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Teorías de Nostradamus (Visiones), Versioni di Economia Politica

Este archivo habla sobre las teorías de Nostradamus

Tipologia: Versioni

2021/2022

Caricato il 26/10/2022

Nicol_granados_123
Nicol_granados_123 🇮🇹

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Scarica Teorías de Nostradamus (Visiones) e più Versioni in PDF di Economia Politica solo su Docsity! EDITADO POR "EDICIONES LA CUEVA" Michel Nostradamus Las profesias de Nostradamus Introducciòn «Aqui descansan los restos mortales del ilustrisimo Michel Nostradamus, el unico hombre digno, a juicio de todos los mortales, de escribir con pluma casi divina, bajo la influencia de los astros, el futuro del mundo.» Quien dictò estas breves lineas para que fueran grabadas en la grisacea piedra de una tumba pretendiò encerrar en ellas toda la esencia de una vida que se consumi6, de forma. desacostum- brada, entre la realidad y el mito, entre la fe en Dios y la hechiceria, entre lo consciente y lo inconsciente. Nostradamus fue médico y vidente, astròlogo y filosofo, matematico y alquimista. Este personaje ha sido objeto de estudio, de andlisis y de una ininterrumpida bùsqueda por parte de cuantos se han esforzado en descubrir su auténtica personalidad y sobre todo el secreto, mucho màs aapasionante, que se encierra en sus famosas profecias. En honor a la verdad, la critica racionalista niega la existencia de cualquier «secreto de Nostradamus», reduciendo su obra de clarividente a un mero producto de la alucinada imagi- nacién de un loco, a una explosiòn de imàgenes, fruto de una alquimia del pensamiento que puede cautivar, pero que no puede satisfacer razonablemente a quienes la examinen. Sin embargo, no se puede liquidar con una interpretaciòn tan simplista al autor de las famosas Centurias; no se pueden despachar tan sencilla y comodamente los 22 libros de las versiones proféticas de Michel de Nostredame, més conocido por el nombre latino que él mismo se habia dado: Nostradamus. Aun que todo el mundo haya oido hablar de él y su nombre se cite con frecuencia, icuantos habran leido, siquiera por encima, su extraordinario conjunto de profecias? Un numero muy reducido, sin que ello deba sorprender lo mas minimo. Si los textos de Nostradamus pudieran ser interpretados de forma inmediata y precisa; si sus profecias en lugar de encubrirse en un lenguaje enimético estuviesen al alcance de todo el mundo, su obra seria el best-seller màs grande de todos los tiempos. Quién de nosotros renunciaria a satisfacer la curiosidad de conocer su porvenir? ;Quién prefiere ignorar lo que el destino reserva a los hombres? El empleo de un lenguaje esotérico en sus escritos se justifica porque, en el terreno de la profecia màs que en cualquier otro campo, las verdades no son siempre agradables para quien las dice, ni halagadoras para quienes las escuchan. Un elemental imperativo de humanidad exige que, en este sondear el destino del mundo, se actue con prudencia y caridad, puesto que no deja de ser un bien, en la gran mayoria de los casos, que el significado preciso de una revelacién profética no sea comprendido hasta que el acontecimiento predicho se haya cumplido. èCémo actuariamos con libertad si conociéramos ya nuestro futuro? De ahi la necesidad de emplear un lenguaje sibilino rico en neologismos creados por el autor, valiéndose de raices latinas, griegas, espafiolas, celtas o provenzales. La obra se presenta como la yuxtaposiciòn de expresiones herméticas para no condicionarnos en nuestro quehacer diario ante la perspectiva del futuro. Nostradamus subraya la necesidad de tal hermetismo en una carte dirigida al rey de Francia Enrique Il: «para conservar el secreto de estos acontecimientos, conviene emplear frases y pa- labras enigmaticas en si mismas, aunque cada una responda a un significado concreto». En otro escrito suyo, después de precisar que las revelaciones contenidas en sus profecias le fueron comunicadas «en el curso de continuas vigilias nocturnos», insiste sobre el origen còs- mico y divino de sus visiones, «visiones que Dios me ha dado a conocer a través de una revoluciòn cosmica». Nostradamus se funda en uno de los postulados principales de la antigua doctrina astrolbgica, seguùn la cual, todos los acontecimientos y fenémenos terrestres y, por tanto, la historia de la humanidad, estàn en relaciòn con los movimientos ciclicos de los astros: «todo està regido y gobernado por el inestimable poder de Dios que se manifiesta no en medio de furores bàquicos, sino en las relaciones astrolégicas». Ante todo queremos dejar constancia de que no aceptaremos la tesis simplista sobre la obra de Nostradamus, que dice que solo se trata de acontecimientos fàcilmente previsibles en el contexto histérico de Francia, pues guerras, conflictos y cataclismos se repiten en la historia de cualquier nacién. Nostradamus, vidente del siglo XVI, predijo hechos muy precisos, como serà facil comprobar màs adelante, por ejemplo, la tragica muerte del rey Enrique Il; la desatinada huida de Luis XVI a Varennes, origen de la gran tragedia del rey; y el nacimiento de Napoleòn | (cfr. respectivamente Centurias |, 35; IX, 20; I, 60). Con idéntica precision, supo describir importantes acontecimientos que forman parte de nuestra historia actual: predicciones de hechos que muchos de entre nosotros hen visto realizarse desde el comienzo del presente siglo y que no pueden ser desmentidos o ser considerados fruto de la simple imaginaciòn. Nostradamus, este gran explorador de lo ignoto humano gmerece o no ser contado entre los grandes sabios que desde los profetas biblicos hasta nuestros dias hen escrito, con letras de fuego, la historia de los hombres? , La respuesta a tal interrogante podrà darla cada uno de nosotros después de haber leido con suma atenciòn sus profecias. Incluso el màs escéptico de los lectores tendrà que admitir que el singular documento literario que Nostradamus nos leg6 abre un abismo de hipétesis como ningùn otro libro lo hiciera en el curso de los siglos. No es intenciòn de este libro hacer un estudio pormenorizado de las profecias de Nostradamus sino dar una vision global del método de interpretacién de las Centuries para ofrecer al lector la posibilidad de interpretar, por si mismo, los hechos futuros que predijo tan ilustre vidente. Nostradamus erudiciòn y videncia Su vida segùn Jean Aimes de Chavigny de Beaune Michel de Nostradamus, el vidente mas renombrado y famoso de cuantos han sabido interpretar los astros, naciò en Saint-Rémy-de-Provence, sur de Francia, el afio de gracia de 1503, un jueves 14 de diciembre, hacia el mediodia. Su padre fue Jaime de Nostredame, notario de aquel lugar; su madre fue Renée de Saint-Rémy, sus abuelos paternos y maternos eran profundos conocedores de las ciencias matemàticas y de la medicina. Como médicos habian vivido el uno en la Corte de René que, ademàs de Conde de Provenza, era Rey de Jerusalén y de Sicilia; y el otro, en la Corte de Juan, Duque de Calabria a hijo del antedicho René. Es necesario demostrar la inexactitud de ciertas versiones sobre los origenes del gran vidente, formuladas por envidiosos de su celebridad o por quienes desconocen la realidad. La familia de Nostradamus, segùn algunos, era de origen judio, de la tribu de Isacar, convertidos al cristianismo. Y de ahi que atestigùie nuestro autor haber recibido directamente de sus abuelos el conocimiento de las ciencias matematicas; y en el prélogo de sus Centurias él mismo afirma que ellos le transmitieron el don de predecir el futuro. Después de la muerte de su bisabuelo materno, que le habia infundido, casi como juego, el gusto por las ciencias de los astros, Nostradamus fue enviado a Avifibn para cursar letras y formarse en humanidades. Para ello necesitò tres afios que aproveché con extraordinaria aplicaciòn; durante los cuales se hizo duefio y sefior de los secretos del cuerpo humano, como màs tarde se hizo conocedor de los del espiritu. La Naturaleza ejercia sobre él auténtica fascinacién; y asi no se conformé con ser médico, sino que decidiò profundizar sus propios conocimientos en el campo de la herboristeria y de los remedios que de las hierbas y de las plantas pudieran obtenerse. Empezò entonces a recorrer todo el pais de comarca en comarca para estudiar su flora, deteniéndose, cuando le parecia poder sacar de ello algùn provecho, con quienes podian informarle sobre recetas y pociones. No olvidemos sobre el particular que, en aquel tiempo, mediana y herboristeria iban de consuno y representaban el ùnico remedio del que disponian entonces los hombres para oponerse a los traidores ataques de la enfermedad que se manifestaba de mil modos distintos. En la Edad Media y durante el Renacimiento, Europa fue devastada en varias ocasiones por la este: «la bestia selvtica», como la definiò el médico Galeno. En el correr de cuatro siglos desencadenò unos treinta y dos ataques contra nuestro continente, entre los que se cuenta el tristemente famoso de la «peste negra», que durò dieciséis largos afios (1334-1350) y que exterminé 25 millones de europeos, es decir, una cuarta parte de la poblacién total del continente. Lo mismo que los demàs doctores, también actuaba Nostradamus entre la enfurecida peste; pero, a diferencia de sus colegas, prestaba eficacisima ayuda a los desventurados que se debatian entre las garras del terrible morbo. Habia en nuestro doctor un algo de taumaturgico que hacia que, a su paso, se obrase el prodigio de la salud. El mismo nos ha dejado escritas unas palabras relativas al modo como curaba el mal, en un tratado suyo titulado Excelente y 6ptimo opusculo, necesario para quiener deseen conocer varias eficaces recetas. No es posible hoy, a tantos afios de distancia, saber si su medicamento produjo efectos tan maravillosos como para considerar a Nostradamus vencedor del terrible azote; pero si es cierto e incontestable este hecho: Nostradamus tuvo fama de excelente médico, no sélo por la extraordinaria erudicién de su ciencia, sino también por el espiritu misionero con que la ejercia. Los africanos, que durante tantos lustros acudieron a Lambaréné, donde el gran doctor blanco Albert Schweitzer Obraba tan admirables portentos de curaciones fisicas y de amor, estarian tal vez en mejores condiciones que nosotros mismos para entender el gran prodigio realizado por el vidente. Sus compatriotas supieron mostrarle su gratitud, bien merecida por cierto: a su paso, la gente se echaba a sus pies y bendecia su nombre; y esta fama de bienhechor y de salvador le precedia y le acompafiaba por toda la Prébenza. Cuando terminò la terrible plaga, cansada ya de segar miles y miles de vidas humanas, Nostradamus fue honrado con el publico reconocimiento y colmado de honores por quienes, gracias al insigne doctor, se habfan salvado. Pero ni el oro, ni las riquezas, ni la fama podian hacer mella en su animo totalmente entregado a la bùsqueda de la verdad y a la investigacién del misterioso arcano de la vida. Transcurrido, pues, algùn tiempo, volvié a su retiro, estableciéndose entonces en la ciudad de Aix. Alli reanudé su labor de médico y, al mismo tiempo, volvié a ocuparse de la herboristeria, de la cosmética y de los bàlsamos, a preparar jarabes y confituras, esencias y extractos que le aseguraron la imperecedera gratitud de cuantos los utilizaron. La vida se deslizaba tranquila y serenamente y un buen dia el doctor Nostradamus tomò por esposa a una joven doncella. Su casa pudo regocijarse pronto con el nacimiento de dos hijos que vinieron al mundo, uno tras otro en el espacio de pocos meses. Entonces el fuego de la presciencia, el anhelo de escudrifiar los secretos de la vida y de la muerte parecian en él decisivamente adormecidos. Las ensefianzas que desde su màs tierna infancia le habian transmitido los ancianos de su familia, su capacidad de escrutar el firmamento estelar, con aquella agudisima vista de quien sabe interpretar el camino de los astros y prever, por su curso, los futuros acontecimientos del mundo, parecian en aquel entonces momentos lejanos de otra persona. Una respetabilisima profesibn, un vivo amor por el préjimo, una familia que completaba su existencia, parecian un baluarte suficientemente séhdo para impedir a su «yo» que reanudase la ruts de las estrellas. Pero nada puede detener ciertas predestinaciones que marcan al hombre. Oponerse al destino es imposible, porque equivaldria a torcer el curso de los astros o a detener la impetuosa corriente de los rios. Asi le ocurrié a Nostradamus que, sin darse cuenta de ello y sin proponérselo, se vio empujado por los acontecimientos a reanudar el camino de las predicciones. De pronto, su vida sufriò un cambio sustancial: la muerte Ilamò a su puerta y le arrebaté de golpe a toda su familia, que tan afectuosamente le rodeaba. Cémo y por qué ocurriò esta grave desgracia, nadie ha podido hasta ahora averiguarlo. Pero sabemos que la vida de Nostradamus dio un vuelco definitivo y éste se entregò, desde entonces, a una actividad completamente distinta. Dejò la ciudad de Aix, que despertaba en su ànimo recuerdos demasiado dolorosos, y se estableciò en Salon, alojandose en una casa construida en una plaza tranquila. Aunque seguia ejerciendo su profesibn de médico, pasaba mucho tiempo en una especie de extrafia contemplacibn que a veces provocaba ciertas dudas sobre sus facultades mentales. Si no hubiera sido por la fama de excelente médico que le aureolaba, sus ciudadanos habrian creido que sus potencias y facultades, tan extraordinariamente desarrolladas en él, habian disminuido peligrosamente e, incluso, que se habîan alterado. Pero, por el contrario, su reputaciòn de as- trélogo y de vidente empezò a crecer de dia en dia y le situaba en un plano muy diverso ante la gente que tenîa contacto con él. El mago de Salon La vida del doctor Nostradamus transcurria tranquila, libre de cualquier desorden. Dia tras dia visitaba a sus enfermos y les ofrecia el consuelo de su taumatùrgica sabiduria que, al parecer, podia realizar cualquier claw de milagros. La gente de Salon se habia acostumbrado a verle pasar por calles y plazas cubierto con su large capa negra agitada por el viento. Con la mayor estima y respeto, no dudaban en detenerle pare consultarle los màs diversos problemas. Tal era realmente su fama que todos le tenian por un gran sabio en el màs completo sentido de la palabra; y asi cualquier asunto que se desease aclarar, cualquier problema clue preocupase, le era expuesto inmediatamente para escuchar sus sabios consejos. El tenia la res- puesta mas exacta y el remedio màs apropiado para todos los males. A partir del afo 1555 Nostradamus empezé a escribir sus propios vaticinios en forma de cuartetas; y puesto que cada libro contenia exactamente cien de estas breves combinaciones métricas de cuatro versos, los llamò Centurias. Tan extendido estaba en aquella época el arte de la magia que a nadie atemorizaba la lectura del futuro. Pululaban por pueblos y ciudades un sinfin de hbiles vaticinadores de la suerte que hallaban, con suma facilidad, un publico dispuesto a escucharles y que les entregaba, como recompense, alguna moneda de oro o de plata, con tal de que se les anunciase sucesos favora- bles y les tranquilizara ante las densas sombras del futuro. El doctor Nostradamus no pertenecia a esta abominable ralea de falseadores charlatanes ni sacaba provecho alguno de sus predicciones. La luz divina se encendia en él y penetraba en los misterios del futuro; no era, pues, fruto de improvisadas charlatanerias. Completamente solo, en el silencio de la noche, Nostradamus se acomodaba en el sillòn, rodeado de los instrumentos que utilizaba y de los textos en los que bebia su misteriosa ciencia astronòmica. Se extendia, ante sus penetrantes 0jos, la béveda celeste que él contemplaba a través de la ventana: aquel firmamento estrellado tenia para él pocos secretos y en aquellos innumerables cuerpos celestes leia como en un inmenso libro abierto. Mas no siempre es agradable este privilegio porque ocurre, algunas veces, que aquello que està escrito en las misteriosas paginas de los astros no corresponds a los deseos y a los intereses de quienes