ocasiones incluso se produce la situación de que se niegan a ser informados por ellos y optan por acudir a otros usuarios a través de foros, blogs o las propias redes sociales. Este novedoso estado de cosas conlleva, de cara a la industria de la comunicación, la necesidad de contar con su audiencias de manera real, no sólo contentándose con que comenten sus contenidos sino estableciendo una auténtica conversación en tiempo real e incluso facilitándoles espacios dentro de su estructura productiva para que generen contenidos adicionales a los elaborados por la plantilla de periodistas. Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital. Conceptos básicos 45 determinadas categorías de productos y a las que es preciso dedicar particular atención en ese nuevo ciclo de producción al que acabamos de referirnos. Sin remontarnos tanto en el tiempo, lo que hace apenas una década era motivo de fantasía para el ser humano hoy se ha convertido en una realidad cotidiana. Operamos a pacientes con la máxima precisión a miles de kilómetros de distancia; nos adentramos en las profundidades del Universo con telescopios situados en mitad del espacio; conocemos la trazada exacta de un coche de Fórmula 1 mediante microcámaras de televisión adosadas a su carrocería; descubrimos bacterias gracias a los sofisticados microscopios electrónicos; tenemos acceso a todo tipo de imágenes en movimiento desde nuestro propio domicilio por medio de infopistas de la información de gran ancho de banda; atibamos las posibilidades de la realidad aumentada... Aristóteles proponía hace casi veinticinco siglos el concepto de zoon politikon, entendido como ese individuo con voluntad propia, capaz de organizar recursos de muy diversa índole para la obtención de unos determinados fines basándose en su racionalidad, así como de comportarse convenientemente en el entorno que lo rodea como fórmula para integrarse más eficazmente dentro del mismo. Se trataba de una noción novedosa que incorporaba tres principales innovaciones: una forma inédita de organización social en la que se afianza la libertad democrática; un conocimiento basado en la experimentación, dado que sin ésta no hay verdad (las ideas son la esencia de las cosas reales, lo que ocasiona que nos hallemos ante una suerte de empirismo epistemológico que permite la inserción de las ideas en el mundo real, incluyendo no sólo las cosas materiales que se ofrecen al conocimiento sensible, sino también los conceptos abstractos); y la relación hilemórfica entre materia y forma que implica, entre otros aspectos, el principio de causalidad (no hay efecto sin causa y todo efecto debe ser proporcionado a su causa) y la estructura integrada del plano biológico y reflexivo del individuo de manera unitaria y teleológica. Del zoon politikon aristotélico hemos pasado, sin apenas darnos cuenta, al zoon tecnologi.com del tercer milenio (Parra, 2004), un nuevo individuo emergente con rasgos distintos de la criatura propuesta por el filósofo estagirita. ¿Cuáles son, desde el David Parra Valcarce Santiago Martínez Arias punto de vista de su utilización de la información, las principales características de este zoon tecnologi.com que se ha erigido como destacado consumidor de la información digital? En primer lugar, el acceso universal a la información. Desde cualquier lugar, mediante cualquier clase de equipo o sistema, el individuo puede llegar a una cantidad ingente de datos. Internet es un gran almacén de información, el mayor que jamás haya estado a disposición del ser humano, cuya cantidad y magnitud no conocemos con exactitud más allá de saber que supera con holgura la capacidad del ser humano de absorber dicha información a lo largo de toda su existencia. En segundo término e íntimamente relacionada con la circunstancia anterior, se produce la multiplicación exponencial de la cantidad de información a la que se tiene acceso. Porque la Red ante la que se halla este nuevo individuo es descentralizada, democrática, caótica, difícilmente manejable, altamente redundante y en constante crecimiento. Justamente ese carácter de colosal base de datos desestructurada supone aspectos particularmente relevantes para un fenómeno como el del ciberperiodismo: el tamaño real aproximado de la cantidad de información disponible en Internet, su alcance, su accesibilidad, el grado de utilidad y la necesidad de gestionar una logística global de la información. Un tercer rasgo del nuevo zoon tenologi.com es la movilidad. Antes, cuando se trataba de contactar con un individuo siempre se sabía dónde estaba; el problema era, justamente, localizarlo. Ahora la situación es la contraria: no importa dónde esté, siempre se contacta con él; el quid radica en adivinar dónde se encuentra (no obstante, la aparición de los emergentes sistemas de localización a través del teléfono móvil que ofrecen la situación geográfica de personas o vehículos vía Internet o mediante mensajes SMS, ya permite superar este obstáculo). La aparición y posterior expansión de la telefonía móvil a amplios estratos de la sociedad ha contribuido a consolidar esta característica. Porque ya no se trata de una mera tendencia coyuntural, sino de que la consolidación de la tercera y la cuarta generaciones de la telefonía celular está suponiendo un importante paso hacia delante con posibilidades añadidas para los usuarios como envío de correo electrónico a alta Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital. Conceptos básicos 47 velocidad, consulta de todo tipo de bases de datos y centros de información, conexión a información de utilidad (horario de aviones y trenes, meteorología), telecompra, acceso a centros de ocio, acceso a MP3, realización de gestiones bancarias avanzadas, gestión de sus perfiles en redes sociales, entre otras. Y un cuarto elemento a considerar es el de la capacidad de acceso. Las autopistas de la información proporcionan un ancho de banda que, al menos en la teoría, las convierten en el soporte idóneo para dar cabida a la difusión de cualquier clase de contenido, sin importar su tamaño. Atrás quedan las estrecheces habituales propias de los primeros tiempos en la implantación de internet, cuando no siempre se contaba con una idónea anchura de banda para soportar los contenidos que circulaban por ella (incluso cuando el acceso a los contenidos de la Red se realizaba a través de las líneas telefónicas convencionales, esencialmente preparadas para soportar el tráfico de voz). Es decir, el hábitat del emergente zoon tecnologi.com es la Sociedad de la Información, entendida, tal y como indicábamos en el segundo tema del presente manual, como ese ciberlugar donde existe una nueva distribución del trabajo, aparecen ocupaciones inéditas y desaparecen otras clásicas, emergen novedosos nichos de mercado... Un hábitat donde se pretende, a toda costa, incrementar la velocidad de los procesos productivos mientras se abaratan sus costes, así como fomentar, siempre en la medida de lo posible, el confort profesional y personal de los individuos. En suma, un entorno en el que se sientan las bases para incrementar los niveles empresariales de productividad, competitividad y rentabilidad. Por otro lado, desde el punto de vista de los hábitos de consumo que adquiere hoy en día dicho zoon tecnologi.com y dentro del análisis que estamos aquí planteando, no es descabellado identificar el contexto histórico en el que desarrolla su actividad (la Sociedad de la Información) con la noción de la modernidad en general y, dado que estamos reflexionando sobre la información digital en tanto en cuanto nuevo producto de la ciberestructura de la información, con el consumidor moderno en particular. Atendiendo a esta segunda vertiente nos encontramos con que lo moderno desde el punto de vista del consumidor radica en una serie de características que podemos David Parra Valcarce Santiago Martínez Arias
Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital. Conceptos básicos 51 Tema 4. Modelos de negocio de la información digital 4.1. Modelos consolidados El modelo de gratuidad de contenidos, el de pago total y el de pago parcial o pago por niveles de acceso son los tres ejemplos más significativos de los modelos de negocio consolidados dentro de la información digital. Lo que se puede considerar como el modelo clásico (y más extendido) apuesta por ofrecer los contenidos periodísticos de manera gratuita a los internautas. Su principal apuesta estratégica es que los ingresos proceden exclusivamente de la publicidad y que, dado el formidable número de internautas a escala mundial, el valor añadido de dichos anuncios online resulta suficiente para generar el necesario volumen de ingresos para rentabilizar esta clase de proyectos. Admite la dualidad de exigir la previa inscripción del internauta en la página web o el acceso libre por completo. Este subtipo considera dos tipos de modalidades publicitarias: la publicidad convencional online y la publicidad contextual o no intrusiva. Dentro del primero se incluirían elementos como el banner y sus distintas modalidades (estático, dinámico, botón, rascacielos, click-down, click-within, click-through…), así como formatos emergentes como cortinilla, interstitial, layer, marca de agua, microsite, opt-in, pop-up, pop-down, pop-under, advertorial, shoskeles…, entre otros. Por su parte la publicidad contextual es una modalidad basada en criterios de afinidad temática con la página web donde se encuentra presente. Desde su origen se ha sustentado en herramientas como Adsense y Adwords, ambas desarrolladas por Google. Entre sus principales valores añadidos figuran su carácter no invasivo, lo que en términos potenciales garantiza una mayor eficacia para el anunciante, así como su capacidad para generar ingresos sin que el propietario del soporte web realice ninguna clase de gestión adicional ni le suponga coste adicional alguno. La realidad muestra la dificultad de sustentar este modelo de negocio exclusivamente con una de las dos clases de publicidad, por lo que lo más habitual es una combinación David Parra Valcarce Santiago Martínez Arias de ambas o incluso la concatenación de los ingresos exclusivamente publicitarios con los procedentes del patrocinio de contenidos, la prestación de servicios de valor añadido o la organización de eventos temáticamente afines a los contenidos del cibermedio. Los resultados de esta primera modalidad son muy variados: frente a cibermedios que han sido capaces de rentabilizarlos existe una amplia mayoría que todavía no lo ha logrado pese a llevar dos décadas apostando por el mismo. La consolidación del negocio de la información digital marca la llegada de las generaciones de modelo de pago (total y parcial/por niveles de acceso), sobre todo a partir de mediados de la primera década del siglo XXI. Son cuatro las principales causas explicativas de esta innovación en cuanto a financiación se refiere. La primera de ellas alude a que, tras diez años de existencia, se advierten síntomas de madurez en el mercado de la ciberinformación, lo que puede abrir las puertas a una explotación comercial más agresiva que la llevada a cabo hasta aquel momento. Una segunda circunstancia tiene que ver con que las empresas de cualquier sector productivo cuya actividad giraba en torno a internet (conocidas como “punto com”) se encontraban a comienzos del siglo XXI en un proceso de honda crisis, como consecuencia no tanto de las carencias de la Red como de una desastrosa organización empresarial, y necesitaban ingresos complementarios de manera desesperada. El caso de la industria de la información formaría parte de esta tendencia de carácter general. En tercer lugar los empresarios de la información dan claros síntomas de hartazgo ante las constantes y creciente pérdidas de dinero que suponen sus proyectos online. Muchos de ellos son incluso partidarios de un planteamiento radical: o se empieza a ganar dinero con la Red o se clausuran dichos proyectos. Por último, tras más de diez años de coexistencia en el mercado se comprueba la compatibilidad entre periódicos en papel y ciberperiódicos, uno de los grandes temores que atenazaban al empresario de la información de esos años. Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital. Conceptos básicos 55 media y unas necesidades de información actualizada al minuto también muy por encima de la media, que están dispuestos a pagar por un producto sin ninguna clase de complicaciones (la información es dinero para ellos, lo que no ocurre con todo tipo de internautas). En este sentido, una iniciativa semejante fue la protagonizada en España por el diario El País, quien optó por esta modalidad entre noviembre de 2002 y junio de 2005 con resultados desastrosos (incluyendo la pérdida del liderato online en el mercado periodístico castellano parlante). La marcha atrás supuso volver a apostar por el modelo gratuito, aunque modificando el portfolio de servicios proporcionados a sus abonados (incluyendo aspectos como el acceso a la hemeroteca y ediciones en formato PDF, la consulta del servicio de abonados del diario francés Le Monde, contenidos de televisión y radio, teletipo de la agencia Efe en tiempo real y publicidad limitada y selectiva). En la actualidad el modelo de pago total continúa siendo un tipo excepcional, apenas planteado y utilizado por la industria de la información. Admite la posibilidad de que los ingresos sean o no complementados con publicidad online de toda índole. El tercer tipo de los modelos de negocio consolidados es el de pago parcial o por pago por niveles de acceso. Se trata de un modelo cada vez más utilizado aunque no exista una estandarización en cuanto al porcentaje de informaciones por las que hay que pagar. Esta categoría admite una amplia variedad de contenidos susceptibles de ser cobrados, en función del vector prioritario definido por la empresa de la información: desde las noticias de última hora cuando se apuesta por el valor de la instantaneidad hasta las firmas de prestigio que equivalen al atributo de la calidad, pasando por la hemeroteca, las esquelas, el crucigrama, la versión en PDF del diario en papel o diversos servicios de valor añadido. La financiación de este modelo vía el cobro de determinados contenidos es plenamente compatible con la presencia de publicidad online, patrocinio de contenidos o escaparates virtuales, entre otros elementos dignos de ser tenidos en consideración. David Parra Valcarce Santiago Martínez Arias Una submodalidad viene de la mano de los conocidos como muros de pago, implantados por determinadas empresas periodísticas, muchas de ellas de particular renombre (The Guardian, The Times, The New York Times…), a partir de la segunda década del siglo XXI y cuyo éxito o fracaso está todavía por ver. 4.2. Modelos en proceso de formulación Centraremos la atención en cinco de los principales modelos en proceso de formulación (con mayor o menor grado de intensidad): dual, pago por horario, pago por uso o intensidad, suscriptores y micromecenazgo. El modelo dual se caracteriza por la creación de dos clases de ciberperiódicos: uno, más limitado, de acceso gratuito; y otro, más completo, por el que hay que pagar. Este último incorpora distintos contenidos de valor añadido para los potenciales consumidores. El ejemplo más representativo de esta modalidad a escala internacional es el diario Le Monde, cuya versión de pago incluye contenidos imposibles de ver en la gratuita como una detalladísima información meteorológica, artículos de fondo… Tanto una como otra versión incorporan anuncios publicitarios y patrocinio de contenidos, una tendencia que se ve en otras iniciativas encuadradas dentro de esta tipología. Una segunda modalidad es la de pago según horario. Esta versión, bastante minoritaria, se inauguró en marzo de 2003 por el diario económico de Singapur The Business Times. En este periódico el acceso a los contenidos es de pago hasta las dos de la tarde hora local, abriéndose a partir de ese momento. De esta manera, los responsables del cibermedio obtienen un doble valor añadido: los ingresos por suscriptores de perfil medio-alto cuya actividad profesional se liga con el entorno financiero, y a los que de manera adicional se dirige un determinado tipo de publicidad; y la generación de tráfico que permite la incorporación de un tipo de lector de muy distinto perfil pero al que se le ofrece publicidad añadida de carácter generalista. Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital. Conceptos básicos 57 Un tercer tipo es el del pago por uso o intensidad, faceta cuyo máximo representante durante unos cuantos años fue el diario económico-empresarial Financial Times. En dicho modelo se ofrece al internauta la posibilidad de consumir gratuitamente un determinado número de contenidos y, a partir de ahí, el consumo adicional está sujeto a pago (puede ser unitario o mediante una tarifa plana, en función del planteamiento estratégico de la empresa informativa). El conocido como modelo de suscriptores basa su estructura de ingresos en las aportaciones fijas de un grupo de usuarios que rompen con la tendencia habitual de internet de negarse a pagar por cualquier clase de contenidos. Este tipo suele corresponder a productos periodísticos de nicho (bien por los contenidos bien por la clase de audiencia a la que se dirigen) y/o con determinados planteamientos de índole política, económica y/o social. Resulta habitual que este modelo incorpore fuentes adicionales de ingresos que complementan las suscripciones: desde publicidad (tanto convencional como contextual) hasta patrocinios y proyectos de desarrollo tecnológico. Un excelente ejemplo es el del cibermedio español El Diario, que está consiguiendo una notable aceptación en términos de incremento de abonados y niveles de rentabilidad empresarial. Y el último de los subtipos es el correspondiente al micromecenazgo o crowdfunding. La gran diferencia con el anterior es que implica una aportación previa con anterioridad a la puesta en marcha del cibermedio. En muchas ocasiones esta clase de proyectos se realiza a través de plataformas especializadas en esta modalidad (referencias como Verkami o Goteo serían buenos ejemplos). Quizá el mayor éxito de esta modalidad corresponde a una iniciativa llevada a cabo en España, El Español, que obtuvo una aportación inicial por encima de los tres millones de euros, si bien con posterioridad el proyecto se fue apartando de este espíritu inicial (incluyendo un polémico cambio de socios a accionistas mediante una súbita transformación en la sociedad encargada de comercializar sus contenidos que se encuentra sujeta a un procedimiento judicial). David Parra Valcarce Santiago Martínez Arias FLORES, Jesús y AGUADO, Guadalupe (2005). Modelos de negocio en el ciberperiodismo. Madrid: Fragua. GARCÍA SANTAMARÍA, José Vicente (2016). Los grupos multimedia españoles. Barcelona: UOC. LOPEZ GARCÍA, Xosé y CAMPOS, Francisco (2015). Periodismo en cambio. Oporto: Media XXI. PARRA, David (2017). La apuesta de los nativos digitales españoles por los géneros periodísticos de análisis: los casos de Ctxt y Bez Diario. Presentada en el Congreso Universitario Internacional sobre la Comunicación en la Profesión y en la Universidad de Hoy. 25 y 26 de octubre de 2017 (Madrid). SÁDABA, Charo, GARCÍA-AVILÉS, José Antonio y MARTÍNEZ COSTA, María del Pilar (2016). Innovación y desarrollo de los cibermedios en España. Pamplona: Eunsa. SALAVERRÍA, Ramón (2017): Tipología de los cibermedios periodísticos: bases teóricas para su clasificación. Revista Mediterránea de Comunicación, 8, (1), pp. 19-32. Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital. Conceptos básicos 61 Tema 5. Retos estratégicos de la información digital 5.1. El diseño del cibermedio La adecuada yuxtaposición entre aspectos formales y de contenido ha sido una de las claves estratégicas que ha permitido mejorar los niveles de eficacia en las publicaciones periodísticas a lo largo de estos últimos casi cuatrocientos años. En el caso del diseño de las publicaciones online o ciberdiseño contamos con un periodo de tiempo mucho más reducido para realizar un examen de tendencias. No obstante el formidable dinamismo que se advierte en este nicho de mercado nos permite ver algunas diferencias sustanciales a lo largo de estos años y facilita el análisis diacrónico de dicha realidad. Son evidentes (y lógicas) las interrelaciones que se producen entre el diseño de los periódicos en papel y el ciberdiseño de las publicaciones electrónicas. Aunque las técnicas han cambiado, la finalidad del diseño tipográfico sigue siendo la misma. Esto se basa en comunicar palabras: sin ellas la tipografía no existiría. La tipografía es el medio del que nos servimos para poner a disposición de todo el mundo palabras que alguien ha concebido en su mente y plasmarlas luego sobre un papel (McLean, 1993: 9). Simplicidad versus barroquismo, multimedialidad frente a monomedialidad, interactividad en oposición a la recepción pasiva de los contenidos forman parte de un proceso dialéctico que es en un primer momento asumido y posteriormente gestionado por el ciberdiseño, dentro de un entorno marcado por la convergencia de tecnologías, productos, lenguajes y mercado. Dicha convergencia conlleva nuevas posibilidades para los profesionales del diseño dado que el periódico de la era digital no sólo implica el uso de nuevas herramientas sino que supone el ejercicio de la actividad profesional en un nuevo escenario especialmente complejo, en el que los usuarios tienen un papel más activo, con nuevos horizontes que abre la interactividad, y el lenguaje multimedia obligan a una buena combinación del texto, el sonido y la imagen. (…). Los nuevos medios, que pueden actualizar constantemente la información, disponen de un lenguaje propio y de formatos propios en clave multimedia (López, 2004: 605). David Parra Valcarce Santiago Martínez Arias Pero más allá de todas estas consideraciones, lo cierto es que el diseño también en el ámbito de un producto como es el ciberperiódico contribuye a la delimitación de una figura y a la optimización de la comunicación, reforzando los contenidos informativos. Por supuesto, tal y como veremos a continuación, no cabe concebir el ciberdiseño sólo como un mero subtipo del diseño periodístico sino como algo más. Entre otras cosas porque la lectura de un texto en la pantalla electrónica continúa siendo menos eficaz que la lectura en el soporte papel, tanto por los niveles de resolución de la pantalla como porque el ciberlector pierde la globalidad que proporciona la posibilidad de ver y palpar en tamaño real propia del periódico en papel. Y no sólo eso. Además el ciberdiseño también tiene en cuenta el abanico de posibilidades que se abren con la activa utilización de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones en el quehacer cotidiano de sus profesionales, incluyendo las posibilidades expresivas, estéticas y comunicativas del lenguaje audiovisual en soportes digitales, buscando nuevos modos narrativos para organizar información audiovisual (periodismo, entretenimiento y ficción, educación, comunicación institucional y corporativa, etc.) de forma no lineal (Orihuela y Santos, 1999: 37). La base inicial en el diseño ciberperiodístico radica en la noción de inmaterialidad y en los subsiguientes retos que tal planteamiento implica para las empresas de la información, los periodistas y los propios diseñadores, al margen de los efectos que tiene sobre unas audiencias inicialmente sorprendidas (cuando no abiertamente desconcertadas) ante lo novedoso de un producto que facilita su activa participación en su proceso de conformación (Burdek, 2002: 233). Un análisis de los hábitos de lectura de la información digital a través de diferentes soportes permite establecer un panorama particularmente complicado de gestionar por parte de los diseñadores: cuando se inicia el día laboral los móviles y tabletas se convierten en los reyes de acceso; los móviles son los grandes reyes durante los desplazamientos domicilio-trabajo y trabajo-domicilio, si bien comparten su privilegiada posición con soportes adicionales (códigos QR, grandes pantallas basadas en la tecnología de digital signage, proyecciones tridimensionales…); en horario laboral Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital. Conceptos básicos 65 A efectos prácticos advertimos, en líneas generales, una simplificación en la apariencia externa del producto diseñado que contrasta con la artificiosidad de años atrás, un acortamiento en los textos que reduce la obligatoriedad en el uso de barras de movimiento, una apuesta por familias tipográficas de más fácil lectura en pantalla y una racionalización en el empleo de las capas de texto hipervinculadas. Llega así una tercera etapa, a la que denominamos fase de emancipación. Este momento coincide, de manera altamente significativa, con la extensión a amplios estratos de la sociedad de las pantallas con el nuevo estándar de resolución de 1.024 x 768 píxeles (y sus ulteriores ampliaciones), que implica una coexistencia entre tres estilos de maquetación: estática, relativa y líquida. Se percibe un asentamiento en el diseño de las publicaciones digitales y una profundización en sus niveles de calidad, sofisticación y adaptación al nuevo ciberentorno. Es curioso subrayar que en esta tercera etapa se está produciendo en muchas ocasiones el fenómeno opuesto al que veíamos en la primera fase. El diseño web influye en la diagramación de muchas cabeceras del periódico en papel, en un intento de los empresarios de la información por adaptarse a la nueva fórmula de acceso a los conocimientos de