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Todas las disertaciones de Simone de Beauvoir + pregunta 4, Apuntes de Historia de la Filosofía

En este documento addjunto todas las disertaciones de Simone de Beauvoir bien hechas y que al parecer nadie ha subido. Están en castellano y la pregunta 4 es más personalizable pero he puesto la que me he estudiado. Espero que sirva de ayuda :)

Tipo: Apuntes

2020/2021

Subido el 08/05/2021

albiuus03
albiuus03 🇪🇸

4.8

(79)

8 documentos

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¡Descarga Todas las disertaciones de Simone de Beauvoir + pregunta 4 y más Apuntes en PDF de Historia de la Filosofía solo en Docsity! SIMONE DE BEAUVOIR PREGUNTA 4 “¿En qué medida el hecho de ser mujer ha afectado a nuestra vida? ¿Qué oportunidades se nos han dado y cuáles se nos han negado?” son algunas de las preguntas formuladas por Simone de Beauvoir en El segundo sexo. Estas preguntas siguen vigentes incluso en las democracias liberales del mundo occidental. Salarios más bajos, una educación diferenciada… suponen un “techo de cristal”, en el desarrollo pleno de las mujeres en sociedades supuestamente desarrolladas. Pero es en países calificados como "subdesarrollados" donde el patriarcado es llevado al extremo. En estos países las mujeres han sido, y siguen siendo, excluidas de todo tipo de funciones alejadas del ámbito del cuidado. Las creencias que consideran a las mujeres como simples objetos y acompañantes del varón, construyen una sociedad donde el poder social y la autoridad son únicamente asumidos por varones. No obstante, cada vez se producen más críticas contra estas situaciones y más reivindicaciones feministas en todo el mundo con el fin de lograr la completa igualdad tan ansiada por los feministas. En conclusión, desde la perspectiva existencialista de Simone de Beauvoir, las situaciones que viven muchas mujeres en el mundo son totalmente inaceptables, pues han de sufrir todo tipo de calvarios por el simple hecho de nacer hembras humanas. Su libertad es inexistente y su subordinación total. Por este motivo es necesaria una reflexión global, y sobre todo una acción, para erradicar de una vez por todas el mito de la feminidad y las sociedades patriarcales. El existencialismo de S. de Beauvoir El existencialismo es la corriente filosófica en la que se basa Simone de Beauvoir y que se centra en el análisis de la condición humana, la libertad y la responsabilidad individual. El existencialismo defiende que lo más importante para la persona es el hecho de ser un ser consciente que actúa de forma independiente y responsable. De esta forma podríamos decir que los actos y las decisiones que tomamos de manera consciente y responsable son los que determinan quienes somos. Por tanto, nos construimos con nuestras decisiones libres. De esta manera, cuando a una mujer, una sociedad le impone que por nacer hembra ha de ser madre, está reduciendo su libertad, es decir, está reduciendo un ser cuya característica fundamental es que no tiene características predeterminadas y que las ha de elegir con su libertad, en un ser predeterminado, lo cual es un grave error. Simone habla del término esencia para explicar esto. La esencia es el conjunto de características que se le atribuyen a algo de una manera predeterminada. El problema es cuando esas características en vez de atribuirlas a algo, las atribuimos a alguien, es decir, en el caso de la mujer, por ejemplo, se le imponen unas características como que por tener útero ha de ser madre o ser femenina, entre muchas otras. Con estas características se está eliminando la condición más importante de la mujer: su libertad, eliminando la capacidad de decidir cómo quiere ser. Existir sin libertad, es como no existir. La libertad se puede ver afectada en mayor o menor medida por la situación en la que vivimos. Estas situaciones vienen dadas por un contexto compuesto de aspectos biológicos, psicológicos, económicos y sociales que nos pueden hacer caer en la inmanencia, es decir, renunciando a la posibilidad de elegir el propio camino de nuestra vida. Esto nos lleva a hablar del sujeto situado, donde decimos que el ser humano será siempre sujeto situado, “sujeto” porque debe