tienen la Ilave para interpretar sus signos. De esta forma, Nostradamus leyò en la béveda celeste un futuro doloroso para si y para sus seres màs queridos: la esposa y sus dos hijos serian pronto presas de la muerte y envueltos en las frias tinieblas de la tumba. Y cuando se cumpliò puntualmente aquel tragico vaticinio, Nostradamus, impotente, se vio obligado a aceptar la decision de un destino que se le habia dado a conocer, pero en el que no podîa intervenir para detenerlo. Entonces su vida se vio bruscamente trastornada y el sabio tuvo que pagar un duro y penoso tributo a la notoria fama de su nombre. Las crénicas de su vida nos dicen que viajò durante mu- cho tiempo por lejanos paises. En el afio 1556, poco después de la primera edicibn de las siete primeras Centurias, Nostradamus se trasladò a Italia, y en Roma fue recibido por el Santo Padre. Durante este viaje se detuvo algùn tiempo en Turin. Después de sus viajes por el extranjero Nostradamus se instalò de nuevo en Salon y reanudò su vida de siempre; sin embargo, su fama habia crecido hasta tal punto que principes y reyes, ricos y poderosos, acudian a él para interrogarle sobre los acontecimientos futuros. Transcurrieron los afios y las profecias de Nostradamus se cumplieron con inexorable puntualidad: la conjura de Amboise, el levantamiento de Lyon y la muerte de Francisco | son otros acontecimientos vaticinados por el sabio vidente. En el decurso de los afios Nostradamus saliò con menos frecuencia de Salon, ya que su quebrantada salud no le permitia fatigosos desplazamientos. Por esta razén, quienes deseaban consultarle sobre algùn tema acudîan a él, en Provenza. El 17 de octubre de 1564, Ilegò a las puertas de la ciudad donde vivia el mago un lujoso cortejo; cuando los prohombres salieron para presentar su homenaje a los ilustres visitantes, les saliò al encuentro el propio rey Carlos IX en persona, que venia a consultar al eminente doctor. Nostradamus muriò cristianamente tal como habia vivido durante toda su vida. Hechos histéricos predichos y realizados En su obra profética, conocida por todo el mundo con el nombre de Centurias, Nostradamus quiso recoger los acontecimientos relacionados con el futuro de la Humanidad, desde los dias en que él empezò a escribir hasta el fin de los tiempos. Qué son las Centurias puede decirse en pocas palabras. Asi como un libro està dividido en capitulos y un poema en cantos, de la misma manera las profecias del vidente de Salon estàn divididas en Centurias, cada una de las cuales contiene un numero variable de cuartetas (originariamente habian de ser cien por Centuria) en las que se da siempre una rima, forzada algunas veces, y en las que, en la mayor parte de los casos, no puede decirse que haya un nexo Iégico de tiempo y de lugar y, sobre todo, una claridad de interpretacién que las haga facilmente inteligibles y nos dé a conocer exactamente el tiempo en que se realizaran los acontecimientos vaticinados. Se dice hoy que son doce las Centurias, pero sélo las diez primeras son, sin lugar a dudas, de Nostradamus. La primera edicién de estas diez Centurias vio la luz en 1555, por obra de un edi- tor de Lyon. Después, las sucesivas ediciones que han aparecido en diversas épocas han presentado, afiadidas a las diez Centurias, un cierto numero de nuevas cuartetas proféticas y, concretamente, cuatro cuartetas afiadidas a la Centuria VII, seis a la Centuria VIII y una a la Centuria X. Sélo dos cuartetas han formado la Centuria XI y once la Centuria XII. No se sabe con certeza cudl es el origen de estas cuartetas, posteriormente insertas en la obra profética del mago de Salon. En esta cuestién, sélo podemos aventurar hipétesis. Asi, algunos investigadores afirman que, al morir Nostradamus, se hallaron entre sus papeles un cierto numero de profecias, escritas ciertamente por él y que, por tanto, podràn afiadirse a las suyas propias. Otros, por el contrario, las han atribuido a quienes nada tenian que ver con el vidente y las consideran, por consiguiente, apécrifas. Pero volvamos a los versos con los que comienza el fascinante y cautivador misterio de las predicciones. La imagen por ellos evocada es altamente sugestiva, y resulta fàcil reconstruir, a través de las palabras empleadas por el profeta, la atmosfera tan separada del mundo en la que nuestro mago ejercia su facultad adivinatoria. En el tranquilo refugio de su morada, donde se agolpaban durante el dia ilustres o modestos visitantes que acudian para consultar a Nostradamus en su doble calidad de médico y de profeta, solia él encerrarse a altas horas de la noche en su propio estudio. El primer caballero con quien compitiò el Rey fue Manuel Filiberto de Saboya; el segundo, el Duque de Guisa, y el tercero era Gabriel Montgomery, joven a impetuoso combatiente, comandante de la guardia del Rey. Uno tras otro, los asaltos se desarrollaron normalmente y las tres lanzas que el Rey habia recibido terminaron rotas en el polvo. Un sentimiento de alivio pa- reciò Ilenar el corazén de la multitud que habia acudido a la plaza para presenciar el combate, y los intimos del Rey se dijeron que el peligro estaba ya superado. Se relajò con ello la tensiòn, pero Enrique, no satisfecho con su triple victoria, no se alejaba del circo, dando a entender con sus gestos que deseaba repetir el asalto con el Ultimo de sus adversarios, el Conde de Mont- gomery, que antes habia inferido al Rey un golpe tan fiero que faltò poco para derribarle. De nuevo en el campo, los caballeros se colocaron uno enfrente del otro, preparados para una nueva lucha, en medio de un profundo silencio, roto solamente por el furioso galopar de los cabellos. Calada la visera de la armadura y dirigida la lanza contra el adversario, cargaron impetuosamente el uno contra el otro. En un abrir y cerrar de ojos se cruzaron las lanzas y la del joven Montgomery, partida en pedazos por el certero golpe del Rey, volò, otra vez, por los aires hasta el polvoriento suelo. Nada tragico habia ocurrido y de momento se pudo pensar que era falsa la negra profecia, desmentida por la realidad. Sélo faltaba un detalle, un insignificante detalle: cumplir la regla que ordenaba que los dos caballeros, echadas las armas, volviesen al punto de partida. Pero Montgomery, desarmado, no dejò la esquirla o pedazo que sostenia aùn en su mano, sino que, al contrario, lo cogiò con més fuerza y, al pasar junto al Soberano, con aquel tronco mufionero fue a chocar contra la visera del Rey -la jaula de oro de la que habia hablado Nostradamus-, la levantò en parte y, habiendo hallado expedito el camino, fue a clavarse en el ojo saliendo tragicamente por el oido. Enrique permanecié inconsciente durante cuatro dias, y al cabo de once murié en medio de terribles dolores. La profecia de Nostradamus se habia cumplido punto por punto y el propio Rey moribundo la recordò, afiadiendo que nadie podia hurtarse a su propio estino. Tras la muerte de su esposo, Catalina de Médicis vio realizada la segunda profecia que Nostradamus le habia hecho, cuando su hijo Francisco Il cifiò la corona de Rey de Francia. El mago de Salon màs de una vez habîa escrutado los abismos de las estrellas para sondear el destino de los hijos de Catalina y responder a los insistentes ruegos de la ambiciosa Reina. Por lo que cuentan las crénicas de aquella época, la profecia que él hizo a proposito del destino de los principes fue una de las màs famosas sesiones mégicas que recuerda la historia. A altas horas de la noche, en el salòn hexagonal de la torre del castillo de Chaumont, el mago de Salon invocé la presencia del Angel de la Muerte. Acudiò puntualmente el fatal personaje y rompiò con su presencia los halos o circulos que sucesivamente, por orden de edad, hicieron durante la célebre sesiòn las sombras de los hijos de Catalina, ataviados con las insignias reales. Cada halo correspondia a un afio de reinado y la marcha espectral se interrumpia en la fecha fijada por Anael, el Angel de la Muerte. El mago respondiò a la Soberana (que le pedia cuentas de lo que él veia) que los votos y deseos de ella serian absolutamente cumplidos, porque todos sus hijos -sus tres hijos- ocuparian el trono de Francia. Lo que él se callò fue este detalle: que los tres hermanos se sucederian en el trono en un pequefio espacio de tiempo, relativamente breve, y ello porque una temprana muerte los arrebataria en la flor de su edad, uno tras otro, como asi sucedié. Transcurrido sélo un afio de reinado, Francisco Il muriò después de una breve dolencia, tal como habia vaticinado el vidente en una de sus cuartetas. La Corte experimentò un nuevo estremecimiento de horror y se difundié el panico entre los dignatarios que veian en el gran amigo de la Soberana un infalible vaticinador de desventuras. Carlos IX sucedié a su hermano Francisco en el trono de Francia; era aùn un nifio y su madre fue regente hasta la mayoria de edad del Rey; pero habiendo muerto también el segundo hijo de Catalina, tal vez de remordimiento por no haber sabido oponerse a la terrible matanza de la noche de San Bartolomé, ocupò el trono su hermano Enrique III, que volviò a la patria desde las lejanas tierras de Polonia, donde habia aceptado cefiir la corona de Segismundo. Pero muriò también este Rey, asesinado por un fanàtico, Jaime Clement, y Nostradamus hizo también para él un presagio, el que està sefialado con el nùmero 58 y referido al afio 1561, mientras que en realidad el regicidio tuvo lugar en 1589: «El rey-rey no es ya (causa) la perniciosidad del Duce». Y un comentarista del vidente destaca que el doble substantivo empleado para Enrique III recuerda su doble corona, la de Polonia y la de Francia, y el nombre del Duce ha de entenderse como sinénimo del apellido del asesino Clement. Desde la muerte de Nostradamus hasta nuestros dias, la historia se ha encargado de registrar una serie de hechos importantisimos para todos los paises europeos. Si, por ejemplo, nos limitamos a las vicisitudes por las que ha pasado Francia, vemos que esta grande y poderosa nacién, que desde hace muchos siglos ha cumplido la misibn de guia, no sélo ha marcado con una impronta personalisima todos sus actos civiles, politicos o sociales, sino que con dos epopeyas tragicamente sefieras ha cambiado, probablemente, el curso de la historia imprimiendo primero a Europa y después al mundo entero un giro que no dudariamos en Ilamar «de- terminante». Nos referimos a la Revoluciòn de 1789 y al advenimiento de Napoleòn Bonaparte. Por lo que concierne a la Revolucibn Francesa, lo que de ella dice Nostradamus es bastante incompleto, si bien hay algunas cuartetas con claras referencias a la grave convulsién social, politica y religiosa que en ella tuvo su origen. En pocos versos cita expresamente el nombre del lugar, Varennes, donde el Rey Luis XVI fue detenido cuando intentaba huir, disfrazado, para eludir la guardia revolucionaria que buscaba capturarlo. Es màs, el vidente da, con ligerisimas variantes, el nombre de la persona que lo reconoci6 y denunciò a los revolucionarios. Y nos parece que estos detalles no pueden atribuirse a puras y simples coincidencias (Centuria IX, cuarteta XX). Probablemente la màs grave dificultad que encuentra un observador para descifrar estos versos se debe esencialmente a la complejidad del lenguaje utilizado por Nostradamus para describir un acontecimiento que debîa modificar profundamente el rostro de Francia y alterar, con tan graves repercusiones, el orden establecido en todo el mundo. Hombre de su tiempo, adicto a la Corona y profundamente respetuoso para con la autoridad y la persona del Rey (recordemos que fue médico cortesano, consejero y astrologo muy apreciado en la Corte de Francia), Nostradamus no se atrevia a predecir claramente a la monarquia (que le distinguia con su benevolencia y que probablemente estaba dispuesta a protegerlo contra cualquier eventual accién contra él por el terrible Tribunal de la Inquisicibn), el tragico acontecimiento después del cual la Corona seria sustituda por la Republica y el propio Rey ignominiosamente guillotinado. Cuando se refiere a Napoleén, por el contrario, Nostradamus es sorprendentemente claro y sumamente inteligente; de él predice el lugar del nacimiento, la duraciòn y los principales hechos de su reinado a incluso la naturaleza de su amor por Maria Luisa (Centuria |, cuarteta LX). El vidente no habria podido hablar màs claro. Ningùn otro emperador naciò cerca de Italia; Napoleòn costò muy caro al Imperio erigido por él mismo para su prestigio personal y para su propia gloria, la hecatombe de muertos directa o indirectamente provocada por el corso, justifica el titulo de «carnicero» que Nostradamus le da en sus cuartetas. Y es ésta, asimismo, la opinion de muchos. Aunque separadas una de otra por un espacio bastante largo que ocupan otras cuartetas, las dos citadas estan perfectamente encadenadas y se complementan entre si de tal modo que no es posible desconocer el nexo que las une. La decimotercera cuarteta de la Centuria VII que, con maravillosa precisiòn, dice exactamente el nùmero de afios que Napoleòn detentò el poder. También aqui es muy fàcil interpretar los versos: la ciudad marîtima y tributaria es, evidentemente, Ajaccio, lugar donde naciò Napoleén Bonaparte. La ciudad se levanta junto al mar, en el golfo de su nombre, en la isla de Cércega; y podia ser considerada como tributaria del gobierno central francés porque recientemente habia sido adquirida por la Corona y anexionada a Francia, mas o menos cuando naci6 en ella el joven jefe. La explicacion no deja lugar a dudas; y de un cuidadoso examen de todas las palabras se desprende la absoluta certeza -sin temor a errar- de que se trata de la capital de Cércega. Por lo que respecta al segundo verso, puede parecernos un tanto sibilino y enigmatico, pero basta un momento de reflexiòn para descartar cualquier clase de duda. La testa rapada en Fran- cia, a principios del siglo pasado, fue un exclusivo atributo de Napoleén, que nunca quiso Ilevar peluca, a diferencia hasta aquel entonces de los personajes reales, sistematicamente repre- sentados por pintores y retratistas con largas melenas ensortijadas. Este particular detalle podria causar alguna extrafieza a los hombres de hoy, pero en los dias aquellos en los que Napoleòn empezò a imponer su autoridad y su prestigio, causò un efecto extraordinario entre las tropas y entre la poblacién que le estaba sujeta. Sus propios soldados se complacian en Ilamarle familiarmente /e petit tondu, literalmente «e/ pequefio pelòn». Esta frase despierta con suma facilidad en nuestra mente la caracteristica figura de Napoleòn. El tercer verso, por el contrario, es muy oscuro y sélo se pueden aventurar, para intentar explicarlo, algunas hipétesis, como aquella que dice que cuando accediò Bonaparte al poder es- taba aùn muy fresco el recuerdo de los hombres del Directorio que habian aterrorizado a la Francia revolucionaria, comportàandose como «sérdidos» exponentes de un poder dictatorial que hubo de someterse, de buen o mal talante, al Primer Cénsul. Referente al Ultimo verso, hemos de decir que contiene, al menos, dos datos incontrovertibles: el nùmero «catorce» y la palabra «tirania». La cifra indica con claridad la duracién del reino, o mejor del poder, que detenté Napoledn: desde el 9 de noviembre de 1799 al 23 de junio de 1815. Son exactamente 14 afios, siete meses y catorce dias, que se reducen a algo menos de catorce afios, si restamos de ellos los once meses que Napoleòn estuvo desterrado en la isla de Elba. La palabra «tirania» ha sido empleada por Nostradamus para destacar el caràcter del régimen imperial instaurado por Napoleon, para quien los parlamentos y las asambeas no tenian absolutamente ningun valor. iSintesis admirable de la vida de Napoleén la que nos ofrece Nostradamus en sus cuartetas! Y no hay duda de que su vaticinio se cumpli6 en todos y en cada uno de los detalles. Una minuciosa panoramica del siglo XX Guerra y paz Desde que terminò la primera guerra mundial hasta que estallò la segunda, o sea, desde 1917-18 hasta 1989, los principales acontecimientos que caracterizan este periodo (periodo de tanta importancia para nosotros que puede