esas nuevas generaciones a la que aludíamos en el tema tercero de este manual, que han cambiado el estándar escrito por el audiovisual. Son dos los vectores estrella que están siendo potenciados en el diseño de los ciberperiódicos de las dos primeras décadas del siglo XXI: multimedialidad e interactividad. En el caso de la primera la creciente competitividad en el mercado de la información en general y del ciberperiodismo en particular ha obligado a los profesionales del diseño a hacer un esfuerzo adicional que ya se está concretando en experiencias reales. La audiovisualización en los contenidos ciberperiodísticos implica un diseño que apuesta abiertamente por una potenciación en los enlaces a páginas nuevas y a párrafos diferentes del texto base como fórmula para simplificar el proceso de navegación por parte de los internautas. Algo similar está sucediendo con el segundo de los aspectos: la interactividad. Hasta ahora la intervención de las audiencias en un producto como el ciberperiódico se ceñía David Parra Valcarce Santiago Martínez Arias más a juegos de artificio que a realidades apreciables. Sin duda alguna el poderoso influjo de la denominada Web 2.0 es algo que incide en la incorporación de nuevos elementos que ya no sólo permiten sino que fomentan la activa participación de los receptores en el proceso de conformación del ciberperiódico. Tal circunstancia fomenta el empleo de encuestas interactivas, la creciente aparición de opiniones de los propios usuarios sobre las informaciones y, sobre todo, la posibilidad que los lectores se conviertan en reporteros, un cambio cualitativo que puede ser trascendente en el devenir no sólo del ciberperiódico sino del periodismo en sí mismo. Coincidiendo con la expansión de la telefonía móvil, a caballo entre la primera y la segunda década del siglo XXI, nos adentramos en la cuarta y última (por el momento) etapa de este proceso. El punto de partida es que, más allá del soporte, el ciberperiódico continúa siendo un producto informativo, al que le son aplicables las nueve directrices determinadas en su momento por DeVigal y explicitadas por Salaverría (2005: 190): 1) concentrarse en el objetivo del sitio (informar); 2) explicar gráficamente la navegación por la web; 3) utilizar el contraste; 4) diseñar con claridad, evitando el ruido procedente de las animaciones; 5) cuidar la usabilidad del sitio, porque los navegantes siempre buscan algo; 6) conocer a su audiencia a través de estadísticas para detectar éxitos y fracasos, si acceden desde el trabajo o el hogar o si navegan a través de la red de telefonía básica, usan ADSL o RDSI y así proponer prestaciones que se ajusten al tamaño de sus pantallas y a la velocidad de sus conexiones; 7) aplicar una jerarquía basada en las fortalezas de la web; 8) construir un libro de estilo y, finalmente, 9) establecer una vinculación visual e interactiva entre el medio de origen y su edición en la Red. Surge así la noción de diseño responsivo o diseño adaptable, que permita la lectura de contenidos con independencia del soporte en el que éstos sean leídos. Desde tal punto de vista la consolidación del teléfono móvil (y en menor medida de las tabletas electrónicas) como los grandes soportes del consumo de contenidos periodísticos conlleva dos grandes complicaciones. La primera de ellas tiene que ver con unas dimensiones mucho menores de las usuales, donde los elementos de interactividad o multimedialidad son muy difícilmente perceptibles. Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital. Conceptos básicos 67 Y un segundo aspecto a considerar es una interfaz notablemente más complicada, en el que se crean tipos de letra sustentados en fuentes de bitmap y que utilizan el píxel como expresión formal de su lenguaje básico que, en ocasiones, recuerda los niveles de resolución de los primeros monitores de la década de los años ochenta. Este novedoso entrono implica tres contribuciones a llevar a cabo. La primera de ellas está consistiendo en una simplificación de las interfaces incorporadas a los dispositivos móviles, con el desarrollo de una nueva generación de familias tipográficas adaptadas a esta nueva realidad. En buena medida fueron los fabricantes de los conocidos como PMP (Portable Media Players) quienes abrieron esta senda de actuación. Un segundo aspecto a considerar es el referido a la flexibilidad. Con esto queremos aludir a que el nuevo tratamiento formal debe tener en cuenta que el ciberperiódico móvil es un producto con unos extraordinarios niveles de versatilidad y que, si se quiere hacer viable un proyecto de esta naturaleza, debe dar cabida también en lo que a diseño se refiere a muy distintos tipos de servicios, tanto periodísticos como extraperiodísticos, incluyendo los informativos (contenidos periodísticos generalistas y especializados, consulta de páginas amarillas, mapas, planos y guías, pronósticos meteorológicos…), de comunicaciones (SMS, MMS, fax, correo electrónico, navegación por la Red…) y comercio electrónico móvil (banca inalámbrica, compra de entradas, reservas de hoteles, participación en subastas online…), los referidos al ocio y entretenimiento (juegos, chats, horóscopo, apuestas…) e incluso los correspondientes a servicios profesionales de soporte a plataformas (contenidos XML, portales ASP…). Y el tercero de los grandes valores añadidos a tener en cuenta es que debe continuar profundizándose en la noción de la interactividad, algo aparentemente evidente dado que la nueva tecnología móvil surgió desde el primer momento como una innovación supeditada a las posibilidades de intervención de los usuarios. En el nuevo modelo que se plantea la interactividad se encuentra en estrecha interacción con la versatilidad del producto, puesto que es una fórmula estratégica para rentabilizar esa extensa gama de servicios a la que anteriormente aludíamos. David Parra Valcarce Santiago Martínez Arias En función de estos puntos de verificación se han establecido tres niveles de conformidad: nivel de conformidad “A” (se satisfacen todos los puntos de verificación de prioridad 1); nivel de conformidad “Doble A” (se satisfacen todos los puntos de verificación de prioridad 1 y 2); y nivel de conformidad “Triple A” (se satisfacen todos los puntos de verificación de prioridad 1, 2 y 3). La Sociedad de la Información apuesta en su configuración y ulterior despliegue por una novedosa forma de desarrollo socioeconómico donde los procesos de adquisición, almacenamiento, procesamiento, evaluación, transmisión, distribución y diseminación de la información focalizados hacia la creación del conocimiento desempeñan un rol central en la generación de riqueza y en la propia definición de la calidad de vida de la ciudadanía (Castells, 1998: 45). Para poder comprender esta relación debemos tener en cuenta que hoy en día, con las lógicas diferencias entre los distintos grupos de países, dicha Sociedad de la Información se concreta, entre otros, en aspectos como el incremento continuado en el número de conexiones a internet entre los sectores empresarial, doméstico y de las administraciones públicas; el drástico aumento en los índices de penetración de la telefonía móvil, considerada como una de las innovaciones de referencia en este ámbito de actuación; el crecimiento sostenido del volumen de negocio generado por el comercio electrónico; las mejoras infraestructurales en las tecnologías de la información y las comunicaciones; y el impulso de fenómenos como la formación electrónica (e- formación), las ciudades digitales y el teletrabajo. Más allá de las numerosas reflexiones que se hacen sobre la Sociedad de la Información la perspectiva que aquí afecta de manera notable a la empresa de la información online es la referida a la capacidad de erigirse en un entorno puesto al servicio de todos los individuos, sin distinción de sexo, condición social, entorno laboral o capacidad físico- psíquica. Precisamente cuando no se logra este objetivo igualitario es cuando nos encontramos ante la ya celebérrima “brecha digital” (digital divide), término acuñado por Simon Moore en los años noventa y un concepto verdaderamente polisémico puesto que puede darse entre países desarrollados y no desarrollados, ricos y pobres, hábitats urbanos y agrícolas y personas sin discapacidad e individuos con diversidad funcional. Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital. Conceptos básicos 71 Conseguir el objetivo de la accesibilidad web del periódico online no sólo afecta al empresario de la información. También pasa por la adopción de tres grandes tipos de medidas: un esfuerzo regulatorio de las administraciones públicas, como garantes del proceso de acceso igualitario a la Sociedad de la Información; la implementación práctica por parte de todas aquellas organizaciones (instituciones, empresas, asociaciones de toda índole y, por supuesto, empresas de la información) que cuentan con una página web; y la formación adhoc de las personas con discapacidades para la correcta gestión de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones. La Unión Europea se encuentra en vanguardia internacional en lo que a fomento normativo de la accesibilidad web se refiere. En junio de 2000 la Comisión Europea aprobó el Plan de Acción eEurope 2002, entre cuyos objetivos figuraban aumentar el número de conexiones a Internet, abrir el conjunto de redes de comunicación a la competencia y estimular el uso de Internet, haciendo hincapié en la formación y protección de los consumidores. Dentro de esta faceta de formación y protección encontramos ya el germen de la accesibilidad bajo el epígrafe “Participación de todos en la economía basada en el conocimiento”. Esta declaración teórica se concreta en las respectivas Resoluciones del Consejo Europeo de 26 de marzo de 2002 (“eEurope 2002: Accesibilidad de los sitios web públicos y su contenido”) y de 6 de febrero de 2003 (“Accesibilidad electrónica-mejora del acceso de las personas con discapacidad a la sociedad del conocimiento”) a la hora de sentar las bases para consolidar este aspecto, tanto en el ámbito de lo público como en lo tocante a empresas y ciudadanos. En lo que se refiere a España, la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico (34/2002 de 11 de julio) indica explícitamente en su Disposición Adicional Quinta, titulada “Accesibilidad para las personas con discapacidad y de edad avanzada a la información proporcionada por medios electrónicos”, que todas las webs que dependan directa o indirectamente de las administraciones públicas debían ser accesibles desde el 31 de diciembre de 2005 (BOE, 2002, 25.399). Dicha normativa, cuyo grado de cumplimiento es más que discutible, se ha completado y enriquecido con la Ley 11/2007 de Acceso electrónico de los ciudadanos a los Servicios Públicos de 22 de junio y la Ley 56/2007 de Medidas de Impulso de la Sociedad de la Información de 28 de diciembre. David Parra Valcarce Santiago Martínez Arias En el caso de las empresas privadas la situación es ligeramente diferente: el Real Decreto 1494/2007 de 12 de noviembre por el que se aprueba el Reglamento sobre las condiciones básicas para el acceso de las personas con discapacidad a las tecnologías, productos y servicios relacionados con la sociedad de la información y medios de comunicación social, mencionaba el plazo de diciembre de 2013, aunque de una manera un tanto ambigua. La mera mención a medios de comunicación social ya da una idea de la importancia dada por el legislador a este ámbito de actividad. Sabiendo esto, entendemos la accesibilidad web como la posibilidad de adentrarse en los contenidos de la Red independientemente del tipo de hardware, software, infraestructura de red, idioma, cultura, localización geográfica y capacidades de los usuarios. A grandes rasgos, indica la capacidad de acceso a la web y a sus contenidos por parte de todo tipo de personas, incluyendo las que tengan algún tipo de discapacidad, con independencia de la discapacidad de que se trate (conviene poner de relieve que mejora el acceso a la web en general, por lo que no es de interés únicamente para personas con discapacidad, como en ocasiones parece darse a entender). Expresado con otras palabras, la accesibilidad web permite acercarse a la información contenida en los sitios web sin limitación alguna por razón de deficiencia, minusvalía o tecnología utilizada sin que interfieran, por ejemplo, aspectos como: problemas de oído, visión, movilidad; dificultades de lectura o comprensión cognitiva; imposibilidad de utilización del teclado o el ratón; lector de sólo texto, pantalla pequeña o conexión lenta. La situación que estamos describiendo aquí afecta de manera inequívoca a un producto como el periódico online, que implica un novedoso tratamiento de la información periodística (García de Diego et al., 2007: 130). La producción informativa no solamente ha de basarse en la importancia y trascendencia que tiene el desarrollo de los acontecimientos y el repertorio de los mismos (lo cual, indiscutiblemente, es fundamental y más con el empleo y uso de las nuevas tecnologías de la información). Es muy importante la forma en que la información llega al usuario ya que ello provoca e incluso condiciona su uso o consumo. Los elementos que configuran o materializan la información, ya que ésta en sí es un elemento abstracto, vienen determinados por la tecnología empleada. Consiguientemente dicha tecnología es la que marca una serie de Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital. Conceptos básicos 75 relación entre elementos de la página); y documentos poco claros y simples, lo que dificulta su comprensión para los lectores con discapacidad. 5.3. Relación con la audiencia El entorno Web 2.0 examinado en el primer tema de este manual sienta las bases para el surgimiento y posterior consolidación de la noción de prosumidor, como síntesis de productor + consumidor, que es desarrollada por autores como Toffler (1980), quien lo considera como un sujeto paradigmático de la tercera ola, o Tapscott (1995), que lo identifica con aquella persona que hace las cosas a su manera. La combinación de prosumidor con redes sociales enraíza un nuevo escenario, en el que las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones adquieren un peso específico creciente en la totalidad de los sectores productivos y, por ende, también en el mercado de la información periodística (Sánchez Carrero y Contreras, 2012: 67). Blogs, wikis, canales audiovisuales como You Tube y Vimeo, portales de fotografías como Flickr, dedicados a la música como Last.fm, plataformas educativas como las aulas o campus virtuales y la amplia gama de las diferentes redes sociales, integran una gran parte de ese universo de la participación del usuario como productor y consumidor. Supone un enfoque diferente de comprender los mercados, de dar y recibir. Las redes sociales, en particular, contribuyen a hacer del prosumidor un usuario mucho más activo, que aprovecha el medio para generar opinión o recomendar un sinfín de actividades. Desde este punto de vista nos encontramos en un entorno singular, con unas muy distintas pautas de consumo por parte de los usuarios, entre las que adquieren creciente peso específico el in-forming, la colaboración o la búsqueda de respuestas que va mucho más allá de la tradicional actitud de los usuarios de los medios convencionales (Islas, 2008: 37). El canal paradigmático (si bien no el único) de esta novedosa relación entre la industria de la información y sus audiencias en el entorno de la información digital se sustenta en las redes sociales, cuya base conceptual se sitúa a finales de los años veinte del siglo David Parra Valcarce Santiago Martínez Arias XX con Karinthy y su ya celebérrima teoría de los seis grados de separación, cuya formulación fue posteriormente recogida, ampliada y puesta al día por Watts (2003), quien subrayó cómo cualquier habitante de nuestro planeta se encuentra conectado a través de no más de cinco intermediarios (seis eslabones) y de qué manera el número de individuos con quienes una persona se relaciona se incrementa conforme aumenta dicha cantidad de eslabones de la cadena. Martos (2010: 10) considera que “una red social es un conjunto de lazos entre diversos actores (personas físicas u organizaciones), todos del mismo o similar tipo, que cuenta con un objetivo y unas normas; y cuyo uso se basa en ofrecer a los usuarios la posibilidad de narrar sus experiencias, incluso la propia biografía, explicar sus actividades, mostrar sus logros y describir sus intereses o ilusiones de forma o anónima o no”. Por su parte Bernal y Angulo, basándose en los trabajos de Boyd y Ellison (2007), las definen (2012: 25) como “un servicio de Internet que permite a cualquier cibernauta construirse un perfil –público o semipúblico– dentro de un sistema gestionado por un tercero; compartir relaciones –experiencias, contenidos, etc.