decidir libremente para ser, y “situado” porque siempre se verá influenciado por el contexto en el que se encuentre. Este contexto puede ejercer una presión psicológica si la mujer para ser reconocida necesita de un marido como pasaba en la sociedad patriarcalista; así como su condena a la dependencia económica del marido. Así también, otros seres humanos pueden favorecer nuestra libertad o impedirla del mismo modo que nosotros podemos favorecer o impedir la libertad de los otros con nuestras elecciones libres. Este hecho lleva a Simone de Beauvoir a diferenciar dos tipos de acciones, las buenas, aquellas que ayudan a la libertad de los demás y reconocen y fortalecen la propia, y las malas, que las definimos como las que limitan la libertad de los demás y niegan o debilitan la propia. Por esto decimos que los conceptos de existencia y libertad, para Simone de Beauvoir son sinónimos, y son difíciles de alcanzar, sin embargo, no es imposible, y siempre que actuemos de forma que favorezcamos la libertad, en la mayor medida posible, podemos llegar a realizarnos como sujetos libres e independientes. Problematización de la categoría “mujer” El objetivo de Simone de Beauvoir es introducir la duda en un concepto, idea o categoría del que supuestamente todo el mundo conoce su significado, esto significa problematizar. Por categoría entendemos un término o idea que abarca un conjunto de características que define o delimita una realidad, en este caso, el ser mujer. El primer problema que manifiesta Simone de Beauvoir es precisamente que aunque exista una definición de mujer en el diccionario, que todo el mundo dé por buena y definitiva, en realidad, no sabemos lo que es ser mujer, y es que Simone de Beauvoir busca conocer la verdad sobre la mujer y para ello provoca una revolución feminista. Precisamente porque Simon es una mujer rechaza en la introducción de El Segundo Sexo, la definición de la biología y la fisiología sobre el concepto de mujer: “Ser mujer es tener útero”. La razón por la que rechaza esta definición es porque según S.B no todo el mundo está de acuerdo con esta definición, y que no bastan unas determinadas características anatómicas y fisiológicas para definir una mujer, pues hay seres humanos que tienen esas características pero que no son consideradas mujeres. Según S. B, el eterno femenino es una creación y modo de valoración cultural en el que somos educados. Este concepto de eterno femenino dice que no bastan las características fisiológicas, sino que además a la mujer le corresponden las siguientes características: más sensibilidad, pasividad, sensualidad, emotividad, dependencia del hombre, ama de casa… En este sentido al hombre se le atribuye ser el punto de vista neutro, normalizado, general, objetivo y esencial, frente al de la mujer que sería particular, raro, parcial, subjetivo y prescindible. De esta forma la sociedad, la civilización y la cultura desequilibran e implantan la asimetría en la relación hombre- mujer consolidándose la cultura del patriarcado. Esta desigualdad y asimetría hombre-mujer S.B cree que puede ser superada desde la filosofía existencialista. Esta filosofía afirma que la existencia precede a la esencia, es decir, el ser humano no está determinado por ningún tipo de concepto o esencia psicológica, biológica o económica, el ser humano es lo que él libremente decida ser, es la libertad la que nos da el ser. Cuando el ser humano renuncia a esta libertad pasa a ser un concepto, una categoría, una idea o un prejuicio como lo puede ser el hecho de afirmar que la mujer tiene un destino biológico, psicológico o económico, que es frente a lo que reacciona S.B. afirmando que no se nace mujer, se hace. Así pues,pS.B reclama la libertad por encima de los condicionantes de la biología, psicología y economía, como la clave que distingue al ser humano del resto de seres vivos y lo hace reivindicando la igualdad entre hombres y mujeres, pues la mujer tiene más dificultades que el varón para la libertad. En conclusión, S.B intruduce la duda en el concepto de mujer para reivindicar la libertad cuestionando el concepto biológico de mujer y el cultural de eterno femenino; esta negación de la categoría mujer lo hace desde un planteamiento