aseverarse que vivimos todavia hoy sus consecuencas) fueron descritos por Nostradamus con absoluta precisién y, a menudo, con particularidades y detalles que excluyen cualquier posibilidad de error en la interpretaciòn de cuanto nos legò el gran vidente. Dice la cuarteta sesenta y tres de la | Centuria: Los azotes pasados disminuido el mundo, Largo tiempo la paz, tierras deshabitadas, Hermana caminarà por cielo, tierra, mar y onda, Después de nuevo las guerras suscitadas. Cuando los azotes de la primera guerra mundial terminen, el nùmero de habitantes del mundo habrà disminuido: tal es el significado del primer verso; y reparemos que el profeta habla de azotes en plural, por lo cual podemos pensar que se refiere no sélo a la guerra ue estallò en Europa, sino también a la revoluciòn rusa y a la terrible y violenta epidemia que se declarò en Espafia y se extendiò por otras naciones europeas, causando entre la poblaciòn incontables victimas. En cuanto a las tierras deshabitadas, no es preciso esforzarse demasiado para en- tender que son las tierras que con el paso de la guerra quedaron estériles y desoladas, como fueron, por ejemplo, muchas regiones de Franca, de Rusia y de Polonia, calcinadas por completo. Su gran poder se verà aumentado: La tierra nueva estarà en sus poderosas, manos, Los dias del sanguinario estàn contados. Dos grandes maestros subiràn al poder del Estado, es decir, seran coronados de autoridad, como se hace con una pieza en el juego de damas; su influencia politica aumentarà considera- blemente. Es clara la alusibn a Hitler y Mussolini, maestros de escuela ambos mientras que la Tierra Nueva, América del Norte, alarmada ante el predominio de los dos jefes sobre el resto de Europa y de la peligrosa extension de sus doctrinas, vigilaran el numero siempre creciente de sus adeptos y seguidores. Sigamos viendo el desarrollo de los sucesos bélicos de los afios 1941-1945, a través de una serie de cuartetas que vaticinan los principales hechos (Centuria III, cuarteta LXXI; Centuria Il, cuarteta V; Centuria IV, cuarteta LXVIII). Algunos versos no necesitan explicacibn por su claridad. Cuando los habitantes de las islas, después de un largo asedio, hayan recobrado fuerza y vigor, los sitiadores de fuera seràn de- rrotados, y sufriran de nuevo y màs que nunca. En cuanto a las tentativas de negociar la paz, recordemos que en mayo de 1941 Rudolf Hess, enviado especial de Hitler, parti6 en avién para Inglaterra con el encargo de entablar negociacio- nes de Paz y lograr posiblemente una alianza contra la Rusia Soviética. Con el mismo fin, parece que también habia comunicaciòn apistolar secreta entre diplomaticos italianos y japoneses con los aliados; tentativas que no dieron resultado positivo, por lo cual, como dice el vidente, «muchos desearàn parlamentar con los grandes sefiores que llevaron la guerra a sus hogares, pero nadie absolutamente querrà oîrlos. jAy, si Dios no envia paz a la Tierra». En esta exclamaciòn parece encerrarse todo el horror de quien, con cuatro siglos de antelacién sobre la realidad de los hechos, veîa la espantosa carniceria que iba a seguir a estos vanos esfuerzos de paz entre los hombres. El dolor por las desventuras que van a caer sobre la humanidad es nuevamente vaticinado por los versos en los que Nostradamus dice que nunca se vio una tal alianza y amistad entre lobos que correràn famélicos a arremeter y despedazar la codiciada presa. Y hace una clara alusion aqui a la guerra que se endurecerà màs y màs, empleando armas especiales y nuevos inventos cada vez màs perfectos para lograr la victoria sobre los respecuvos adversarios. En pleno siglo XVI era de todo punto imposible imaginar un «pez de hierro»; frase en la que podemos ver una imagen de los submarinos, cuya torrecilla se abrey se cierra como se abria en la época de Nostradamus una carta cerrada con un sello-lacre. En el afio en que los habitantes de Saturno (o sea, las naciones màs ricas), y los de Marte (que podemos identificar con las naciones belicistas) se habran enzarzado en una terrible guerra y estarà el mundo encendido en furia devastadora, el aire estarà entonces seco (y de hecho el verano de 1944 fue particularmente duro para los pueblos envueltos en la contienda) y se emplearan fuegos secretos, es decir, armas desconocidas, a propulsién especial, que descril una larga trayectoria y provocaran incendios, especialmente en una gran ciudad. Vemos en todo ello el devastador incendio de Londres, provocado por los alemanes con sus famosas V1 y V2, las terribles armas que destruyeron la capital inglesa, dando lugar a grandes torbellinos y desplazamientos de aire (viento) a incendios (calor). Un afio después, en 1945, un afio ms distante todavia de Venus -que significa màs alejado del bienestar y del amor entre los pueblos- los dos grandes de Africa y de Asia que no pueden ser otros que Inglaterra (que poseia grandes colonias en Africa) y Rusia, invadiràn todos los territorios comprendidos entre el Rhin y el Danubio, como asimismo las tierras comprendidas en- tre Malta y la Liguria. Las gentes, al principio, aplaudiràn y enalteceran la hazafia, pero luego habrà dolores, lutos y làgrimas, primero en Malta y después en toda Italia. Ademàs, el jefe supremo de los sitiados (la suerte se ha trocado y la situacién, cada dia peor, ha convertido a los sitiadores en sitiados) es el dictador aleman; y contra él y su loco proyecto de lucha a ultranza se ha tramado una conjuraciòn que, sin llegar a conseguir plenamente su objetivo, ha sembrado el pànico entre los altos mandos alemanes, fieles al Fùhrer. Finalmente, el cuadro conclusivo de la retirada germanica en Francia: las fuerzas anglo-americanas, después de haber desembarcado en las costas francesas y de haber ocupado la famosa empalizada atlantica y toda la Bretafia, se dividieron en tres columnas y se dirigieron hacia el corazén de Francia, hacia las fronteras de Bélgica y de Alemania y hacia Italia. Al mismo tiempo, otras tropas desembarcaban en Marsella con el claro objetivo de encerrar entre dos fuegos a las fuerzas alemanas, completamente dislocadas, y deshechas en el Sur de Francia. Los alemanes abandonaron Marsella (y a los soldados germanos les sustituyeron inmediatamente los aliados) y se dirigieron a marchas forzadas, en precipitada fuga, hacia Lyon, donde se encontraron con los ejércitos que procedian del Norte (Bordelés y Alto Garona) . En esta tragica retirada, ciudades como Toulouse y Narbona sufrieron gravisimas pérdidas, y los mismos alemanes perdieron, entre muertos y prisioneros, casi un millén de hombres. Siguen otras cuartetas de extraordinaria importancia, porque contienen la descripcién de los hechos que determinaron la caida del fascismo, la lucha de los partisanos y los sucesos que acontecieron después. En esta época a situacibn de la guerra en Italia era tal como la describe Nostradamus: desembarcos de los aliados en Sicilia que habian determinado la fuga y el abandono de las zonas costeras de la isla por parte de la poblaciòn para dirigirse al interior y hacia el continente; desembarcos en Cércega, Cerdefia, Napoles y Salerno con ocupacibn de toda la Italia meridional, en tanto que la poblacién huia en gran parte hacia el norte; gran carestia de alimentos y hambre en todas estas localidades, agravada por una epidemia de tifus (peste) y por las inevitables tragedias ue siguen a una ocupacién por parte qe una fuerza barbara (no ol- videmos que con los ingleses y americanos habia también marroquies y tropas de color), sin olvidar os efectos derivados de la falta de higiene. Un nieto ocuparà el trono por la decision de dos cosas bastardas; serà él quien doble la ensefia del fascio lictorio a causa de las envenenadas saetas disparadas contra el mismo fascio. Estos son, en resumen, los acontecimientos que determinaron la caida del gobierno de Mussolini el 25 de julio de 1943. En cuanto al nieto, Victor Manuel III, que subiò al trono en 1900 cuando el anarquista Bresci (de origen desconocido) maté a Humberto |, a él, dice Nostradamus, corresponderà la misién de derribar al fascismo. Seguiria aqui, seguramente, la cuarteta ochenta y tres de la VII Centuria, de la que hablan muchos intérpretes y comentaristas, pero se ha perdido el texto original. Decia que en una noche de aire càlido, en Consejo, seria atacado sin armas; y que habria, algùn tiempo después, otras làgrimas y otros lamentos, al trocarse el epitalamio. Y pasemos ya a los ùltimos dias de la guerra en Italia. La descripcién de los hechos empieza en la Centuria VIII, cuarteta sesenta y cuatro: En las islas los nifios seràn transportados, Los dos de siete caeràn en desesperaciòn: Los del continente seràn soportados, Nombre de pala, conquistados por las ligas abandonada toda esperanza. Se recordarà muy bien que cuando comenzaron sobre Inglaterra los bombardeos masivos con las nuevas armas germanas (que tenian como objetivo especial Londres y las regiones meri- dionales de la isla), se deadié poner a salvo al mayor numero posible de nifios. Los dos de los siete no son otros que Alemania y Japén, habida cuenta de que las naciones beligerantes en aquel entonces eran exactamente siete: Japén, Alemania, Inglaterra, Francia, Estados Unidos, Rusia a Italia. Esta se habia pasado ya de campo y su nueva posicién no le hacia temer grandes peligros; mientras tanto, sus antiguos aliados continuaban sufriendo los asaltos de la coalicibn. Los del continente son los alemanes, mientras que con «nombre de pala» el vidente pretende significar Ancona. La conquista de esta ciudad or parte de los anglo-ameri- canos al principio del afio 1945 signific6 el principio de la derrota germanica, primero en Italia y luego en el resto de Europa, sin nin una esperanza de reaccién por parte de los alemanes (Centuria VII, cuarteta XXVII). Si afiadimos a esta cuarteta otras dos, tendremos completo el cuadro de la marcha de las operaciones aliadas en Italia, durante el periodo 1944-1945 (Centuria II, cuarteta XVI y Centuria V, cuarteta XCIX). Mientras que la ocupaciòn de las islas y de la Italia meridional habia tenido lugar con cierta facilidad y rapidez, la invasiòn de las demàs regiones de la peninsula habia sido mucho màs lenta; los aliados emplearon para completarla dieciocho meses. Asi, Nostradamus dice que la gran masa de la caballeria, es decir, las tropas acorazadas, de los auto-vehiculos y de las fuerzas aéreas que procedentes de Sicilia habian Ilegado en muy breve tiempo hasta Vasto en los Abruzzos, tendràn que esforzarse mucho y fatigarse para alcanzar Ferrara, como si se viesen impedidos or una enorme cantidad de bagaje (y por bagaje puede asimismo entenderse, ademàs de los muchos obstàculos interpuestos por la metédica y lenta retirada de los alemanes, el triste peso de las incontables pérdidas humanas). Pero Ilegado el ejército anglo-americano a las proximidades de Ferrara, desapareceran los obstàculos y podràn extenderse facilmente por toda la Italia septentrional. Entonces, en aquella coyuntura, se ce- lebraran grandes fiestas en Turin por la inminente Ilegada de los libertadores. Y aquellos mismos que festejaràn el acontecimiento daràn caza a sus enemigos (alemanes y soldados de la Re- publica de Salò) y sacaràn de la càrcel de la ciudad a los rehenes, que los mismos habian capturado, para fusilarlos. Los ejércitos aliados, de los que formaban parte tropas de diversas nacionalidades, ocuparan Italia, y la liberacién de este pais serà acogida con grandes festejos, a pesar de la espantosa he- catombe de vidas humanas que habrà costado. Lombardia, Piamonte, Véneto, Emilia y Pulla (las ciudades ocupan aqui, en esta cuarteta, el lugar de las regiones) se contaran entre las màs devastadas y destruidas por gentes célticas, es decir, por soldados ingleses y sus aliados de habla inglesa, y por una falange aguilada, es decir, por un ejército que tendrà un aguila como especial simbolo distintivo (los germénicos tenian pre- cisamente un guila como distintivo). Todo esto acontecerà, dice el vidente, cuando Italia (significada por Roma, su capital) esté bajo la autoridad y el control de un anaano jefe britànico, que podemos identificar con el almirante Stone, el cual dominò la situacién hasta el final de la ocupaciòn de Italia por los aliados. Los hechos, también en este punto, confirman lo que predijo Nostradamus: el Rey de Italia perderia, a causa de la guerra, su corona y sus partidarios serian perseguidos y muertos cruel- mente en los dolorosos sucesos de aquellos tragicos dias. Por tanto, los diferentes acontecimientos que jalonaron las dos guerras mundiales fueron predichos por Nostradamus con escalofriante exactitud. La guerra del Golfo y otros conflictos de Oriente Medio En la centuria I, cuarteta LV, Nostradamus ubica en Oriente Medio algunos movimientos terroristas que considera sectas, palabra que se adecùa perfectamente a todas las milicias y facciones que han ido apareciendo en estos paises, como por ejemplo Setiembre Negro, la Organizaciòn para la Liberacién de Palestina, la Djihad Islamica o los Revolucionarios de Egipto. En esta misma cuarteta se define la guerra entre Iràn a Irak, asi como la situaciòn global en Oriente Medio. «Habrà efusibn de sangre de gentes que viven bajo el clima opuesto a Irak, hasta el puntp que la tierra, el mar, el aire y el cielo traeran la oscuridad cuando, durante el hambre, las facciones, los gobiernos seràn responsables de pestilencia y de confusion». Esta es la acertadisima interpretacién que, de esta cuarteta, ha llevado a cabo Fontbrune en su libro Los cometas y las profecias. Nostradamus describiò en esta cuarteta, de una forma clara y precisa, la guerra entre lrn a Irak. Efectivamente, ésta comenzò el 1 de Septiémbre de 1980, y produjo màs de 500.000 muertos. El presidente Saddam Hussein, el dia 17 de Septiembre del mismo afio, denunciaba unilateralmente el acuerdo firmado en Argel, con el sha de Iràn, el 6 de Marzo de 1975, mediante el cual el territorio quedaba dividido en dos partes iguales, atribuidas a los dos paises riberefios, la via fluvial formada por la reunién del Tigris y el Eufrates, denominada Chatt el-Arab. Desde 1980 la guerra estuvo encallada en las marismas del Chatt el-Arab. «Pestilencia» podria hacer referencia a la utilizaciòn de los gases por Irak, y nos hace pensar en las frecuentes imàgenes de soldados iranies abrasados o ciegos. Desde 1980, como todos sabemos por las noticias que de estos paises nos Ilegaron, el Iran bombardeò las grandes ciudades de Irak con cohetes. i Qué pasarà mafiana? «El emperador alemàn acongojarà a la religion y a la Iglesia. Llenarà a Italia de infinitas ‘amarguras, derribarà el castillo de Sant'Angelo y toda la ciudad leonina. También Francia sufrirà mucho. El emperador se aliarà con los orientales y septentrionales. A causa de estas graves tribulaciones morirà el Papa. Vendrà luego el Pastor Angelicas y el emperador aleman serà derrotado por el Gran Monarca.» Esta Ultima profecia es de Nostradamus y està sacada de sus predicciones en prosa; en ella puede afiadirsele la contenida en la cuarteta cincuenta y siete de la Centuria Il: Antes del conflicto el grande caerà, El grande a muerte, may repentina y sentida, La Nave imperfecta, la mayor parte [nadarà, Junto al rio la tierra quedarà de sangre tefiida. Asesinato del Papa Antes de que estalle la tercera guerra mundial y caiga el telòn de acero (tal podria ser el significado de «el gran muro» que traen algunas ediciones) Italia serà invadida y el Papa asesinado. De este modo la nave de Pedro, huérfana de guia, quedarà a merced de los dramàticos acontecimientos que seguiràn a esta muerte, no excluida la posibilidad de un cisma; entonces el clero, simbélica tripulaciòn de la simbélica nave, la abandonarà, echàndose al mar como Unico medio para salvar la vida. Junto al rio (que podria ser el Tiber, si se toma Roma como sede del papado), la tierra se tefiirà de sangre. Esta profecia se completaria con la contenida en la cuarteta noventa y nueve, de la Centuria VIII: Por el poder de los tres Reyes temporales, Aotro lugar serà transferida la Santa Sede, Donde la sustancia del espiritu corpéreo, Sera repuesta y recibida por verdadera sede. La guerra que