– con una lista de otros usuarios que, dependiendo de la privacidad autodefinida de su perfil, podrá tener acceso a todos los seguidores y a sus experiencias de los miembros de las listas que sigan las suyas”. Aunque no exista unanimidad en las definiciones, lo cierto es que en todas ellas advertimos determinados aspectos de coincidencia, entre los que destacan: el uso de internet como plataforma de difusión de contenidos; el registro previo y la creación de un perfil para poder hacer uso del servicio; la interacción con otros usuarios; la generación de información que se comparte; y la creación de grupos de personas con determinados vínculos específicos. A efectos prácticos, todo ello tiene como consecuencia un conjunto de nuevos procesos de socialización, cambios en la manera de interactuar empresas de la información y audiencias o la inauguración de un espacio inédito de carácter virtual, con potencial impacto sobre la transmisión de normas, valores, actitudes y comportamientos personales y sociales (García Galera y Del Hoyo, 2013: 114). Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital. Conceptos básicos 77 Aunque a finales del siglo XX ya aparecen algunos ejemplos significativos de redes sociales online (con Classmate.com, 1995; AsianAvenue.com, 1997; y Sixdegrees.com, 1997 a la cabeza), no será hasta el comienzo del siglo XXI cuando se asista a su expansión y consolidación entre la comunidad internauta a partir de los ejemplos de Ryze.com (2001), LinkedIn (2002), Tribe (2002), MySpace (2003), Xing (2003, inicialmente bajo el nombre OpenBC), Orkut (2004), Flickr (2004), Facebook (2004), YouTube (2005), Twitter (2006) o Instagram (2010), entre otros particularmente significativos. Sin ningún ánimo de exhaustividad, creemos relevante la clasificación de redes sociales establecida por el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información y recogida por Urueña (2011: 13-16): directas (según la finalidad: de ocio y profesionales; según el modo de funcionamiento: de contenidos, de perfiles personales y profesionales y de microblogging; según el grado de apertura: públicas y privadas; según el nivel de integración: horizontales y verticales) e indirectas (foros y blogs). 5.4. Bibliografía ARMENTIA, José Ignacio (2000). La información en la prensa digital: redacción, diseño y hábitos de lectura. Zer Revista de Estudios de Comunicación, 9. BERNAL, César y ANGULO, Félix. (2012). Interacciones de los jóvenes andaluces en las redes sociales. Comunicar, 40, pp. 25-30. BOE (2002). Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico. Madrid: Boletín Oficial del Estado. 12 de julio, pp. 25.388-25.403. BOE (2007). Real Decreto 1494/2007 por el que se aprueba el Reglamento sobre las condiciones básicas para el acceso de las personas con discapacidad a las tecnologías, productos y servicios relacionados con la sociedad de la información y medios de comunicación social. Madrid: Boletín Oficial del Estado. 21 de noviembre, pp. 47.567- 47.572. BOYD, Danah y ELLION, Nicole (2007). Social Network Sites: Definition, History and Scholarship. Journal of Computer-mediated Comunication, 13 (1), pp. 210-230. David Parra Valcarce Santiago Martínez Arias
Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital. Conceptos básicos 81 Tema 6. Consejos prácticos para la creación de un cibermedio 6.1. Aspectos infraestructurales Uno de los aspectos característicos de la información digital es su coste económico más competitivo en relación con otras modalidades. Poner en marcha un cibermedio es considerablemente más barato que implantar un periódico o una emisora de radio o televisión (cuestión bien distinta son las posibilidades de rentabilizar un proyecto de tales características, tal y como puede comprender por la proliferación de modelos de negocio expuesta en el tema cuarto de este manual). El comienzo de toda iniciativa pasa por dos elementos esenciales: en primer lugar, el registro y dado de alta de un dominio o dirección URL en internet, que permitirá la identificación del cibermedio por parte de la comunidad internauta; y, en segundo término, la contratación de un servicio de hosting que permita el alojamiento de la página web en un proveedor de contenidos, propietario de los servidores que albergan esta clase de proyectos. Uno de los aspectos críticos radica en la implantación del software de gestión de contenidos, cuya función es de doble naturaleza: operativa y de administración. Desde el punto de vista operativo ejerce de nexo entre una propuesta de diseño (a partir de unas plantillas predefinidas, mediante la combinación de programación HTML5 y hojas de estilo CCS o integrando ambos aspectos) y los contenidos que se generan en el día a día. En lo que atañe a su faceta de gestión permite la administración integral de la página. Tal hecho incluye la definición de los diversos tipos de usuarios con permiso para acceder al sistema (y las funciones que pueden desempeñar cada uno de ellos), las relaciones que se establezcan con la audiencia (a partir de mini programas informáticos ligados con elementos como redes sociales, chats, foros, servicios de sindicación de contenidos o encuestas interactivas, entre otros muchos), el soporte de toda clase de contenidos publicitarios (desde los basados en la publicidad contextual a partir de David Parra Valcarce Santiago Martínez Arias códigos de Google hasta los anunciantes convencionales), la delimitación de servicios y funcionalidades de valor añadido (botones de búsqueda de contenidos…) o la definición de una adecuada política de cumplimiento con la legislación en materia de protección de los datos de los internautas (aviso legal, política de cookies, política de seguridad, derecho de cancelación…). Algunos aspectos que resultan recomendables a la hora de instalar un CMS (sobre todo en el caso de proyectos periodísticos modestos o en fase de lanzamiento inicial) son los siguientes: flexibilidad (fácil modificación de sus pautas de diseño y de los contenidos que se generen; escalabilidad (con capacidad de crecimiento conforme se vayan incrementando las necesidades del proyecto); facilidad de uso y administración; permitir y facilitar la participación de las audiencias (en forma de comentarios u otro tipo de aspectos); ser soportado por una poderosa comunidad de desarrolladores que se encargue de mantener y mejorar de forma constantes sus prestaciones (en materia de funcionalidades, seguridad, robustez…); gratuidad (al menos en sus funciones básicas, con la posibilidad de conseguir módulos avanzados de pago); y capacidad para soportar elementos publicitarios. Otros elementos adicionales desde el punto de vista tecnológico son: equipos de fotografiado y de filmación, programas de edición de vídeo y software de tratamiento y retoque de fotografías. 6.2. Escribir en la Red Un elemento diferencial de la información digital en cuanto a su redacción respecto a los medios de comunicación tradicionales es que no se escribe únicamente para el consumidor de contenidos (el internauta) sino también para el motor de búsqueda que va a permitir su mejor posicionamiento cuando sea buscado por ese usuario (un aspecto al que se dedica por completo el tema séptimo de este manual). Se produce una situación no siempre bien comprendida por parte de los profesionales de la información que da lugar a textos redactados de manera ineficiente para garantizar un buen posicionamiento o a textos descafeinados que piensan en exceso en la faceta SEO Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital. Conceptos básicos 85 Cuando llevamos dos décadas de siglo XXI, el devenir de los nodos en encuentra en el estadio que podemos calificar de etapa primitiva, algo lógico si tenemos en cuenta que apenas ha transcurrido un cuarto de siglo desde la consolidación de los cibermedios. Por consiguiente sólo hemos asistido a unos mínimos balbuceos de lo que puede dar de sí esta realidad, condicionada de forma adicional por la existencia de un abundante conjunto de herramientas tecnológicas, buena parte de ellas de carácter gratuito, cuyo principal rasgo en común es su aplastante mediocridad (silenciada por el poder de fabricantes y comunidades de desarrolladores y casi siempre con la complicidad de medios de comunicación, analistas y supuestos expertos). La consecuencia de todo ello son textos deficientemente redactados sin tener en cuenta las particularidades del entorno online, infrautilización de las posibilidades de fotografías y vídeos (meras acompañantes aquéllas, aburridos hasta el extremo éstos), empleo cromático basado en los tradicionales patrones de la luz reflejada y no de la característica luz emitida propia de la Red, uso anodino de los hipervínculos y un