filosófico existencialista que reivindica la libertad. Así consigue cuestionar teorías filosóficas tan importantes como el psicoanálisis, el vitalismo de Nietzsche, el materialismo histórico etc. El cuestionamiento de estas teorías se resumiría en la famosa frase de no se nace mujer, se hace. Lectura feminista de la dialéctica hegeliana del amo y del esclavo: la mujer como Otro en la sociedad patriarcal La dialéctica hegeliana, es usada cuando se crea una oposición o controversia entre dos elementos. Cuando se utiliza la dialéctica para cualquier ámbito, siempre se tienen claros tres elementos que la definen o constituyen: tesis (punto de partida), antítesis (negación de la tesis), y síntesis (nueva concepción del problema que se ha generado). De una manera similar Simone de Beauvoir analiza el trato de la mujer como lo Otro en vez de como Sujeto. Entendemos Otro como aquel ser humano que no se reconoce a él mismo con la capacidad de ser Sujeto, es decir, autor de su propia vida desde la libertad. El primer inconveniente que manifiesta Simone de Beauvoir se produce cuando los hombres se afirman como sujetos, relegando a las mujeres el papel de “otras”, y éstas no son capaces de afirmarse como sujetos y, por el contrario, se someten a un punto de vista ajeno que dan por válido. Simone de Beauvoir en “El Segundo Sexo” afirma que cuando una película es dirigida por una mujer, se distingue un cine de mujeres, pero en el caso de que sean los hombres quienes hagan esta labor, no utilizamos ninguna diferencia. Esto pone de manifiesto que el varón representa la objetividad por pleno derecho, por el simple hecho de ser varón e imponer su perspectiva, mientras la mujer representa la subjetividad, y esto es así porque se han encargado los varones de hacer esta distinción, las mujeres no la han cuestionado y de esta manera se han convertido en otras, renunciado a ser sujetos. Lo que S.B pretende es que la mujer reaccione, tome conciencia de la inferioridad y se reivindique como sujeto. Para ello Simone de Beauvoir va a describir la relación hombre-mujer mediante la dialéctica hegeliana del amo-esclavo. Una vez que ha sido analizado y definido el término “mujer”, como otra, Simone de Beauvoir recurre a la filosofía hegeliana. Esta filosofía, en primer lugar, muestra la oposición en la construcción de la consciencia misma. El amo para ser amo necesita el reconocimiento del esclavo y la sumisión de éste, sin este reconocimiento y sumisión, el amo nunca sería amo, por su parte, el esclavo, a cambio de esa sumisión y reconocimiento del señor, se beneficia de la protección que el amo le brinda. En la relación hombre-mujer, la mujer asume el rol de esclavo respecto al varón, sin cuestionar este vasallaje. En el pasado remoto, los varones arriesgaban su vida ante situaciones peligrosas como la guerra y la caza..., pudiendo actuar libremente y decidiendo sus propios fines. Por su parte, las mujeres, que no participaban en esas empresas peligrosas por la servidumbre de la maternidad, reconocían el valor y prestigio del hombre, y esto llevaba a que los hombres obtuviesen el prestigio y fuesen reconocidos por las mujeres, que pasaban a ser las “otras” para el varón. Además, los varones sometían a las mujeres aprovechando su poder y prestigio y protegían a las mujeres para mantener dicho poder y prestigio. Simone de Beauvoir afirma que esta relación que se establece en la dialéctica de Hegel describe la relación entre hombre y mujer, ya que entre ellos no hubo nunca enfrentamiento: ellas aceptaron lo que ellos llevaron a cabo y quedó fuera de su alcance el transformar la situación y superarla. Como consecuencia de lo establecido, la mujer vive en una enorme desventaja. La relación de vasallaje en que se han encontrado las mujeres respecto de los varones, solo puede ser superada cuando las mujeres tengan oportunidades para que se produzca su liberación plena. Han de poder afirmarse como sujetos de sus propios proyectos y ello requiere la modificación de su relación con los varones. Cuando ellas se afirmen como sujetos, podrá tener lugar el reconocimiento recíproco que posibilitará las relaciones igualitarias y verdaderamente humanas entre hombres y mujeres. En conclusión, el