se desencadenarà entre tres grandes potencias afectarà igualmente al jefe de la cristiandad y el pontifice que habrà sucedido al Papa muerto correrà a su vez un peligro may grave, no sélo en su incolumidad personal, sino también por la estabilidad de su propio apostolado: la Santa Sede, es decir, la catedra de San Pedro serà trasladada a otro lugar y sélo al final del conflicto podrà el Santo Padre volver a Roma, la verdadera sede destinada a albergar al representante del Sefior en la Tierra. Y la profecia continua en la cuarteta ochenta y tres de la Centuria V: Los que tengan em resa subvertir, Inigualable reino, fùerte a invencible: Obraràn, con fraude, noches tres advertir, Cuando el mayor en la mesa lea la Biblia. Quienes se habian propuesto la obra de subversiòn y destruccién de la Iglesia recurriràn al fraude y al engafio y a cualquier otro medio para poder sorprender al Papa. Lo cual sucederà en cierta ocasién estando el Papa sentado en la mesa leyendo la Biblia. Tres seràn los encargados de capturar al Papa, mediante un engafio. Sigue, a continuaciòn, la Centuria IV, cuarteta treinta y tres, que explica quiénes seràn los que tiendan la trampa al Papa y por consiguiente a la misma Iglesia: Jùpiter unido màs a Venus que a la Luna Apareciendo de plenitud blanca: Venus escondida bajo la blancura de Neptuno, Por Marte golpeada con la grande rama. El lenguaje es completamente metaférico: Nostradamus dice que cuando Jùpiter aparezca con plenitud blanca y esté mas préximo a Venus que a la Luna, y Venus se esconda bajo la blancura de Neptuno, entonces Marte la golpearà con la blanca rama. Procuremos explicar el simbolismo: cuando el pontifice aparezca màs indinado o decidido a fijar su atenciòon màs en las naciones protestantes que en las catélicas y se esfuerce en poner en pràctica el precepto de la caridad, entonces los protestantes seràn maltratados y perseguidos (juntamente con el pontifice) por una muchedumbre de enemigos (que en este caso quizà po- demos identificar con los comunistas). Dice la Centuria IX, en la noventa y nueve cuarteta: Viento Aquilòn harà partir la sede, Por muros echar cenizas, cal y polvo: Por lluvia luego que les causarà màs dafio, Ultimo socorro Ilegar desde su frontera. El viento de Aquilén, es decir, el que obligarà al pontifice, inmediatamente después de su elecciòn, a dejar Roma, vendrà del Norte. Los habitantes de Roma defenderàn su ciudad, echando desde las murallas sustancias agresivas (podria evidentemente tratarse de nuevas sustancias quimicas, empleadas como armas defensivas), pero de poco serviràn sus esfuerzos, porque el atacante, a su vez, los acometerà con una verdadera lluvia de bombas que les causaràan mucho més dafio que el anteriormente experimentado. Siguen unas cuartetas que explican y declaran el desconcierto general que se producirà segùn vayan desarrollandose los hechos. Un personaje de gran lustre, destinado a ser muy pronto emperador, fingirà someterse al pontifice para simular asi su apoyo en el cisma que habrà tenido lugar en el seno de la Iglesia y ayudar a algunos paises del Este en su lucha contra la opresibn comunista. Pero luego, la rebelién de este simulador y falsario causarà gravisimo dafio a la Iglesia y provocarà enconadas luchas entre sus seguidores. Los rojos, que podemos identificar como fuerzas enemigas del papado y de la cristiandad, se echaran sobre Roma so pretexto de que van a restablecer el pontificado (la gran Capa), esclavo de la anarquia y sometida al cisma. Entonces el estrago, la carniceria y la venganza seran tales que pràcticamente no habrà familia que no Ilore la muerte de alguno de sus miembros, y los rojos asesinaràn a un purpurado (probablemente uno de los papas cismàticos). En esta coyuntura, desde la ciudad de Roma se transmitirà un falso mensaje para comunicar otra elecciòn papal, también falsa. Los cristianos perderan totalmente la esperanza de ver volver al verdadero Papa y aceptaràn como auténtica la version de quienes dicen que ha muerto; se cometerà un delito en una capilla y el anti-papa superviviente triunfarà y coronarà a su autor como jefe supremo. «La gran estrella arderà durante siete dias»: esta frase puede interpretarse en el sentido de que una nueva arma vendrà a sembrar la destrucciòn y la ruina entre los hombres; y de esta nueva tempestad (que bien podria ser una guerra) naceràn dos nuevos personajes de gran prestigio. Y cuando un gran pontifice logre extender sus dominios sobre nuevos territorios, entonces los pueblos del Oriente Medio reaccionaràn violentamente. Después de la victoria de la predicacibn de un engafiamundos, estallarà otra revuelta en Alemania; dos ejércitos se uniràn en uno solo y el jefe y su hijo seràn asesinados, en tanto que sobre algunas regiones italianas se abatiran la violencia y el terror como represalia. Holocausto nuclear Dicen las cuartetas sexta y séptima de la Centuria III: En el templo cerrado el rayo penetrarà, Los ciudadanos extenuados en sus fuertes: Caballos, bueyes, hombres la onda los, tocarà Con hambre, sed los màs débiles armados. Sobre las picas de los fugitivos fuego del cielo, Conflicto pròximo de los cuervos jugueteando, Desde tierra se implora ayuda socorro del cielo, Cuando junto a los muros estaràn los combatientes. Creemos que se trata de un arma tan extraordinariamente mortifera que podria pulverizar cualquier edificio por sélido que fuese (hoy construye ya el hombre refugios antiatémicos que po- drian asegurarle la supervivencia en caso de ataques con armas nucleares) y la palabra «templos» puede entenderse en sentido estrictamente religioso, o en sentido metaférico. Ademàs, el infernal mecanismo profetizado por Nostradamus podria destruir seguramente las armas de los enemigos en fuga; lo cual produciria una tragica oleada de muerte, a la que seguiria una igualmente tragica carestia: ésta serà, dice el profeta, la unica miserable arma que va a quedar a los màs débiles que sobrevivan. La nacién de la hoz creerà haber eliminado toda resistencia contra ella, pero en realidad la satisfacciòn por la victoria obtenida contra todo el mundo durarà poco. Precisamente cuando se crea que todo està perdido, entonces, «in extremis», las naciones de Occidente se tomaràn el màs completo desquite. Un sabio inventor descubrirà y pondrà a punto una novisima arma te- rriblé, cuyos efectos produciràn indefectiblemente gran consternaciòn y luto entre los hombres. La potencia y el radio de acciòn de este «dardo del cielo» seràn tales que abarcaran una vastisima extensién de nuestro planeta y, por consiguiente, no habrà para los enemigos ninguna posibilidad de salvarse. Estando reunidos los jefes para hallar un remedio y una solucién para prevenir o alejar el grave eligro que les amenaza, se abatirà sore ellos la nueva arma y los destruirà. En consecuencia, las tropas, sin sus adalides y caudillos, huiran a la desbandada y el caos politico y militar desbarajustarà el orden anterior de la nacién de la hoz. Serà como si se hubiese Ilevado a cabo una masiva ejecuciòn de los jerifaltes enemigos. En fin, contra las sectas de los rojos, es decir, contra los varios gobiernos de régimen comunista, se alinearàn todas las demàs naciones que se esforzaran en devolver la paz y la tranquilidad al mundo tan duramente probado a través de tantas y tan terribles guerras. Después de haber barrido el mundo con un huracan de hierro y de fuego, no habrà salvacién posible para los su- pervivientes, de forma que muchos moriran por juicios sumarisimos y cuantos maquinaron contra la verdadera libertad moriràn despiadadamente, a excepcién de uno -escribe el gran profeta-, que màs que cualquier otro causarà al mundo lutos, desolaciòn y ruinas. Esta precision tiene caracteres de especial importancia, porque permite determinar una lògica sucesiòn cronolbgica entre las cuartetas que se refieren a futuros acontecimientos, estableciendo una fundamental distincién entre las predicciones que dicen relacién con el préximo conflicto (la tercera guerra mundial, de la que hemos ya hablado) y las concretan los sucesos que sefialaran el fin de los tiempos. Este temido Anticristo, a quien se cita muchas veces en las cuartetas de Nostradamus y asimismo en predicciones de otros varios videntes que vivieron en distintas épocas, escaparà al merecido castigoy saltarà de nuevo a la escena del mundo sélo cuando suene la tremenda hora del fin, preludio del segundo advenimiento de Cristo sobre la Tierra. Veamos ahora los acontecimientos que seguiràn a la definitiva derrota de los «Barbaros», reconstruyéndolos a través de algunas cuartetas que transcribimos: Cuanto ms esté el grande en falso suefio La inquietud vendrà a tomar reposo: Levantad falange de oro, de azul y rojo, Subyugar Africa, roerla hasta los huesos. (CENTURIA V, CUARTETA LXIX) Selin monarca pacificador Italia, Reinos unidos, rey cristiano del mundo, Entonces triunfaraà Maria, Madre de Dios (a la que Nostradamus indica como una curiosa perifrasis, siendo «maria» el plural del nombre latino «mare»), de la cual se ha dicho que «las puertas del Infierno no prevaleceràn contra ella». El Anticristo, descendiente de la tribu (o califato) de Dan y su inspirador, Satanàs, temblaran ante el juicio que les espera. Nostradamus ratifica y sanciona la fecha dé cuando va a suceder todo esto: transcurridos veinte afios santos o jubilares, lo cual equivale a decir después de veinte siglos de la fundacién de la Iglesia (indicada por el vidente, como de costumbre, con el nombre de Luna, ya que Cristo es el verdadero Sol que ilumina con su luz a la Iglesia, como el caso de nuestro satélite), o sea en el afio siete mil del calendario judio, calculado a partir de la expulsibn de Adén y Eva del paraiso. Aquel afio, otro retendrà la monarquia; lo cual significa que el sol dejarà de iluminar a la Tierra; mi profecia entonces -afiade Nostradamus- se habrà cumplido. En aquel periodo pròximo al acabamiento del segundo milenio, los muertos que estaran en sus tumbas se presentaràn de nuevo ante la presencia de Dios y las espantosas hecatombes que tanto habran afligido y atormentado al mundo apareceran como uno de los medios purificadores de los que Dios se ha valido para realizar sus propios designios y no ya como una tragedia de la Humanidad, salvada y redimida. Un gran juez juzgarà los tiempos pasados, lo mismo que el presente, y pronunciarà su sentencia para los vivos y para los muertos, y todos aquellos que no comprendieron la palabra de Dios seran por El repudiados. Finalmente Nostradamus, después de precisar que, conscientes de lo que les aguarda, los hombres consideraran. el dia de su muerte no ya como algo triste, sino como un momento de gran regocijo y como un nacimiento a la vida espiritual, concluye diciendo que el Espiritu Santo Ilenarà de gozo y de felicidad a aquellas almas que, por la victoria tan meritoriamente alcanzada, tendran derecho a contemplar en toda su plenitud el esplendor del Verbo. Las Centurias CENTURIA I I Estando de noche absorto en mi secreto estudio, Sentado, solo, sobre un sillén de cobre: Pequefia luz que de las soledades brota, Hace decir lo que no se ha esperado en vano. Il Vara en mano puesta en medio de Branco, Moja de la onda el pie y el borde: Un temor y una voz se agitan por las mangas: iDivino resplandor!, Dios se asienta al lado. Ill Cuando là litera del torbellino derramada. Y estaràn los rostros con sus mantos cubiertos, La repuùblica por nuevas gentes vejada, Entonces juzgaran al revés blancos y rojos. IV Del universo serà hecho un Monarca, Que en paz y vida no serà por mucho tiempo: Entonces se perderà la pescadora barca, Sera regida en màs grande detrimento. Vv Cazados seran para hacer largo combate, Por el pais seran mayormente afectados: Burgo y ciudad tendràn mayor debate, Carcas. Narbona tendràn el corazén probado. VI El ojo de Ravena serà destituido, Cuando a sus pies fallaràn las alas: Los dos de Bresse habràn constituido, Turin, Vercelli que pisotearàn los Galos. VII Llegado tarde, la ejecuciòn cumplida, El viento contrario, cartas en el camino tomadas, los conjurados XIIIJ de una secta, Mediante Rousseau sanad los proyectos. VIII Cuantas veces ciudad solar tomada Seran tornadizas tus leyes bàrbaras y vanas Tu mal se acerca. Màs veces serà tributaria La gran Hadria recorrerà tus venas. IX Desde Oriente vendrà el corazén Punico. A hostigar a Hadria y a los herederos Romulos. Acompafiado de la flota Libica. Temblaran los Malteses y las expoliadas Islas pròximas. X Serpientes transmitidas en la jaula de hierro, Donde los hijos séptimos del Rey van presos, Los ancianos y padres saldran del fondo de su sepultura Antes de morir ver su fruto muerto y grita. XI El movimiento de los sentidos, corazòn, pies y manos Estaràn de acuerdo Népoles, Lyon, Sicilia Espadas, fuegos, aguas después a los nobles Romanos, Herid, matad, muertos por mente débil. XII Dentro de poco dirà la hoz potente y frégil, De abajo arriba levantada prontamente. Luego al instante desleal y làbil. Quien de Verona tendra el gobierno. XII Los exiliados con ira, odio latente, Haràn contra el Rey gran conjuraciòn: En secreto pondran a los enemigos por el semblante, Y sus ancianos contra ellos sediciòn. XIV De gente esclava canciones, cantos y peticiones, Cautivos de Principe y Sefiores en las prisiones: En el futuro por idiotas sin cabeza, Seràn recibidos con divinas oraciones. XV Marte nos amenaza con la fuerza bélica, Setenta veces harà la sangre derramar: Auge y ruina del Eclesiàstico, Y màs quienes de ellos nada querràn escuchar. XVI La hoz en el estanque hacia Sagitario, En su màs alto grado de exaltaciòn, Peste, hambre, muerte por mano militar, El siglo se aproxima a la renovaciòn. XVII Durante cuarenta afios el Arco Iris no aparecerà, Durante cuarenta afios todos los dias se le ha de ver: La tierra seca su aridez aumentarà, Y gran diluvio cuando se logre ver: XVIII Por la discordia negligencia Francesa Quedarà el paso a Mahomed abierto: De sangre empapada la tierra y el mar Senense, El puerto Focense de velas y naves cubierto. XIX Cuando vengan serpientes a circuir el ara, La sangre troyana vejada por las Espafias: Por ellos gran numero habrà hecho merma, Jefe huye, escondido en las charcas entre las cafias. XX Tours, Orleans, Blois, Angers, Reims y Nantes Ciudades por cambio repentino vejadas, Por lenguas extrafias tiendas seran levantadas, Rios, darsenas, Rennes, tierra y mar temblaràn. XXI Profunda arcilla blanca nutre la roca, Que de un abismo saldrà lacticinosa, En vano, turbados, osarn tocarla, Ignorando que hay en el fondo tierra arcillosa. XXII Lo que vivirà y no teniendo ningùn sentido, Procurarà dafiar a muerte su artificio, Autun, Chalons, Langres y los dos Sens, El granizo y el hielo causaràn gran maleficio. XXIII En el mes tercero al levantarse el Sol, Jabali Leopardo, al campo de Marte para combatir, Leopardo cansado al Cielo abre su 0jo, Un àguila alrededor del Sol ve volar. XXIV A una ciudad nueva, pensativo, para condenar, El pàjaro de presa al Cielo viene a ofrecerse: Después de la victoria a cautivos perdonar, Cremona y Mantua grandes dafios habràn sufrido. XXV Perdido, hallado, escondido tanto tiempo, Serà pastor semidiés honrado: Antes que la Luna termine su gran ciclo, Por otros vientos serà deshonrado. XXVI El gran rayo cae durante la hora diurna. El mal fue previsto por un portador postulario: El siguiente presagio cae durante la hora nocturna, Conflictos Reims, Londres; Etruria apestada. XXVII Bajo la sierra Guayana por el Cielo golpeada, No lejos de alli està escondido el tesoro, L En la acuttica triplicidad nacerà, De uno que tendrà el jueves por su fiesta: Su fama, loor, reino, su poderio crecerà, Por tierra y mar tempestad en los Orientes. LI Jefes de Aries, Jupiter y Saturno, «Oh Dios eterno, qué mutaciones? Después por larga duracién vuelve su perverso tiempo Galia a Italia, qué mutaciones? LII Los dos malignos de Escorpién conjuntos, El gran sefior asesinado dentro de la sala: Peste a la Iglesia por el nuevo Rey agregado, La Europa baja y la septentrional. LII iAy! Cuando se vea a un gran pueblo atormentado, Y la ley Santa en total ruina, Por otras leyes la Cristiandad toda, Cuando de oro y de plata se halle