largo etcétera de despropósitos similares. Tal hecho no supone en absoluto una crítica a los profesionales del sector: no es posible (y posiblemente tampoco sea deseable) avanzar más deprisa con lo que actualmente se tiene. No hay un contexto propicio, ni un saber hacer suficiente ni siquiera el software pertinente. Realizando un paralelismo con la historia de la pintura, ¿alguien podría calificar de mediocre la obra de Ghirlandaio, Gozzoli o Schongauer por su incapacidad para gestionar conceptos como el plano o la profundidad? Nada sería más injusto; era lo que tocaba en aquel momento. Ante una situación de tal naturaleza son dos los posibles senderos a recorrer en el proceso de reformulación de los nodos (y ambos son difícilmente compatibles entre sí). El primero de ellos consistiría en la apuesta por los vectores representados por la instantaneidad y la inmediatez, es decir, lo que se ha venido realizando a lo largo de estas últimas décadas. El gran problema que implica el tránsito por esta vía es la constante caída del supuesto valor añadido del profesional de la información: su capacidad para narrar historias relevantes e interesantes a partir de su capacidad de observación, su deontología profesional y su compromiso social, entre otras cuestiones. David Parra Valcarce Santiago Martínez Arias Tratar de enmascarar esta aspiración bajo el supuesto rol del periodista como gestor de contenidos, arquitecto en la red o programador de servicios (es decir, justificar el actual copiar y pegar que se practica en muchos cibermedios) sienta las bases para que su labor sea llevada a cabo por los siempre eficaces robots (y algunos ejemplos hay ya en este sentido) y marca la senda para que su destino sea similar al de telefonistas (y por ello no concluyeron las telecomunicaciones), colocadores de bolos (deporte con más de 65 millones de practicantes sólo en Estados Unidos) o cortadores de hielo (elemento cuya abundancia en los domicilios ha originado su exponencial caída de precios durante las últimas cinco décadas). Es decir, un periodismo sin periodistas. Pero hay un segundo camino para reforzar el nodo de ciberinformación. Esta segunda vía pasa, desde el punto de vista del contenido, por la potenciación de géneros periodísticos como el reportaje en profundidad, la entrevista en profundidad, la gran crónica… sustentados en aspectos como la multimedialidad, la hipertextualidad y la interactividad. Es en estos géneros donde el periodista tiene la plena capacidad para, partiendo de lo particular, plantear cuestiones de interés general en las que prime la reflexión, el análisis, la interpretación de los datos inconexos. Si la adopción del primer camino marcaba la senda de la posible desaparición del periodista como el profesional de la información la segunda de las vías sienta las bases para que el nodo sea una herramienta estratégica capaz de aportar valor añadido por sí misma. En este caso el periodista protagonizaría una reconversión similar a la de cocheros de caballos y bañeros (aunque posiblemente sin llegar a lo que ocurrió con los barberos, todo sea dicho de paso). Desde tal punto de vista, algunos consejos prácticos de redacción para la información digital serían: Se titula no sólo para el internauta, sino también para los motores de búsqueda. El título debe estar lo más estrechamente relacionado posible con las palabras clave que definen un contenido periodístico. Por la idiosincrasia del sistema, se desaconseja títulos de gran longitud (como norma, que no superen las 50 letras y Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital. Conceptos básicos 87 espacios). Además, en muchas ocasiones el titular puede ser un elemento de enlace directo con las redes sociales. Todo enlace permanente (elemento que en un CMS figura debajo del titular y que constituye parte de la URL en internet) debe incluir una versión resumida del titular en la que se aluda a sus aspectos clave, con sus palabras separadas mediante guiones. Dado que este enlace es utilizado por los motores de búsqueda como elemento de posicionamiento SEO, es recomendable que contenga las palabras clave de dicho posicionamiento. El actual algoritmo de Google subraya el papel estratégico de las primeras palabras de todo contenido periodístico. Las primeras 150 palabras son básicas para conseguir un mejor posicionamiento SEO (además de para captar la atención del lector como ocurre con cualquier medio de comunicación). En ese texto inicial deben incluirse las palabras clave del contenido. Cuando lee un contenido el internauta no lo hace de manera convencional (es decir, de forma secuencial) sino que la mirada dibuja un patrón de lectura que tiene forma de F (Nielsen y Pernice, 2010). La clásica pirámide invertida es útil pero no la única posibilidad en la estructuración de textos de información digital. Opciones como el diamante (Bradshaw) o la pirámide tumbada (Canavilhas) pueden ser válidas. Los párrafos del texto deben tener entre 300 y 500 letras y espacios, lo que viene a equivaler a entre 50 y 80 palabras (en torno a seis líneas en un estilo de maquetación estándar). Siempre es conveniente que en los primeros cinco párrafos se incluyan la palabras clave aunque sin que su densidad supere la cifra del cinco por ciento del texto (siempre hablando en términos generales). No hay un número máximo de párrafos. Es falso el mito de que los internautas únicamente leen textos cortos. Si el texto resulta de suficiente calidad, forma parte de un proyecto periodístico con una imagen de marca suficientemente David Parra Valcarce Santiago Martínez Arias En el caso concreto de España, tanto los organismos encargados de velar por el cumplimiento de la legislación como la doctrina jurisprudencial ponen de relieve estos niveles de diligencia situados por encima de lo exigible a otros sectores productivos (Parra, 2017: 114). Dicha protección se sustancia, a efectos prácticos, en textos como la Ley Orgánica de Protección de los Datos (LOPD) de 1999 (junto a su Reglamento de 2007), el Reglamento Europeo de Protección de Datos (REPD) de 2016 o las pautas que conforman las Orientaciones y garantías en los procedimientos de anonimización de datos personales establecidas por la Agencia Española de Protección de Datos (AGPD). De manera adicional, existe ya una normativa comercial, civil y jurisprudencial que conviene no perder de vista, si bien su incidencia en el proceso aquí examinado es de índole menor. La analítica web constituye uno de los aspectos prioritarios en la política estratégica de cualquier clase de iniciativa ligada con la información digital. En un escenario multiplataforma, la medición del tráfico generado por una página web resulta imprescindible para obtener un perfil del internauta que permita optimizar sus posibilidades a la hora de definir una estructura de diseño, una propuesta de contenido, un modelo de negocio prioritario o una relación con los anunciantes tan sólida como eficaz y rentable. Bien sea a través de una herramienta estándar como Google Analytics bien a través de otras herramientas gratuitas o de pago, el conocimiento cuantitativo (total de accesos, número de visitantes únicos, páginas vistas, tiempo medio de estancia en la página…) y cualitativo de las audiencias (manera en que entran, temáticas favoritas, contenidos específicos preferidos…) es la base que permitirá una mejor focalización del proyecto. Esta amplia oferta de herramientas (gratuitas y de pago) es también aplicable al ámbito del control/monitorización. El constante avance tecnológico, el formidable desarrollo de este mercado y la existencia de una poderosa comunidad de desarrolladores contribuyen a su incesante implementación. Como principio esencial, siempre merece la pena crear una alerta para recibir avisos de menciones y citas con el fin de poder reaccionar de la manera más ágil y eficaz posible Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital. Conceptos básicos 91 ante cualquier posible incidencia (una posibilidad que, por ejemplo, Google permite realizar de manera sumamente sencilla). Entre las herramientas de análisis y control las hay de carácter global y específicamente concebidas para las diferentes redes sociales. Dentro de esta tipología cabe distinguir facetas como las referidas a búsqueda de conversaciones, viabilidad de marca, búsqueda de perfiles, panel de escucha, rastreo y creación de frases clave, monitorización de comunidades, examen de tendencias, análisis sincrónico y diacrónico de etiquetas, búsqueda avanzada de menciones, rastreador