hombre, amo, y la mujer, esclava, están en una relación dialéctica de oposición y sometimiento que todavía pervive en una sociedad patriarcalista a la espera de una superación de la desigualdad; esta desigualdad se observa en fenómenos tan sencillos como hablar de cine de mujeres, o literatura de mujeres ya que el mismo lenguaje delata que la mujer es subjetiva, por el mero hecho de ser mujer, y el hombre objetivo, por el mero hecho de ser hombre. Esta falta de simetría viene condicionada por un pasado en el que la mujer quedaba completamente limitada por la de la maternidad que le impedía arriesgar su vida en las empresas de prestigio: la guerra y la caza; y se superará cuando las mujeres tengan las condiciones para liberarse. En conclusión, Simone de Beauvoir insiste en que la autonomía de la mujer hará surgir nuevos modos de vivir la sexualidad, más libre para ellas, lo que posibilitaran relaciones eróticas más equilibradas y enriquecedoras. Para ella, el ser humano es libertad y realiza su ser mediante su acción y afirma que las relaciones que se establezcan entre determinados individuos serán positivas o negativas dependiendo de la generosidad y libertad con que éstas se afronten. Educación y evolución colectivas para conseguir la autonomía de las mujeres Cuando nos referimos a educación y evolución colectivas para conseguir la autonomía de las mujeres, significa que es necesario un cambio. Simone de Beauvoir estudió con rigurosidad la situación de la mujer en su época y podemos comprobar que la mujer siempre ha estado situada en una posición de inferioridad respecto al hombre. Esta situación se lleva dando desde los comienzos de la historia humana y, poco a poco, las mujeres han ido tomando las riendas y rompiendo los roles de género para conseguir una sociedad más justa. Actualmente, siguen existiendo muchas grietas que no permiten a la mujer desarrollarse y, sobre todo, “liberarse” de la maternidad. La conciliación del trabajo productivo con el reproductivo es uno de los elementos fundamentales para conseguir la autonomía de las mujeres. Esto solo es posible si el trabajo productivo cumple determinadas condiciones y el reproductivo no recae exclusivamente en ellas. Por ejemplo, establecer bajas de maternidad y de paternidad igualitarias; mismos días, mismas oportunidades. Por otro lado, facilidades en el trabajo respecto del cuidado de los hijos; si es necesario faltar al trabajo porque tu hijo tiene fiebre, que no haya consecuencias negativas. Simone de Beauvoir pensaba que el mundo socialista podría conseguir esa conciliación señalada al apostar por una sociedad sin clases que concibiese la justicia como igualdad. Creía que se pondría fin a la explotación de trabajadores y trabajadoras y, que la organización social liberaría a las mujeres de las cargas del trabajo reproductivo. Aun y todo, esta revolución no triunfó. Otra cuestión a tratar sería la educación; es necesario una educación realmente igualitaria para conseguir llevar a cabo una evolución colectiva. Se ha de establecer un sistema educativo mixto; niñas y niños deben compartir espacios desde pequeños, ser tratados sin distinciones y acceder al mismo tipo de formación. Respecto a cómo garantizar el desarrollo pleno de la mujer, la respuesta está en la autonomía económica. La transformación de su condición económica ha de producir unas consecuencias morales, sociales y culturales para que surja la mujer nueva. Por ejemplo, en el tema de la prostitución la opinión de la autora depende del contexto social en el que se dé. examinaría caso por caso para detectar si la situación priva o no de libertad a la mujer. En conclusión que podemos afirmar que la situación de la mujer tal y como nos la planteó Simone de Beauvoir ha mejorado hasta a día de hoy. Sin embargo, eso no nos libra del enorme trabajo que aún queda por delante. Como bien dice, la liberación de la mujer es un proceso lento y que necesita de la evolución colectiva. Tal vez eso sea lo más difícil, conseguir el apoyo de todos y todas para alcanzar la utópica sociedad igualitaria, la cual cosa Simone de Beauvoir es plenamente consciente mientras escribió El segundo sexo.
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