nueva mina. LIV Dos revoluciones hechas por el malvado hocero, De reino y siglos hace mutaciòn: El mévil signo en su lugar se insiere, A los dos iguales y de inclinaciòn. LV Bajo el contrario clima babilénico, Grande serà de sangre la efusiòn, Porque tierra y mar, aire, cielo serà inicuo, Sectas, hambre, reinos, pestes, confusiòn. LVI Veréis tarde o temprano hacer gran cambio, Horrores extremos y vindicaciones: Que si la Luna por su angel conducida, El cielo se acerca a las inclinaciones. LVII Por gran discordia la tromba temblarà, Acuerdo roto levantando la cabeza al Cielo, Boca sangrante en la sangre nadarà, AI suelo el rostro untado de leche y miel LVIII Abierto el vientre nacerà con dos cabezas, Y cuatro brazos; è cuantos afios enteros vivirà? Dia en que Aquilea celebre sus fiestas, Fossen, Turin, jefe Ferrara seguirà. LIX Los proscritos deportados a las Islas, Al cambiar por un màs cruel Monarca, Seran ejecutados y quemados en grandes piras, Los que al hablar no hayan sido parcos. LX Nacerà un Emperador cerca de Italia, Que al Imperio costarà muy caro; Diran con qué gentes él se alia, Y lo encontraràn menos principe que carnicero. LXI La republica miserable infeliz Devastada serà por el nuevo magistrado, Su gran montén del exilio maléfico Harà Suecia quitar lo contratado. LXIIl La gran pérdida, jay!, que haran las letras, Antes de que el cielo de Latona sea perfecto, Hubo gran diluvio màs por ignaros cetros, Que por largo tiempo no se verà rehecho. LXIII Los azotes pasados disminuido el mundo, Largo tiempo la paz, tierras deshabitadas, Hermana irà por el cielo, tierra, y onda, Después de nuevo las guerras suscitadas. LXIV. De noche Sol creeràn haber visto Cuando se vea el cerdo mitad hombre. Ruido, canto, batalla, en el cielo batir apercibido, Y bestias brutas se oiràn hablar. LXV.Nifio sin manos, nunca visto tan gran fulgor, El nifio real al juego de bolos herido, En el pozo rotos, fulgurados yendo a triturar, Tres bajo cadenas por la mitad partidos. LXVI Aquel que entonces llevarà las noticias, Después del primero él vendrà a respirar, Viviers, Tournon, Montferrant y Pradelles, Tempestad y granizo le haràn suspirar. LXVII La gran hambre que siento acercarse, Rondarà a menudo y luego serà universal Tan grande y larga que Ilegarà a arrancarse Del bosque la raiz y al nifio del pecho. LXVIII {Oh qué horrible a infeliz tormeto! Tres inocentes seràn condenados, Veneno sospechoso traicion mal considerada, Puestos en horror por verdugos borrachos. LXIX El gran monte redondo de siete estadios, Después de la paz, hambre, inundaciòn, Rodarà lejos atropellando grandes comarcas, Aun antiguas y de gran fundaciòn. LXXLluvia, hambre, guerra en Persia no ultimada, La fe demasiado grande traicionarà al monarca: Para la terminaciòn en Galia iniciada, Secreto augurio para una existencia parca. LXXI La Torre Marina tres veces tomada y reconquistada, Por Espafioles, Barbaros, Ligurinos: Marsella y Aix, Arles por los de Pisa, Pillaje, fuego, hierro, saqueada Avifién por los Turineses. LXXII Completamente Marsella de los habitantes cambiada, Galopada y después fuga hasta cerca de Lyòn, Narbona, Tolosa por Burdens ultrajadas, Muertos y prisioneros cerca de un millòn. LXXIII Francia tiene cinco partes por negligencia asediadas, Tùnez, Argal acometidas por Persas: Leén, Sevilla, Barcelona caida, No tendrà la flota por los Venecianos. LXXIV Después de su estancia navegarà hacia Epiro, El gran socorro vendrà hacia Antioco: El negro pelo rizado tendrà en su mano el Imperio, Barba de bronce se asarà en el espetòn. LXXV El tirano Siena ocuparà Savona, El vencedor fuerte tendrà flota: Las dos armadas de la Marca de Ancona, Por miedo el jefe se examina. LXXVI Alguien proferirà un nombre temido, Que las tres hermanas habràn pronunciado: Después un gran pueblo con lengua y hecho dirà, Màs que otro cualquiera fama y renombre tendrà. LXXVII Entre dos mares levantarà un promontorio, Y luego por mordedura de caballo morirà: El suyo Neptuno negra vela plegarà, Por Calpre y ejército cerca de Rocheval. LXXVIII De un jefe viejo nacerà cerebro alelado, Degenerando por saber y por armas: El jefe de Francia por su hermana temido, Entregado a les gendarmes, campo dividido. LXXIX Bazaz, Lectore, Condon, Ausch, Agine, Hartos de leyes, querella y monopolio: Ya que Bourd, Tolosa Bay pondrà en ruina, Queriendo renovar su tauropolio. LXXX. De la sexta claro resplandor celeste, Vendrà a tronar muy fuerte en la Borgofia, Luego nacerà monstruo de odiosa bestia, Marzo, Abril, Mayo, Junio gran esqueleto y rofia. LXXXI De la humana grey nueve seràn puestos aparte, Separados por juicio y por consejo, Su fuerza serà dividida en partes, Kappa, Thita, Lambda muertos confinados dispersos. LXXXII Cuando las columnas de madera tiemblen fuertemente, De austera conducta, cubiertas de adornos, Entonces se vaciarà para fuera gran asamblea, Temblar Viena y el pais de Austria. LXXXIII La gente extrafia repartirà botines, Saturno en Marte mirarà furioso, Afuera salga el que luego harà la guerra, Tendrà por mar su flota bien bogada, Apareciendo cerca de la Latina tierra. VI Cerca de las puertas y dentro dos ciudades Habrà dos azotes, nunca se vio tal, Hambre, dentro peste, por el hierro fuera gente echada, Invocar socorro al gran Dios inmortal. VII Entre varios a las islas deportados, Uno nacido con dos dientes en la garganta: Moriràn de hambre, los arboles agitados, Para ellos nuevo Rey nuevo edicto emanarà. VIII Templos sacros del antiguo rito romano, Rechazaran la sima de los fundamentos, Tomando sus leyes primeras y humanas, Rechazando, no todo, los cultos de los santos. IX Nueve afios el macilento en paz se mantendrà, Luego estallarà en una sed muy sanguinaria, Por él gran pueblo sin fe ni ley morirà, Muerto por otro mucho màs clemente. X Muy pronto todo serà arreglado, Esperamos un siglo bien siniestro: El estado de las màscaras y de los solitarios bien cambiado; Pocos encontraràn que a su rango quieran ser. XI El pròximo hijo del mayor llegarà, Tan alto hasta el reino de los fuertes: Su aspera gloria cada uno temerà, Pero sus hijos del reino seràn echados. XII Ojos cerrados, abiertos a la antigua fantasia, La costumbre de los solitarios serà aniquilada: El gran monarca castigarà su frenesi, Robar de los templos el tesoro antes que nada. XII El cuerpo sin alma no es ya en sacrificio, Dia de la muerte puesto en natividad: El espiritu divino harà feliz al alma, Contemplando al Verbo en su eternidad. XIV En Tours, Gien, ojearàn ojos penetrantes, Descubriràn de lejos la gran serena: Ella y su séquito entraràn en el puerto, Combates, empujad, potencia soberana. XV Un poco antes del monarca asesinado, Castor y Pélux en nave, astro con crines: El bronce publico por tierra y mar vaciado, Pisa, Asti, Ferrara, Turin, tierra prohibida. XVI Napoles, Palermo, Sicilia, Siracusa, Nuevos tiranos, fulgurantes fuegos celestes: Fuerza de Londres, Gante, Bruselas y Susa, Gran hecatombe, triunfo festejar victoria. XVII El campo del templo de la virgen vestal, No lejos de Ethen y los montes Pirineos: El gran conducto es ocultado en el aguazal, Norte arrojados rios y vifias cruzadas. XVIII Nueva Lluvia, sùbita, impetuosa, Impedirà de subito a los dos ejércitos: Piedra, cielo, fuegos hacer la mar pedregosa, La muerte de siete, tierra y mar sùbitos. XIX Nuevos Ilegados lugar edificado sin defensa, Ocupar el lugar hasta entonces inhabitable: Tomar a placer prados, casas, campos y ciudades, Hambre, peste, guerra, vastas tierras laborables. XX Hermanos y hermanos en varios lugares cautivos, Desfilaràn cerca del monarca: Al contemplar con atencién sus rasgos, Poco agradable ver mentòn, frente, nariz, las marcas. XXI El embajador enviado con una birreme, Rechazado a medio camino por desconocidos: A su refuerzo vendràn cuatro trirremes, En Negroponte cargados de cuerdas y cadenas. XXII El campo Ascop de Europa partirà, Acercandose a la Isla inundada: El ejército de Artén falange doblegarà, Ombligo del mundo por gran voz subrogada. XXIII Palacios, pàjaros, por pàjaro abatidos, Inmediatamente después de haber llegado el Principe Muchas veces màs allà del rio enemigo rechazado, Vuelo sostenido de pàjaro capturado fuera. XXIV Bestias enfurecidas codiciosas de beber en los rios, Gran parte del campo serà frente a Hister, En jaula de hierro el jefe se desplazarà, Cuando nada observe el hijo Germanico. XXV La guardia extranjera traicionara fortaleza, Esperanza y sombra de màs estrecho maridaje: Guardia completamente delusa encerrada en la prensa, Loira, Saona, Rédano, Gar a muerte ultraje. XXVI Por el favor que haga la ciudad, Al grande que pronto perderà el campo de batalla, Huido de las filas Pau Tesino verterà, Sangre, fuego, muertos, ahogados a hachazos. XXVII El divino verbo serà desde el cielo herido, Y no podrà proceder màs adelante: Del atacado el secreto es fulminado, Se le pisotearà por encima y por delante. XXVIII El penultimo con el sobrenombre del préfeta, Tomarà Diana por su dia de descanso: Lejos vagarà por frenética testa, Y librando a un gran pueblo de impuestos. XXIX El Oriental saldrà de su sede, Pasar los montes Apeninos, ver la Galia: Traspasarà el cielo, las aguas y la nieve, Y a cada uno golpearà con su vara. XXX Uno que los dioses infernales de Ambal, Harà renacer, terror de los humanos: Nunca màs grande horror se contarà, De cuanto ocurrirà por Babel a los Romanos. XXXi En Campania el Casilino harà tanto, Que no se verà màs que campos inundados: Y después de la Iluvia muy intensa, Fuera de los arboles no se verà nada verde. XXXII Leche sin ranas escurrirà en Dalmacia, Conflicto dado, peste junto a Balennes Grande serà el grito en toda la Esclavonia, Cuando nazca monstruo cerca y dentro Ravena. XXXIII Por el torrente que desciende de Verona, Por entonces hasta el Po guiarà su entrada: Un gran naufragio y no menor en Garona, Cuando los de Génova vayan a su encuentro. XXXIV La ira insensata del combate furioso, Harà en la mesa de hermanos el hierro brillar: Los separarà y herido y curioso, El fiero duelo vendrà a Francia perjudicar. XXXV En dos mansiones de noche el fuego prenderà, Muchos dentro ahogados y quemados:. Cerca de dos rios uno sélo Ilegarà: Excepto el Arcq y Caper todos seràn amortiguados. XXXVI Del gran profeta las cartas seran hurtadas, Y entre las manos del tirano caeràn, Traicionar a su Rey seràn sus empresas, Pero sus rapifias muy pronto le dafiaràn. XXXVII Del gran numero que se le va a mandar, Para socorrer al fuerte asediado., Peste y hambre a todos han de devorar, Excepto setenta que seràn salvados. XXXVIII Habrà gran nùmero de condenados, Cuando los Monarcas se havan conciliado: Pero uno de ellos estarà tan disgustado, Que casi nunca se veràn ya juntos. Oh, sangre troyana muerta en el puerto de la flecha! Tras el rio en el fuerte apoyada la escala, Dardos, fuego, gran mortandad en la brecha. LXII Mabus entonces muy pronto morirà, vendrà De gentes y bestias terrible descalabro, Luego, de pronto, se verà la venganza, Cien, mano, sed, hambre, cuando corra el cometa. LXIII El Galo a Asén bien poco subyugarà, Pau, Mame y Sena se enfureceràn contra Perme, Quien el gran muro contra ellos levante, Del primero al ùltimo el mayor perderà la vida. LXIV.. Morir de hambre, de sed, gente Ginebrina, Esperanza proxima vendrà a desfallecer, Sobre puente temblante serà ley Genovesa, Flota en gran puerto no se puede acoger. LXV El parque inclinado gran calamidad, Por la Hesperia a Insubria harà, El fuego en la nave peste y cautividad, Mercurio en el Arco Saturno morirà. LXVI De grandes peligros el cautivo escapado, En poco tiempo el grande fortuna ha cambiado: En palacio el pueblo es atrapado, Por buen augurio la ciudad sitiada. LXVII El rubio de nariz ganchuda vendrà a ejecutar, Por el duelo y expulsarà fuera, Los desterrados dentro restablecerà, En los lugares marinos venciendo los més fuertes. LXVIII Del Aquilén los esfuerzos seràn grandes, Sobre el Océano estarà la puerta abierta: El reino en la Isla serà restablecido, Temblarà Londres por vela descubierta. LXIX. El Rey Galo por la Céltica diestra, Viendo discordia en la gran Monarquia, Sobre las tres partes harà florecer su cetro, Contra la capa de la gran Jerarquia. LXX. El dardo del cielo se extenderà Muertos mientras hablan, gran ejecuciòn, La piedra en el àrbol la altiva gente se rendirà, Monstruoso fragor humano, purga y expiacién. LXXI Los exiliados desembarcaràn en Sicilia, Para librar del hambre a la gente extranjera, Al romper el dia Ilegaran los Celtas, La vida permanece, el Rey a la razén se rinde. LXXII Armada Céltica en Italia vejada, De todas partes conflicto y gran pérdida, Romanos vencedores, oh Galia rechazada, Cerca de Tesin Rubicén pugna incierta. LXXIII En el lago Fucin de Benac la orilla, Apresado por el Leman en el puerto de Orguiòn, Nacido de tres brazos predice imagen bélica, Por tres coronas al gran Endimién. LXXIV Desde Sens y Autun Ilegaràn hasta el Rédano, Para ir màs allà y pasar los Pirineos, La gente dejarà la comarca de Ancona, Por tierra y mar seguirà muy numerosa. LXXV La voz oida del insélito pàjaro Sobre el canal del respirable piano: Tan alta llegarà del trigo la medida, Que el hombre del hombre serà antropéfago. LXXVI Rayo en Borgofia suscitarà hecho portentoso. Y con ningùn medio nunca se podria hacer, De su senado sacro un hecho dudoso. Harà saber a sus enemigos el quehacer. LXXVII Por arcos fuegos, acà y allà fuegos rechazados, Gritos, alaridos a medianoche oidos: Se adentran por los muros destruidos, Por caniculas los traidores seguidos. LXX(VIII El gran Neptuno de lo profundo del mar, De gente Punica y sangre Gala mezclado: Las Islas a sangre por el tardo remar, Màs le dafiarà que el mal ocultado. LXXIX La barba rizada y negra gracias a su ingenio, Subyugarà a la gente cruel y fiera: El gran Chirén sacarà del presidio A todos los cautivos por Selin desterrados. LXXX Tras conflicto del lesionado la elocuencia, Por poco tiempo se trama fingido reposo; En absoluto se admite la entrega de los grandes, Enemigos son remitidos a propòsito. LXXXI Por fuego del cielo la ciudad casi quemada, La urna amenaza aùn Deucalién, Vejada Cerdefia por la Pùnica gente, Después de que Libra deje su Phaétòn. LXXXII Por hambre la presa harà lobo prisionero, Altàndola fuera con extrema habilidad, El nacido teniendo delante el ùltimo El grande no escapa en medio de la prensa. LXXXIII El mucho trafico de un gran Ly6n cambiado, La mayor parte cae en pristinas ruinas, Presa a los soldados por saqueo vendimia: Por los montes del Jura y Sueve neblina. LXXXIV Entre Campania, Siena, Flora, Tustia, Seis meses nueve dias no lloverà una gota: La extrafia lengua en tierra de Dalmacia, Correrà adelante, devastando la tierra toda. LXXXV El viejo raso barbs bajo el estatuto severo, En Lyén sobrevuela el Aguila Céltica, El pequefio grande persevera a ultranza, Ruido de armas en el cielo, mar roe Ligustica. LXXXVI Naufraga la flota cerca de onda Adriatica, La tierra tiembla sacudida por el sire en tierra puesto, Egipto tiembla aumento Mahomético, El Herault grits con todas sus fuerzas. LXXXVII Después vendrà de paises lejanos, Principe Germano en trono dorado: La esclavitud y aguas removidas, La dams esclava, su tiempo ya no es amado. LXXXVIII El circuito del grande y ruinoso pacto, El séptimo nombre del quinto serà: De un tercio mayor el extranjero belicoso, Mouton, Lutecia, Aix no garantizarà. LXXXIX Un dia se repartiràn el mundo los dos grandes maestros, Su gran poder se verà aumentado: La tierra nueva estarà en sus poderosas manos, Los dias del sanguinario estàn contados. XC Por vida y muerte cambiado reino de Hungria, La ley serà màs àspera que obsequiosa: Su gran ciudad de alaridos, quejas y gritos, Castor y Pélux enemigos en la palestra. XCI Ai nacer el sol se verà un gran fuego, Ruido y claridad hacia Aquilén tendientes, Dentro del circulo se oiràn gritos y muerte: Muerte que serà por guerra, fuego y hambre. XCII Fuego calor de oro del cielo en tierra visto, Herido del alto nacido, hecho caso maravilloso: Gran excidio humano: presa del gran sobrino, Muertos de espectàculos, huido el orgulloso. XCIII Muy cerca del Tiber, junto a la Libitina, Un poco antes gran inundaciòn: El jefe de