de términos… Aunque la formidable evolución de la tecnología ocasiona el constante surgimiento y desaparición de esta clase de herramientas, pueden citarse algunas de ellas particularmente utilizadas dentro del entorno de la gestión periodística de la información digital: SocialMention, Qwerly, Kgbpeople, Fanganger, Trendsmap, Klout, Google Trends, Technorati… 6.4. Bibliografía BAUMAN, Zygmunt (2013). La cultura en el mundo de la modernidad líquida. Madrid: Fondo de Cultura Económica. CASTELLS, Manuel (2005). La era de la información (volumen 1). Economía, sociedad y cultura. La sociedad red. Madrid: Alianza Editorial. NIELSEN, Jakob y PERNICE, Kara (2010). Eyetracking Web Usability. Berkeley: New Riders. PARRA, David (2017). Obligaciones legales de las empresas periodísticas españolas en la conservación de su información y documentación corporativa. Derecom, 22, pp. 101- 117. PÉREZ TORNERO, José Manuel y TEJEDOR, Santiago (directores) (2014). Escribir para la Red. Barcelona: Universitat Autónoma de Barcelona. PIROLLI, Peter (2012). The Use of Proximal Information Scent to Forage for Distal Content on the Wood Wide Web, en Alex Kirlik (editor), Working with Technology in Mind: Brunswikian Resources for Cognitive Science and Engineering. Nueva York Oxford University Press. David Parra Valcarce Santiago Martínez Arias RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, Óscar (2012). Community Manager. Madrid: Anaya Multimedia. SERRANO, Ana (2010). Diseño de nodos iniciales en ciberperiodismo. Un estudio comparativo (tesis doctoral). Bilbao: Universidad del País Vasco. TASCÓN, Mario (director) (2012). Escribir en internet. Barcelona: Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores. Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital. Conceptos básicos 95 Un panorama como el aquí descrito permite la formulación de preguntas como: ¿es lícito supeditar la calidad de los textos para ajustarse a los parámetros marcados por el SEO?; ¿existe alguna fórmula SEO que no obligue al empleo redundante de palabras clave?; ¿qué implicaciones tiene para las empresas de la información y, por extensión, para los profesionales que desarrollan su actividad en dichas empresas el empleo sistemático de técnicas SEO?; ¿qué papel juegan los periodistas en este novedoso escenario?; ¿debe seguir fomentándose el papel de las redes sociales como elementos que auspician la visita fácil en forma de clickbaits?; ¿hasta qué punto es cierto que los usuarios están demandando esta clase de contenidos?; ¿son realmente útiles estas estrategias y tienen verdadera eficacia para que un medio incremente su visibilidad y, con ello, su tráfico web? 7.2. Evolución en el tiempo de las técnicas SEO y distinción con la noción SEM La perspectiva actual de los medios responde a la fusión de infraestructuras sociales y materiales que ya existían con novedades tecnológicas que se desarrollan en un marco de tendencias socioeconómicas más amplias, uniendo las tradiciones impresas de la narrativa lineal con las capacidades interactivas y multimedia de la informática (Boczkowski, 2004: 21). Y como consecuencia se están produciendo cambios irreversibles en el periodismo, que ya no volverá a ser como lo hemos conocido hasta ahora. Cada generación crea su propio periodismo. Pero no se puede olvidar que el objetivo primordial de la actividad periodística es proporcionar a los ciudadanos la información que necesitan para ser libres y capaces de gobernarse a sí mismos (Kovach y Rosentiel, 2003: 24), permitiendo a los medios actuar como guardianes e impidiendo que los ciudadanos sean conformistas, dando voz a los olvidados. Y es difícil separarla del concepto de democracia. Y ahora, en la fase de speed and space (Fenton, 2010: 559) del periodismo en la que nos encontramos, en la conversación continua que facilitan los diferentes dispositivos David Parra Valcarce Santiago Martínez Arias electrónicos (Rice y Hagen, 2007) y las redes sociales se hace imprescindible un esfuerzo por afianzar el periodismo de calidad y la pluralidad informativa. La digitalización de las noticias tiene aspectos muy positivos como la hipertextualidad, la multimedialidad, la interactividad, la actualización constante. Pero también otros más negativos como la tendencia a abreviar cada vez más los relatos que obliga con frecuencia al periodista a hacer una selección dramática, a ceñirse a una lacerante reducción que le permita comprimir la realidad, que siempre es rica y pluridimensional, y a forzar una descripción breve y muy simplificada (Kapuscinski, 2002: 55). Cuando a comienzos de la década de los años noventa del siglo XX se produce el proceso de eclosión de internet y su conversión de una mera infraestructura de comunicaciones a un formidable almacén de contenidos (Parra, 2008: 67) no existen motores de búsqueda para acceder sino directorios con enlaces a páginas web agrupadas por temáticas, cuyo mantenimiento es realizado mediante operadores humanos. Ante la creciente avalancha de sitios web que acaece a partir de 1993, el Massachussetts Institute of Technology (MIT) decide poner en marcha el servicio Wandex (World Wide Web Wanderer), que facilita el rastreo de los contenidos aunque con unos niveles de precisión todavía muy rudimentarios. La iniciativa del MIT implicaba una especie de SEO muy rudimentario, en el que ya se advertía la existencia de robots y algoritmos de indexación de la información si bien la complejidad de la tarea (desentrañar qué páginas de todas las indexadas versaban sobre el tema buscado y organizar los resultados hallados por orden de relevancia) provocaba el deficiente funcionamiento del sistema. La situación cambia drásticamente a partir de 1998 de la mano de Google, quien ve en las deficiencias apuntadas una significativa oportunidad de negocio. La implantación de un algoritmo propio, conocido como Page Rank, implica que el posicionamiento de una página web no sólo dependa del webmaster sino de los enlaces externos que reciba el sitio con el argumento de que si el contenido es empleado como referente es que su calidad es buena. Sustentado en tal propuesta que sienta las bases de la noción SEO tal y como hoy la entendemos, durante los siguientes años Google lanza una serie de servicios y Tecnologías de la Gestión Periodística de la Información Digital. Conceptos básicos 97 funcionalidades que sirven para consolidar su apabullante dominio del mercado: Adwords (2000), que ofrece publicidad patrocinada a potenciales anunciantes; desarrollo de las primeras interfaces de programación de aplicaciones (APIs) (2002); reformulación de su algoritmo de búsqueda (2003) que penaliza el spam y los textos con demasiada densidad de la palabra clave, complementado con la implantación de Text Links Ads, una especie de supermercado donde las páginas web pueden comprar los enlaces con el texto que consideran de verdadera relevancia, y con el lanzamiento de Adsense (2003), que permite a los editores de los sitios obtener ingresos mediante la colocación de anuncios en su página. De esta manera queda configurado un entorno en el que, en teoría, el buscador premia el contenido de calidad y único, el link building natural (en lugar de los enlaces sin sentido) y el respeto al manual de buenas prácticas desarrollado por Google. No obstante, la práctica desmiente tal planteamiento. Es el uso generalizado de la robótica y los algoritmos para la producción y difusión de noticias lo que en estos momentos puede dañar con más rapidez el periodismo de calidad. La realidad muestra algunos efectos perniciosos de esta práctica: supeditación de los contenidos a los principios SEO con la subsiguiente homogeneización de los mismos, redacción muy redundante basada en las palabras clave, fomento de la proliferación de noticias falsas, uso abusivo de las técnicas de clickbait, creación de contenidos marcadamente intrascendentes, confusión con las acciones de branded content (el usual publirreportaje del entorno impreso)… En suma, el concepto utilitarista de SEO hace depender los contenidos noticiosos de las tendencias e impone las palabras y los conceptos que mandan en cada momento. Distinto es el caso de las técnicas SEM (Search Engine Marketing / Marketing para Motores de Búsqueda), caracterizadas por ser indefectiblemente de pago (generalmente ligadas a procesos sustentados en un servicio como Adwords) y particularmente recomendables en las estrategias de posicionamiento a corto plazo, donde su eficacia resulta imbatible para cualquier apuesta estratégica sustentada en SEO.