la nave preso, metido en la sentina, Castillo, palacio en conflagracién. XCIV Gran Pitu, gran mal por Galos recibirà. Vano terror al marîtimo Lyòn: Pueblo infinito por el mar pasarà, Sin escapar un cuarto de un millòn. De los dos desafios uno le atravesarà la hiel, iAy de éll, bienamado de su madre. XVII Monte Aventino serà visto de noche quemar, El cielo oscuro subitamente en Flandes, Cuando el Monarca eche a su sobrino, Sus gentes de Iglesia provocaràn desérdenes. XVIII Tras la Iluvia caida bastante prolongada, En varios lugares de Reims el cielo tocado : iOh, qué conflicto de sangre junto a ellos se apresta! Padre a hijo Reyes no osaràn acercarse. XIX En Luca sangre y leche empezarà a Ilover Un poco antes cambio de pretor: Gran peste y guerra, hambre y sed harà ver, Lejos donde morirà el Principe rector. Xx Por las comarcas del gran rio Bético, Lejos de Iberia, en el reino de Granada: Cruces rechazadas por pueblo Mahomético, Uno de Cérdoba traicionar a la comarca. XXI En el Crustamin por mar Adriatica, Aparecerà un horrible monstruo marino, De rostro humano y la cola acuàtica, Que no se dejarà coger por el anzuelo. XXII Un asalto de seis dias contra la ciudad dispuesto, Una aspera y dura batalla serà librada: Tres la entregaran y a epos perdonado, Los demàs a fuego y sangre seràn pasados. XXIII Si Francia pasa més allà del mar de Liguria, Te veràs en islas y mares encerrado: Mahomet contrario, màs el mar Adriatico, De caballos y asnos roeràs los huesos. XXIV. De la empresa gran confusiòn, Pérdida de gentes, tesoro innumerable: Tù no debes aùn provocar una tension, Francia a mi decir haz que sea recordable. XXV Quien al Navarro Reino Ilegue, Cuando Sicilia y Napoles se hayan unido: Bigorra y Landas por Foix entonces ocuparà, De uno que de Espafia serà muy allegado. XXVI Reyes y Principes elevaran simulacros, Augures creidos como elevados arùspices; Cuerno, victima dorada y azul, de acre, Interpretados seràn los presagios. XXVri Principe Libio poderoso en Occidente, De Arabia tanto se inflamarà el francés, Sabio en las letras harà condescendiente, La lengua arabe al francés verter. XXVIII De tierra misera, y pobre parentela, Por voluntad y paz Ilegarà al Imperio: Largo tiempo reinarà una mujerzuela, Que nunca a reino nada peor vino. XXIX. Los dos sobrinos en lugares diversos instruidos: Màs horrible monstruo en tierra nunca visto, Vendràn muy nobles a insignes guerreros, A vengar las injurias y sucumbiràn los enemigos. XXX. Aquel que en lucha y hierro al hecho bélico Haya traido màs grande que él el precio: De noche en la cama seis lo atacaràn, Desnudo, sin amés, pronto serà preso. XXXI En los campos de Media, de Arabia, y de Armenia Dos grandes ejércitos tres veces chocaràn, Cerca del rio Araxes la mesnada, Del gran Soliman por tierra caeràn. XXXII El gran sepulcro del pueblo de Aquitania Se acercarà hasta la Toscana: Cuando Marte esté junto al suelo Germanico, Y a la tierra de la region Mantuana. XXXIII En la ciudad donde entre el lobo, Muy cerca de alli acamparan los enemigos: Ejército extranjero un gran pais asolarà, Los amigos pasaràn de los Alpes la barrera. XXXIV Cuando la ausencia del Sol entonces sea, En pleno dia el monstruo serà visto; De muy distinto modo se le interpretarà, No importa la carestia, nadie habrà previsto. XXXV De lo màs profundo del Occidente de Europa, De pobres gentes un nifio nacerà, Que con su hablar seducirà a muchos, Su fama en el réino de Oriente més crecerà. XXXVI Sepultado, no muerto apoplético, Serà hallado tener las manos comidas, Cuando la ciudad condene al herético, Que tenia sus leyes, sus costumbres cambiadas. XXXVII Antes del asalto, rezada la oraciòn, Milan tomada por el Aguila mediante arteras trampas, Muralla antigua hundida a cafionazos, A sangre y fuego con gracia para pocos. XXXVIIILa gente Galica y la naciòn extranjera, Màs allà de los montes, muertos, presos y afligidos, Al menos contraria y préxima de vendimia, Por los amos en acuerdo firmado. XXXIX Los siete por tres meses en concordia, Para subyugar los Alpes Apeninos, Pero la torments y la Liguria cobarde, Los afligen con subitas ruinas. XL El Gran teatro serà de nuevo enderezado, Los dados echados y las redes ya tendidas, Demasiado el primero aparte fue dejado, A causa de arcos postrados, ya rotos desde mucho tiempo. XLI Un giboso serà elegido por el consejo, Màs horrible monstruo en tierra nunca visto, El golpe, queriendo, reventarà el ojo, El traidor al Rey como fiel recibido. XLII El nifio nacerà con dos dientes en la gola, Piedras en Tuscia por Iluvia caeràn Pasados unos afios no habrà ni trigo, ni cebada, Para alimentar a quienes de hambre moriràn. XLIII Gentes de los alrededores de Tarn, Loth y Garona, Mirad los montes Apeninos no pasar, Vuestra tumba cerca de Roma y de Ancona, El pelo negro y crespo harà trofeo levantar. XLIV.. Cuando el animal al hombre doméstico, Después de grandes penas y saltos venga a hablar, De rayo a virgen serà tan maléfico, De tierra tomada y suspendido en el afire. XLV Los cinco extranjeros entraràn en el templo, Su sangre Ilegarà a la tierra profana: Para los de Tolosa serà un muy duro ejemplo, De uno que vendrà a sus leyes exterminar. XLVI El cielo (de Planco la ciudad) nos presagia, Con sefiales insignes y con estrellas fijas, Que de su cambio subito se acerca el tiempo, Ni por su bien, ni por sus maleficios. XLVII El viejo Monarca expulsado de su reino, A los de Oriente su auxilio ir a pedir: Por miedo de las cruces plegarà su ensefia, A Mitilene irà por tierra y mar. XLVIII Setecientos cautivos encadenados duramente, Por la mitad herir, abandonado el fuerte, La proxima esperanza llegarà muy rapidamente, Pero no tan pronto como una quincena muerte. XLIX. Reino Galo seràs muy cambiado, En lugar extranjero se ha trasladado el imperio: En otras costumbres y leyes seràs colocado, Ruan y Chartres lo haran mucho peor. L La republica de la gran ciudad, Toma a la vez todo el oro del rescate. LXXIII Cuando al reinado Ilegue el cojo, Competidor tendrà pròximo bastardo: El y también el reino seràn tan rofiosos, Que antes de que cure su hora habrà sonado. LXXIV Napoles, Florencia, Faenza a Imola Estaràn en términos de tal enojo, Por complacer a los desdichados de Nola, Queja de haber a su jefe burlado. LXXV Pau, Verona, Vicenza, Zaragoza, Espadas ungidas, terrores humedos de sangre: Peste tan grande vendrà a la gran hoya, Cercano socorro y los remedios muy lejos. LXXVI En Germania naceràn varias sectas, Acercàndose mucho al feliz paganismo, El corazén cautivo y pequefios ingresos, Haràn volver a pagar el verdadero diezmo. LXXVII El tercer clima bàjo Aries comprendido, El afio mil setecientos veintisiete, en Octubre, El Rey de Persia por los de Egipto cogido: Conflicto, muerte, pérdida: a la cruz gran oprobio. LXXVIII El jefe de Escocia, con seis de Alemania, Por gentes de mar Orientales cautivo: Atravesaran Calpe y la Espafia, Presente en Persia al nuevo Rey medroso. LXXIX El orden fatal y eterno encadenado, Darà vueltas con orden consiguiente: Del puerto Fociano la cadena serà rota, Tomada la ciudad, el enemigo un poco. LXXX. Del reino inglés el digno expulsado, El consejero por ira condenado a fuego: Sus partidarios iràn a rastrear tan bajo, Que el bastardo serà casi aclamado. LXXXI El gran vociferante audaz desvergonzado, Serà elegido gobemador de la armada: La intrepidez de su comportamiento, El puente roto, ciudad de miedo pasmada. LXXXII Freins, Antibor, ciudades junto a Niza, Seran muy devastadas por mar y por tierra: Las langostas, tierra y mar viento propicio, Cogidos, muertos, despedazados, robados, sin ley de guerra. LXXXIII Los largos cabellos de la Galia Céltica, Acompafiados de extrafias naciones, Haran cautiva a la gente Aquitànica, Para sucumbir a sus intenciones. LXXXIVLa gran ciudad quedarà bien desolada, De sus habitantes uno solo podrà en ella morar: Muralla, sexo, templo y virgen violada, Por hierro, fuego, peste, cafién el pueblo morirà. LXXXV Por ciudad tomada por engafio y fraude Por medio de un bello joven capturado, Asalto dado a Raubine cerca de Laude, El y todos muertos por haber bien engafiado. LXXXVI Un jefe de Ausonia a las Espafias irà, Por mar se detendrà en Marsella, Antes de su muerte por mucho tiempo languidecerà, Después de su muerte se verà gran maravilla. LXXXVII Flota Gàlica no lo acerques a Cércega, Ni a Cerdefia tù de ello te arrepentiràs: Pronto moriréis todos privados de la ayuda deseada, Sangre nadarà, no habrà ningùn cautivo. LXXXVIII De Barcelona por mar una poderosa armada, Marsella entera de miedo temblarà: Islas ocupadas de mar ayuda cerrada, Tu traidor en tierra nadarà. LXXXIX En aquel tiempo Chipre estarà privada De su auxilio de aquellos del mar Egeo: Viejo trucidado, pero con mezclas y musicas, Seducido su Rey, Reina més ultrajada. XC El gran Satiro y Tigre de Hircania, Don presentado a aquellos del Oceàn: Un jefe de flota saldrà de Carmania, Y tomarà tierra en el Tirreno Foceàn. XCI El àrbol que estuvo tanto tiempo muerto secado, En una noche volverà a reverdecer: Cron Rey enfermo, Principe pie cojo, Gritando a los enemigos harà vela extender. XCII El mundo préximo al ùltimo periodo, Saturno todavia tarde estarà de vuelta: Transferido imperio hacia naciones Brodde, El ojo arrancado a Narbona alrededor. XCIIIl En Avifién el gran jefe del Imperio, Se detendrà por Paris desolado: Tricastro sostendrà la Anibdlica ira, Ly6n por engafio serà mal consolada. XCIV De quinientos afios en mayor estima te tendrà, AI que fue ornato de su tiempo, Luego, de pronto, gran claridad darà, Que en este siglo les darà gran contento. XCV La ley Morisca se verà desfallecer, Después de otra mucho màs seductora: Boristeno primero vendrà a caer, Por dones y una lengua màs encantadora. XCVI Jefe de Fosàn tendrà cuello cortado, Por el ductor del sabueso y del lebrel: El hecho perpetrado por los del monte Tarpeyo Saturno en Leo 13 de Febrero. XCVII Nueva ley nueva tierra ocupar, Hacia Siria, Judea y Palestina: El gran imperio barbaro alterar Antes de que Febea su siglo determine. XCVIII Dos hermanos reales guerrearàn tan fuertemente, Que entre ellos la guerra serà mortal: Cada uno ocuparà las plazas fuertes, De reino y vida serà su gran querella. XCIX En los campos herbosos de Alein y del Vameigne, Del monte Lebrén cercano a la Durance, Campamentos de las dos partes, conflicto serà tan agrio, Mesopotamia desfallecerà en Francia. c Entre Galos el ultimo honrado, De hombre enemigo sera victorioso: Fuerza y terror en momento explorado, De un venablo morirà el envidioso. CENTURIA IV I Por lo que quede de sangre no derramada, Venecia pide que socorro le sea dado, Después de haber mucho tiempo esperado, Ciudad entregada al primer cuerno sonado. Il Por muerte Francia efectuarà un viaje, Flota por mar, atravesar los montes Pirineos, Espafia perturbada, gente militar moverse: Algunas de las màs grandes damas a Francia Ilevadas. Ill De Arras y Burges, de Brodes grandes banderas, Un mayor nùmero de Gascones a pie derrotar, Los de lo largo del Rédano desangraran las Espafias: Cerca del monte donde Sagunto està. IV El impotente Principe enojado, lamentos y querellas, De rapifias y saqueos por galos y por libicos: Grande es por tierra, en mar infinitas velas, Hermana Italia serà echando a los célticos. Vv Cruz paz, bajo el Verbo divino cumplido, Espafia y Francia permaneceran unidas juntas: Gran guerra proxima y combate muy duro, XXVIII Cuando Venus esté cubierta por el Sol, Bajo el esplendor habrà una forma oculta: Mercurio al fuego los habrà descubierto, Por rumor bélico serà puesto al insulto. XXIX El Sol escondido, eclipsado por Mercurio, Sélo estarà en el cielo segundo: De Vulcano-Hermes serà hecho pasto, Sol serà visto puro, rutilante y rubio. XXX Mas once veces Luna Sol no querrà, Todos aumentados y rebajados de grado: Y tan bajo puesto que poco entonces se creerà, Después hambre y peste, el secreto revelado. XXXI La Luna en el plano de noche sobre el alto monte, El nuevo sabio con un solo cerebro la ha visto: Por sus discipulos ser inmortal se monda, Ojos a mediodia, en el sensible, manos, cuerpos a foco. XXXII En lugares y tiempos carne al pez darà lugar, La ley comun serà hecha al contrario: Viejo se mantendrà firme, después impedido por el medio, La Planta Koinà Filòn quedarà muy atràs XXXIII Jùpiter unido màs a Venus que a la Luna, Apareciendo de plenitud Blanca: Venus escondida bajo la blancura de Neptuno, Por Marte golpeada con la grande rama. XXXIV El grande llevado cautivo a extrafia tierra, De oro encadenado al Rey Chirén ofrecido: Después de que en Ausonia Milan pierda la guerra, Y todo su ejército derrotado. XXXV El fuego apagado, las virgenes traicionaràn La mayor parte del bando nuevo: Rayo de hierro, lanza solos los Reyes guardaran Etruria y Cércega de noche gola iluminada. XXXVI Los juegos nuevos en Galia organizados, Después de la victoria de la Insubria campafia: Montes de Epiro, los grandes atados, depredados, De pavura temblar la Romafia y Espafia. XXXVII Galo a saltos, montes vendrà a penetrar, Ocuparà el gran lugar del Insubre, Hasta lo màs profundo su hueste harà entrar, Génova, Mònaco empujaràn ejército rubro. XXXVIII Mientras que Duque, Rey, Reina ocuparà, Jefe Bizancio del cautivo en Samotracia, Antes del asalto uno al otro comerà, Contrapelo apretado seguirà de la sangre la huella. XXXIX Los Rodianos pediràn socorro, Por la negligencia de sus aliados abandonada, El imperio Arabe reemprenderà su curso, Por Hesperia la causa enderezada. XL Las fortalezas de los sitiados rodeadas, Por polvo de fuego precipitados en el abismo, Los traidores seràn todos vivos apresados, Nunca entre los rapavelas se vio tan deplorable cisma. XLI Gimnica sexo prisionera en rehén, Vendrà de noche a sorprender a los guardas, El jefe del campo engafiado por su lenguaje, Abandonarà a la gente, verlo darà làstima. XLII Ginebra y Langres por los de Chartres y Dole. Y por Grenoble cautivo en Montlimard, Seysset, Lausana por fraudulento engafio, Los traicionaran por sesenta marcos de oro. XLIII Se oiran en el cielo las armas batir: También aquel afio los divinos enemigos, Querran leyes santas injustamente discutir, Por rayo y guerra los muy creyentes muertos. XLIV. Dos principales de Mende y de Roudés y Milhau, Cahours, Limoges, Chartres, semana infeliz, De noche la entrada, de Bourdeaux un guijarro, Por Perigort al toque de la campana. XLV Por un conflicto, el Rey abandonarà el trono, El mayor de los jefes faltarà a su cometido, Herido de muerte no se librarà, Todos asesinados, uno serà testigo. XLVI El hecho por excelencia bien defendido, Guàrdate Tours de tu préxima ruina, Londres y Nantes por Reims haràn defensa, No sigas adelante al tiempo de la escarcha. XLVII El negro cruel cuando haya probado Su mano sanguinaria con fuego, hierro, arcos tensos, Todo cuanto el pueblo quede aterrorizado, Ver a los màs grandes por cuello y pies colgados. XLVIII Llanura de Ausona, fértil, espaciosa, Producirà talares colmadisimos de langostas, Claridad solar quedarà anublada, Roerlo todo, gran peste provenir de ellas. XLIX Ante el pueblo sangre serà derramada, Que de lo alto del cielo no vendrà alejar, Pero por largo tiempo no serà oida, El espiritu de uno solo vendrà a testimoniar. L Libra reinarà sobre las Hespérides, De cielo y tierra mantendrà la Monarquia, De Asia fuerzas nadie verà perecer, Que siete no tengan por rango la jerarquia. LI Un Duque ansioso a su enemigo seguirà, Dentro entrarà impidiendo la falange, Acosados a pie tan cerca perseguiràn, Que la jornada conflicto cerca del Ganges. LII En la ciudad vejada a los muros hombres y mujeres, Enemigos fuera del jefe prontos a rendirse: El viento soplarà fuerte ante los gendarmes, Echados seràn por cal, polvo y ceniza. LIN Los enemigos ahuyentados y vencidos, Padres a hijo mayor adornando los altos pozos, El cruel padre ahogarà a los suyos, Su hijo pésimo sumergido en el pozo. LIV Del nombre que nunca tuvo el Rey Galo, Jamàs hubo un rayo tan temido, Temblando Italia, Espafia y los Ingleses, De mujer extranjera locamente enamorado. LV Cuando la corneja en torre de apretado ladrillo, Durante siete horas no haga màs que chillar: Muerte presagiada por sangre estatua tefiida, Tirano abatido, a los dioses pueblo rogar. LVI Despues de victoria de rabiosa lengua, El espiritu vigorizado por tranquilidad y descanso, Vencedor sanguinario del conflicto discursearà, Asar la lengua, la carne y los huesos. LVII Una cuestiòn molesta al gran Rey presentada, El propondrà defender los escritos: Su mujer no mujer por otro tentada, Màs doble dos no grita fuerte. LVIII | Sol ardiente en la garganta abrasada, De sangre humana empapar la tierra Etrusca: Jefe recoge agua, Ileva a su hijo largarse, Cautiva dama conducida a tierra Turca. LIX Dos sitiados en ardiente fervor, Apagada la sed con dos Ilenas tazas, El fuerte raso y un anciano sofiador, A los Genoveses de Nira muestran traza. LX Los siete nifios en rehén dejados, El tercero a su nifio matarà, Dos seran traspasados por su hijo, Génova y Florencia de acuerdo se pondràn. LXI El viejo burlado y expulsado de su lugar, Por el extranjero que lo sobornarà, Algunos de sus hijos comidos ante él, El hermano en Chartres, Orl. Ruan traicionarà. Expulsado de los que bajo él han estado, Apretado por cadenas, también de un rudo cable, El afio en que Marte, Venus y el Sol puestos en verano. LXXXV El carbon blanco por el negro serà calentado, Hecho prisionero y Ilevado al chirrién: Moro camello sobre los pies entrelazados, Entonces el recién nacido el eje surcarà. LXXXVIEI afio en que Saturno en agua sea unido, Y con el Sol, el Rey fuerte y poderoso, En Reims y Air serà recibido y ungido, Después de conquistas martirizarà inocentes. LXXXVII Un hijo del Rey muchas lenguas aprendidas, De su predecesor en el reino diferente: Su suegro por su hijo mayor comprendido, Harà morir a su principal adherente. LXXXVIII El Gran Antonio de nombre realmente sérdido, De Ftiriosia a su Ultimo roido: Uno que de plomo querrà ser Avido, Pasando el Puerto elegido serà sumergido. LXXXIX Treinta de Londres en secreto conjuraràn, Contra su rey, sobre el puente la empresa: Para él fatalidades la muerte degustaràn, Un Rey elegido rubio, nativo de Frisia. XC Los dos ejércitos no podran Ilegar a los muros En aquel momento temblar Milàn, Ticino: Hambre, sed, duda tan fuertemente los cogerà Carne, pan y viveres no tendràn ni un bocado. XCI Al duque Galo obligado a batirse en duelo, La nave Mellele a Ménaco no se acercarà, Sin razén acusado, prisiòn perpetua, Su hijo reinar antes de la muerte intentarà. XCII Cabeza cortada del valiente capitàn, Serà echada delante de su adversario: Su cuerpo colgado por la multitud al palo, Confundido huirà por remos en viento contrario. XCIII Una serpiente vista junto a la cama Real, Serà por dà ma de noche y los perros no ladraràn: Entonces nacerà en Francia un Principe tan Real, Del cielo venido todos los Principes lo veràn. XCIV Dos grandes hermanos seràn de Espafia echados, El mayor vencido en los montes Pirineos: Enrojecerse el mar, Rodano, sangre Leman de Alemania Nabòn, Bliterre, de Agath, contaminadas. XCV El reino a dos dejado bien porn sostendràn, Tres afios siete meses pasados haràn guerra Contra las dos vestales se rebelaràn, Victoriosa siempre en Arménica tierra. XCVI La hermana de la Isla Britànica, Nacerà quince afios antes que su hermano: Por su prometido mediante verifica, Sucederà al reino de balanza. XCVII El afio en que Mercurio, Marte, Venus retrocederàn, La linea del gran Moncarca quiebra no harà: Elegido por el pueblo el que està en use junto a Gàdola, Que en paz y reino largamente envejecerà. XCVIII Los Albaneses entraran en Roma, Mediante Langres serà repoblada, Marqués y Duque no perdonan al hombre, Fuego, sangre, mortandad, sin agua, marchitos los trigales. XCIX El valiente primogénito de la hija del Rey, Rechazarà muy lejos a los Célticos, Como si les enviara el rayo semejante desconcierto Poco y lejos, luego profundo de las Hesperias. c Del fuego celeste en el Real edificio, Cuando desmaye la luz de Marte, Siete meses gran guerra, muerte gente de maleficio, Run, Evreux al Rey no fallarà. CENTURIA V I Antes de la venida de la ruina céltica, Dentro del templo dos parlamentaran, Pufial corazén, de un caballero en corcel y lama, Sin hacer ruido al grande enterraràn. Il Siete conjurados en el banquete ostentaràn, Contra los tres el hierro fuera del navio: Uno las dos tropas al grande harà llevar, Cuando con el mazo. Ultimo a la frente le tira. Ill El sucesor del Ducado llegarà Mucho mas allà que el mar de Toscana: Florencia tendrà una Rama Gélica, De acuerdo en su giròn nàutica Rana. IV El fuerte mastin de la ciudad expulsado, Serà contrariado por la extranjera alianza, Después de haber echado el ciervo en los campos, El lobo y el oso se daràn desconfianza. Vv Bajo sombra fingida de quitar servidumbre, Pueblo y ciudad la usurparà por si mismo: Peor harà por fraude de joven putafia, Entregado al campo leyendo el falso proemio. VI AI Rey el augur la mano imponer sobre el jefe, Vendrà a rogar por la paz itàlica: A la mano izqu:erdà cambiarà el cetro, De Rey llegarà a ser Emperador pacifico. VII Del Triunviro seràn hallados los huesos, Buscando profundo tesoro enigmatico, Los de alrededor no estaràn en reposo, Este ahondar màrmol y plomo metdlico. VIII Serà dejado fuego vivo, muerto escondido, Dentro de los globos horribles espantosos, De noche sobre naval ciudad en polvo convertida, La ciudad al fuego, el enemigo favorecido. IX Hasta el fondo el gran arco destruido, Por un jefe cautivo al amigo anticipado: Nacerà de dama frente, rostro melenudo, Cuando por astucia Duque a muerte llevado. x Un jefe Céltico en el conflicto herido, Cerca de una cueva viendo a los suyos caer muertos: De sangre y heridas y de enemigos cercado, Y socorrido por cuatro desconocidos. XI El mar no pasarà por los umbrales solares, Los de Venus dominaràn toda el Africa: Saturno no ocuparà ya màs su reino, Y cambiarà la parte Asiatica. XII Junto al lago Leman serà conducida, Por jovencita extranjera ciudad queriendo traicionar: Antes de su homicidio en Habsburgo la gran fuga, Y los del Rin vendran a arrebatarla. XIII Con gran furor el Rey Romano Belga, Devastar querrà a la barbara falange: Furor rechinando expulsarà a la gente libica, Desde Pannonia hasta el ara de Hércules. XIV Saturno y Marte en Leo, Espafia cautiva, Por jefe Libico en conflicto atrapado, Cerca de Malta, Heredde tomada viva, Y Romano cetro serà por Gallo golpeado. XV Navegando cautivo tomado gran Pontifice, Gran apresto fallido, los clérigos tumultuosos: Segundo electo ausente su bien distribuido, Su favorito bastardo a muerte condenado. XVI A su alto precio màs la lerma sabea, De humana carne por muerte en ceniza poner, A la Isla de Paros por Cruzados perturbada, Cuando en Rodas duro espectro aparecer. XXXIX De la verdadera rama de flor de lis salido, Puesto y alojado heredero de Etruria: Su sangre antigua de larga mano tejida, Harà Florencia florecer en los blasones. XL La sangre Real serà tan mezclada, Forzados seran Galos de la Hesperia: Se esperarà que el término haya pasado, Y sea muerta de la voz la memoria. XLI Nacido bajo las sombras del dia nocturno, Serà en reino y bondad soberana: Harà renacer su sangre de los lejanos ancestros, En siglo de oro el de bronce transformando. XLII Marte elevado a su màs alto apogeo, Obligarà a los Alébroges a retirarse de Francia: La gente Lombarda causarà gran pavura, A los del Aguila comprendidos bajo la Balanza. XLIII | La gran ruinà de los secretos no se aleja, Provenza, Napoles, Sicilia, Seez y Ponza, En Germania, en el Rin y Colonia, Heridos de muerte por todos los de Maguncia. XLIV Por mar el rojo serà preso por piratas, La paz serà turbada por su causa: La ira y el avaro cometeran por santo acto, Al gran Pontifice serà doblada la armada. XLV El Gran Imperio quedarà pronto desolado, Y trasladado cerca de escabrosa silueta: Los dos bastardos por el mayor degollados, Y reinarà Enobardo, nariz desmesurada. XLVI Por capelos rojos querellas y nuevos cismas, Cuando hayan elegido al Sabinés: Se produciran contra él grandes sofismas, Y serà Roma dafiada por Albanés. XLVII El gran Arabe avanzarà muy adelante, Traicionado serà por los Bizantinos: La antigua Rodas se le pondrà delante, Y mucho mayor mal por otros Panonios. XLVIII Después de la gran aflicciòn del cetro, Dos enemigos por ellos seràn derrotados: Escuadra de Africa hacia los Panones irà a nacer Por mar y tierra cumpliran horribles hechos. XLIX. Nadie de Espafia, sino de la antigua Francia Serà elegido para la navecilla temblante, Al enemigo se le otorga fianza, Quien en su reino serà peste cruel. L El afio en que los hermanos del Lys estén en edad, Uno de ellos reinarà sobre la gran Romania: Temblaran los montes cuando se abra paso Latino, Después harà campafaa contra el fuerte de Armenia. LI La gente de Dacia, de Inglaterra y Polonia, Y de Bohemia haràn nueva liga: Para ir més allà de Hércules la columna, Bàrcinos, Tirrenos levantaran cruel intriga. LII Un Rey se comportarà de un modo contrario, Levantarà hasta el reino a los exiliados: En sangre nadar la gente casta Hipélita, Y florecerà por mucho tiempo bajo tal ensefia. LIII La ley contenida de Sol y Venus Apropiandose el espiritu de profecia, Ni uno ni otro seràn oidos, Por Sol tendrà la ley del gran Mesias. LIV Del puente Euxino y la gran Tartaria, Un Rey habrà que vendra a ver la Galia, Atravesarà Alana y Armenia, Y en Bizancio dejarà sangrante Galia. LV De la comarca de la Arabia Feliz, Nacerà un poderoso de la ley Mahomética, Vejar Espafia, conquistar Granada, Y luego por mar a la gente Ligustica. LVI Por la muerte de un muy viejo Pontifice, Serà elegido Romano de madura edad, De quien se dirà que la Sede desfigura, Y aguantarà largamente y obrarà con claridad. LVII Istra del Gaulsier y Aventino, Quien por el boquete advertirà al ejército, Entre dos pefiascos serà cogido el botin, De Sext Mansol perder la fama. LVIII Del acueducto de Uticense y del Garda, Por la floresta y monte inaccesible, El enemigo del puente serà ligado al pufio E incluso el jefe que serà tan terrible. LIX Para el jefe Inglés en Nimes demasiado miedo, Hacia Espafia en auxilio de Aenobarba, Muchos moriran por Marte abierto aquel dia, Cuando en Artois caiga estrella con barba. LX Por cabeza rapada serà dificil elegir, Cuanto més lleve su carga pasarà: Tan gran furor y rabia harà decir, Que a sangre y fuego todo sexo destrozarà. LXI El hijo del grande no siendo por su nacimiento, Subyugarà los altos montes Apeninos: Harà temblar a todos los de la balanza, Y en los montes fuego hasta Mont-Cenis. LXII . Sobre las rocas se verà Ilover sangre, Sol Oriente, Saturno Occidental: Cerca de Orgon guerra, en Roma gran mal ver, Naves hundidas, y capturado el Tridental. LXIII El honor indebidamente Ilorado de una empresa vana, Galeotes errantes por latinos, frio, hambre, olas, No lejos del Tiber de sangre la tierra teflida, Y sobre los mortales caeràn diversas plagas. LXIV.. Los reunidos por descanso de gran numero, Por tierra y mar consejo transmitido: Hacia el Otofio Génova, Niza de la sombra, Por campos y ciudades el jefe contrabandado. LXV El miedo sùbitamente venido serà grande, Algunos principales del asunto se esconderan: Y dama en ascuas no serà màs vista Y poco a poco los grandes se enojaràn. LXVI Bajo los antiguos edificios vestales, No alejados del acueducto arruinado: De Sol y Luna son los relucientes metales, Ardiente lampara Trian de oro parpadea. LXVII Cuando el jefe Perusa no se despoje de su tunica, Sentidos cubiertos totalmente desnudos expoliar, Seràn tomados siete hecho aristocratico, Padre a hijos muertos heridos en la garganta. LXVIII En el Danubio y del Rin vendrà a beber, El gran Camello, de ello no se arrepentirà: Temblar del Rédano y màs fuerte los del Loira, Y junto a los Alpes el Gallo lo vencerà. LXIX Cuanto més esté el grande en falso suefio, La inquietud vendrà a tomar reposo: Levantad falange de oro, azul y rojo, Subyugar Africa, roerla hasta los huesos. LXX Regiones sujetas a la Balanza Haran temblar los montes con gran guerra, Cautivos todo entrambo sexo y toda Bizancio, Que se gritarà al alba tierra a tierra. LXXI Por el furor de uno que esperarà el agua, Por la gran rabia todo el ejército turbado: Cargadas de nobles diecisiete naves, A lo largo del Rodano un mensajero tarde Ilegado. LXXII Por el placer de edicto voluptuoso, Se mezclarà el veneno en la fe: Asaltarà Viena y Colonia. XCV Néutico remo invitarà a los Umbrios, Del gran Imperio entonces vendrà a concitar: El mar Egeo de las lineas los estorbos, Impidiendo a la onda Tirrena volver a flotar. XCVI En medio del gran mundo la rosa, Por nuevos hechos sangre publica derramada: A decir verdad se tendrà boca cerrada, Entonces segun la necesidad llegarà tarde el esperado. XCVII El nacido deformado por horror sofocado, En là ciudad del gran Rey habitable: El edicto severo de los cautivos revocado Granizo y truenos, Condonacibn inestimable. XCVIII A cuarenta y ocho grados climàticos, AI fin de Cancer tan gran sequia: Peces en mar, rios, lago desecado, Bearne, Bigorre por fuego cielo en angustia. XCIX Milan, Ferrara, Turin y Aquilea, Capua, Brindis vejadas por gente Céltica: Por el Leòn y falange aquilea Cuando Roma tenga al viejo jefe britànico. c El botafuego por su fuego engafiado, De fuego del cielo a Carcas y Cominge, Foix, Aux, Mazere, insigne anciano fugado, Por los de Essen, de Sajonia y Turingia. CENTURIA VI I Alrededòér de los montes Pirineos un tropel De gente extranjera socorrer al nuevo Rey, Junto al Garona del gran templo de Mas, Un jefe Romano la temerà en el agua. Il En el afio quinientos ochenta màs o menos, Se Ilegarà a un siglo muy extrafio: En el afio setecientos, y tres cielos por testigos, Que varios reinos de uno a cinco haran cambios. Ill Rio que agita al recién nacido Céltico, Serà del Imperio en gran discordia: El joven Principe por gente Eclesiàstica, Desviarà el cetro coronal de concordia. IV El rio Céltico cambiarà de ribera, No resistirà màs la ciudad de Agripina, Todo mudarà a excepciòn del viejo lenguaje, Saturno, Leo, Marte, Caneer en rapifia. Vv Si gran carestia por ola pestifera, Por abundante Iluvia a lo largo del polo artico, Samatobryn cien leguas del hemisferio, Viviran sin ley, exentos de politica. VI Aparecerà hacia el Septentrién, No lejos de Cancer la estrella cabelluda, Susa, Siena, Boecia, Eretrién, Un grande de Roma morirà, la noche desaparecida. VII Noruega y Dacia y la Isla Britànica Por los hermanos unidos seràn vejadas, El jefe Romano nacido de sangre Gélica Y las tropas en las florestas rechazadas. VIII Los que estaban en el reino para saber, En el cambio Real seran empobrecidos: Un desterrado sin apoyo no tendrà oro, Letrados y letras no seràn muy apréciados. IX En los sagrados templos habrà escandalos, Contados seran por honores y alabanzas, De uno se grabara de plata y oro las medallas, El fin serà en tormentos muy extrafios. Xx Por poco tiempo los templos de colores, De blanco y negro los dos entremezclados: Rojos y amarillos les pareceràn adictos, Sangre, tierra, peste, fuego de agua enloquecida. XI De siete retofios a tres quedaràn reducidos, Los mayores seràn sorprendidos por la muerte, Dos de ellos seràn tentados por fratricidio, Los conjurados durmiendo seràn muertos. XII Levantar un ejército para Ilegar al Imperio, Del Vaticano la sangre Real resistirà: Flamencos, Ingleses, Espafia con Aspirio, Contra Italia y Francia contenderà. XIII Un dudoso no vendra lejos del reino, La mayor parte lo querrà sostener, Un capitolino no querrà que él reine, Su gran carga no podrà mantener. XIV Lejos de su tierra el Rey perderà la batalla, A punto de escapar acosado por los seguidores preso, Ignaro preso bajo la malla dorada, Bajo un fingido hàbito y sorprendido el enemigo. XV En la tumba serà hallado el Principe, Que tendrà el premio por encima de Nuremberg, El Espafiol Rey en sutil capricornio, Engafiado y traicionado por el Gran Gutrenberg. XVI El que serà raptado por el joven Milvio, Por los Normandos de Francia y Picardia, Los negros del templo del lugar de Negrisilve, Haran albergue y fuego de Lombardia. XVII Después de las limas quemadas los burreros, Obligados estaran a cambiar hàbitos varios, Los Saturninos quemados por los molineros, Aparte muchos que no estaràn cubiertos. XVIII Por los Fisicos el gran Rey abandonado, Por suerte, no arte, del Ebrien està en vida, El y su yerno al alto reino empujado, Gracia dada a la gente que a Cristo envidia. XIX La verdadera Ilama engullirà a la dama, Que querrà arrojar los Inocentes al fuego, Al Ilegar al asalto el ejército se inflama, Cuando en Sevilla monstruoso buey sea visto. XX La unién fingida durarà poco, Unos habràn cambiado, la mayoria reformados, En los barcos habrà gente endurecida, Roma tendrà entonces un nuevo leopardo. XXI Cuando los del polo Artico estén unidos. En Oriente gran espanto y temor, Nuevo elegido, el grande sostenido tiembla, Rodas, Bizancio con sangre Barbara tefiida. XXII Dentro de la tierra del gran templo Céltico, Sobrino en Londres por Paz fingida lastimado, La barca entonces se harà cismatica, Libertad proclamada serà a cuerno y grito. XXIII El espiritu del reino serà duramente impugnado, Y se levantaran pueblos contra su Rey, Renovada la paz, las leyes santas empeoradas, Después de ser raptado y puesto en gran temor. XXIV Marte y el cetro estaràn unidos, Bajo Cancer calamitosa guerra, Poco después nuevo Rey serà ungido, Quien por largo tiempo pacificarà la tierra. XXV Por Marte contrariada serà la monarquia, Del gran pescador en turbaciòn ruinosa, Joven negro rojo tomarà la jerarquia, Los traidores Ilegaran en dia de Ilovizna. XXV7 Cuatro afios la sede màs o menos aguantarà Uno sobrevendrà libidinoso de vida, Ràavena y Pisa, Verona sostendran, Para quitar la cruz del Papa envidia. XXVII En las Islas de cinco rios a uno, Cautivos, oro, anillos màs de cien mil rublos. L Dentro del pozo seràn hallados los huesos, Serà el incesto cometido por la madrastra: El Estado cambiado, se querrà ruido y escàndalo, Y habrà Marte esperando por su astro. LI Pueblo reunido ver nuevo espectàculo, Principes y Reyes entre muchos asistentes, Pilares hundirse, muros, pero como milagro El Rey salvado y treinta de lés presentes. LII En vez del grande que serà condenado, Fuera de prisiòn, su amigo en su lugar: La esperanza troyana en seis meses juntos nacida muerta, El Sol en la urna, seràn pintados rios en glaciar. LIII El gran Prelado Céltico al Rey sospechoso, De noche por curso saldrà fuera del reino: Por Duque fértil a su gran Rey Bretafia, Bizancio a Chipre y Tùnez insospechoso. LIV A punta del dia, al segundo canto del gallo, Los de Tùnez de Fez y de Begia, Por los Arabes cautivo el Rey de Marruecos, El afio mil seiscientos y siete de Liturgia. LV AI chiflado Duque, ocupando el espacio, Vela Arabesca ver, sùbitamente descubierto: Tripoli, Chio y los de Trapesonce, Duque preso, Marnegro y la ciudad desierta. LVI La temida armada del enemigo Narbén, Amedrentarà muy mucho a las Respéricas: Perpifian vaciado por el ciego Darbòn, Entonces Barcelona por mar darà las picas. LVII. Aquel que està mucho antes en el Reino, Teniendo jefe rojo préximo a la Jerarquia, Aspero y cruel y se harà tanto temer, Sucederà a sagrada monarquia. LVIII Entre los dos monarcas alejados, Cuando el Sol por Selin claro perdido, Gran simultaneidad entre dos indignados, Que a las Islas y Siena la libertad devuelta. LIX Dama en furor por rabia de adulterio, Urdirà a su Principe conjuras a màs no poder: Pero en breve serà cortado el vituperio, Que diecisiete seran enviados al martirio. LX El Principe fuera de su territorio Céltico, Sera traicionado, engafiado por intérprete: Rouen, Rochelle por los de la Armérica En el puesto dè Blaue engafiados por clérigos y monjes. LXI El gran tapiz enrollado no mostrarà, Màs que a medias la mayor parte de la historia: Arrojado del Reino lejos aspero aparecerà, Que en el hecho bélico cada uno querrà creerlo. LXII Demasiado tarde los dos las flores se habràn perdido, Contra la ley serpiente no querrà hacer: De las fuerzas Ligures con una cofradia, Savona, Albenga, por un monje gran martirio. LXIII Sélo la dama quedara en el reino, El ùnico siendo primero en el lecho de honor, Siete afios serà de dolor atormentada, Luego larga vida en el Reino por gran felicidad. LXIV.— No se Ilegarà a ningùn acuerdo de paz, Todos los interesados obraran por engafio, De paz y tregua tierra y mar protestado, Por Barcelona asaltada con habilidad la flota. LXV Gris y despacho semiabierta guerra, De noche seran asaltados y pillados, Despacho tomado pasarà por la furia, Su templo abierto, dos en la parrilla asados. LXVI En el fundamento de la nueva secta, Seran los huesos del gran Romano hallados, Sepulcro de màrmol aparecerà cubierto, La tierra temblarà en Abril, mal enterrados. LXVII Al gran Imperio sucederà otro muy distinto Bondad distante màs de felicidad: Regido por uno salido no lejos de la plebe, Corromper reinos gran infelicidad. LXVIII Cuando los soldados furor sedicioso, Contra su jefe hagan de noche hierro lucir: Enemigo de Alba sea por mano furiosa, Entonces vejar Roma y principales seducir. LXIX. La piedad Ilegarà sin tardar mucho, Quienes daban se veràn constrefiidos a tomar: Desnudos, muertos de frio, sed, malheridos, Pasaran los montes suscitando gran clamor. LXX. Como jefe del mundo el gran Chirén serà, Ningùn otro después amado, temido, respetado: Su fama y alabanzas los cielos sobrepasarà, Y del solo titulo de victorioso muy contentado. LXXI Cuando se quiera al gran Rey emparentar Antes que haya del todo el alma rendida: Aquel que menos vendrà a compadecerle, Por Leones, de Aguilas, cruz, corona vendida. LXXII Por arrebato fingido de emociòn divina, Sera la mujer del gran fuerte violada: Jueces queriendo condenar esta doctrina, Victima al pueblo ignorante inmolada. LXXIII En una gran ciudad un monje y artesano, Junto a la puerta alojado y en las murallas, Contra Médena secreto, caùto al hablar, Traicionar so color de esponsales. LXXIv La desechada al reino volverà, Sus enemigos hallados de los conjurados: Màs que nunca su tiempo triunfarà, Tres y setenta a muerte muy asegurados. LXXV El gran piloto por el Rey serà convocado, Dejar la armada para un màs alto puesto ocupar: Siete afios después serà contrabandeado, Barbaro ejército harà a Venecia temblar. LXXVI La ciudad antigua de antenorada forja, No pudiendo ya més al tirano soportar: El mango disimulado en el templo cortar cuello, Los suyos el pueblo a muerte vendrà a condenar. LXXVII Por la victoria del burlado fraudulento, Dos ejércitos uno, la revuelta Germana, El jefe asesinado y su hijo en la tienda, Florencia, Imola perseguidas en Romafia. LXXVIII Proclamar victoria del gran Selin creciente, El Aguila serà aclamada por los Romanos, Ticino, Milan y Génova en ello asienten, Después por ellos mismos Basil gran reclamado. LXXIX Junto a Tesin los habitantes de Loira, Garona y Saona, Sena, Tain, y Gironda, Màs alla de los montes levantaran un promontorio, Conflicto dado, surcado el Po, onda sumergida. LXXX. De Fez el reino Ilegarà a los de Europa, Fuego su ciudad y espada cortarà: El grande de Asia tierra y mar con gran tropa, Azules, persas, cruz, a muerte conducirà. LXXXI Llantos, gritos y lamentos, alaridos, espanto, Corazén inhumano, cruel, negro y despavorido: Leman, las Islas, de Génova los mayores, Sangre derramada, fii o, hambre, a nadie gracia. LXXXII Por los desiertos del lugar, libre y arisco, Vendrà a errar sobrino del gran Pontifice: Muerto a palos por siete con pesado tronco, Por los que después ocuparan Cife. LXXXIII El que tanto honor y caricias habrà tenido. Vv Vino sobre la mesa serà derramado, El tercero no alcanzarà la que pretendia, Dos veces en el negro de Parma hundida, Perusa harà lo que Pisa deseaba. VI Napoles, Palermo y toda la Sicilia, Por mano bàrbara quedaran deshabitadas, Còrcega, Salerno y de Cerdefa la Isla, Hambre, peste, guerra, fin de los males intentado. VII En el combate de los grandes caballos ligeros, Se gritarà el gran creciente confuso: De noche matar en los montes, moradas pastoriles, Rojos abismos en la profunda fosa. VIN Flora, huye, huye que se acerca el Romano, En el Fesulàn serà conflicto dàdo: Sangre derramada, los mayores capturados a mano, Ni templo ni sexo seràn perdonados. IX Dama en ausencia de su gran capitàn, Serà requerida de amores por el Virrey, Fingida promesa, desdichado regalo, Entre las manos del Gran Principe Barés. Xx Por el gran Principe vecino de Le Mans, Bizarro y valeroso jefe del gran ejército: Por mar y tierra de Galos y Normandos, Ultrapasar Barcelona a Isla saqueada. XI El Infante Real despreciarà a su madre, Ojo, pies heridos, rudo desobediente, Noticia a dama extrafia y muy amarga, Màs de quinientos de los suyos seràn muertos. Xri El gran posnacido pondrà fin a la guerra, Ante los dioses reunidos seràn excusados: Cahors, Moissac iran lejos de la barricada, Lestore rechazado, Angers arrasada. XIII De la ciudad marina y tributaria La cabeza rapada tomarà la satrapia: Expulsar sérdido que serà luego contrario, Por catorce afios detentara la tirania. XIV Que era falso dirà topografia, Los interiores de los monumentos seràn profanados: Pulular de sectas, Santa filosofia, Por blancas, negras y por antiguas verdes. XV Ante una ciudad de la comarca Insubria, Que habrà sido sitiada siete afios: El muy gran Rey harà en eila su entrada, Ciudad més fibre fuera de sus enemigos. XVI Ingreso solemne por la gran Reina hecho Harà el lugar fuerte a inaccesible: El ejército de los tres leones serà deshecho, Provocando dentro un caso horroroso y terrible. XVII El Principe raro de piedad y clemencia Vendrà a cambiar por rnuerte gran conocimiento Por gran reposo el reino trabajado, Cuando el grande vaya pronto a ser castigado. XVIII Los sitiados disimularàn sus armas, Siete dias después haran cruel salida, Seran rechazados, fuego sangre. Siete muertos a hachazos, Dama que habia tejido la paz hecha cautiva. XIX El fuerte Nicene serà combatido, Vencido serà por rutilante metal, El hecho serà por mucho tiempo debatido, Para los ciudadanos e trafio espantajo. XX Embajadores de la Toscana lengua, Abril y Mayo Alpes y mar cruzados, Aquél de novillo expondrà la arenga, Vida Galica viniendo a cancelar. XXI Por la creciente enemistad de los Volsgos, Disimulada echarà al tirano, Sobre el puente de Sorgues se harà el tràfico, De condenar a muerte él y su adherente. XXII Los ciudadanos de Mesopotamia Iràn al encuentro de los amigos de Tarragona, Juegos, ritos, banquetes, mucha gente adormecida, Vicario en el Rodano, tomada ciudad, aquellos de Ausonia. XXIII El Cetro Real estarà obligado a tomar Lo que sus predecesores habian solicitado, Pues que el anillo se harà sentir malamente, Cuando se venga el palacio a saquear. XXIV El sepultado saldrà de la tumba, Harà con cadenas atar al fuerte del puente, Envenenado con huevos de Barbio, Grande de Lorena por el Marqués del Puente. XXV Por guerra larga todo el tesoro agotado, Y para soldados no habrà dinero, En lugar de oro, de plata, cuero serà usado, Bronce galo, sefial creciente de Luna. XXVI Fustas y galeras en torno a siete navios, Serà librada una mortal guerra, Al jefe de Madrid le sentarAn las costuras, Dos escapados, y cinco llevados a tierra. XXVII Junto a Vasto la gran caballeria, Cerca de Ferrara impedida por el bagaje, Dispuestos en Turin haran tal caceria, Que robaran en el fuerte a sus rehenes. XXVIII El capitàn conducirà gran presa Sobre la montafia de los enemigos màs cercana: Rodeado, por fuego harà tal camino Todos huidos, menos treinta asados. XXIX El gran Duque de Alba se rebelarà, Y harà traicibn a sus grandes pares: El grande de Guisa vendrà a debelarlo, Cautivo llevado y monumento levantado. XXX El saqueo se acerca, fuego, mucha sangre derramada, Po, grandes rios, de los boyeros la empresa De Génova, Niza tanto tiempo esperada, Fossar, Turin, en Savillan la presa. XXXI Del Languedoc y Guyena màs de diez Mil querran los Alpes de nuevo pasar: Grande Alébroges ir contra Brundis, Aquin y Bresse les volveràn a hacer frente. XXXII Del Monte real nacerà de una prosapia, Quien vendra a infundir pavura y tiranizar, Realzar gestas de la marcha Millane, Faenza, Florencia dorada y gentes enervar. XXXIII Por fraude reina, fuerzas expoliadas, La flota obsesa, pasaje a la espia, Dos fingidos amigos vendràn, a aliàrsete, Despertar odio largo tiempo adormecido. XXXIV En gran pesar estarà la gente Gala, Corazén vano, ligero creerà temeridad: Pan, sal, ni vino, agua, veneno ni cerveza, Mayor cautivo, hambre, frio, necesidad. XXXV La gran lonja se lamentarà, llorarà, De haber elegido, habrà errado en la edad: Caudillo con ellos no querrà morar, Defraudado serà por los de su propia lengua. XXXVI Dios, el cielo, todo el verbo Divino en la onda, Llevado por siete ruines rojos a Bizancio, Contra los ungidos trescientos de Trebisonda Dos leyes daràn horror, después creencia. XXXVII Diez enviados, jefe de nave meter a muerte, Por uno advertido, en el ejército guerra abierta Confusiòn jefe, uno se pincha y muerde, Lerin, stecadas naves, jefe en la nerte. XVIII Nacido de Flora de su muerte serà causa, Algùn tiempo antes por joven y vieja boyera, Con los tres lises le haràn tal pausa, Por su fruto silvestre como carne cruda y madura. XIX Para sostener la gran capa empafiada, Para aclararla los rojos se acudiran, La familia, de muerte serà casi oprimida, Los rojos al rojo mataran. XX El falso mensaje por la elecciòn fingida Correr por la ciudad destrozada, esperanza perdida. Voces aceptadas, de sangre capilla tefiida, Y a otro el imperio entregado. XXI En el puerto de Agde tres fustas entraran Llevando infecciòn, no fe, y pestilencia, Pasando el puente mil millares temblaràn, Y el puente romper a tercera resistencia. XXII Gorsan, Narbona, por la sal advertir Tuchan, la gracia Perpignan traicionada, La ciudad roja no querrà consentir, Por gran hurto pafio gris vida frustrada. XXIII Cartas halladàs en los cofres de la Reina, Nada de firma ni ningin nombre de autor: Por la policia seràn escondidos los regalos, y no se sabrà quién sea el amador. XXIv_ El lugarteniente en la entrada del portal, Atacarà al grande de Perpignan, E intentando salvarse en Montpertuis, Serà burlado el bastardo de Losignan. XXV. Corazén del amante abierto de encendido amor En el arroyo embelesarà a la Dama: El medio mal falsearà cansada, El padre a los dos privarà cuerpos del alma. XXVI De Catén es hallado en Barcelona, Puesto en abierto lugar, pedroso y alejado, El grande que tiene y no tiene querrà Pamplona, Por el abadiato de Montferrat neblina. XXVII La senda por la que el uno sobre el otro carnalmente peca Echado fuera del màs desierto atrevido y agallado: El escrito del Emperador de Fénix Uru a quien nada es para ninguno. XXVIII Los simulacros de oro y de plata inflad, Que tras el rapto al fuego fueron arrojados, Al descubierto todos extintos y enturbiados, En el màrmol inscrito, prescripto interponed. XXIX En la cuarta columna se consagra a Saturno, Por tierra temblante y diluvio partido Bajo el edificio Saturnino encontrada urna, De oro Capion contento y luego rendido. XXX Dentro de Toulouse, no lejos de Beluzer, Abriendo un pozo lejos, palacio de espectàculo, Tesoro hallado, cada uno irà a contrariar, Y en dos lugares muy cerca del templo. XXXI Primer gran fruto el Principe de Persquiere, Pero luego vendrà un muy cruel maligno, En Venecia perderà su ufana gloria, Y malquistado por el màs alegre Celino. XXXII Guardate, Rey Galo, de tu sobrino, Que harà tanto que tu Unico hijo Sea maltratado a Venus voto haciendo, Acompafiado de noche que tres y seis. XXXIII El grande nacerà de Verona y de Vicenza, Que llevarà un sobrenombre muy indigno: Quien en Venecia quiera tomar venganza, El mismo tomado hombre de acecho y signo. XXXIV Después de la victoria del Leén sobre Lyòn, En la montafia de Ivra Secatumba, Delves y Brodes séptimo millén, Lyén, Ulme en Mansol muerte y tumba. XXXV En la entrada del Garona y del Bayse, Y la floresta no lejos de Damazan, Campos helados, después granizo y viento frio Hielo en la Dordonia por error de Mezan. XXXVI Ser encargado Conde ungir proclamado De Saulne y Santalbino y Bel la obra Pavimentar màrmol de torres mira a lo lejos, No podran resistir y obra maestra. XXXVII La fortaleza cerca del Tamise Caerà por aquel entonces, el Rey alli encerrado, Junto al puente se le verà en camisa Uno delante muerto, después dentro del fuerte atrincherado. XXXVIII El Rey de Blois en Avifién reinarà, Otra vez el pueblo en monopolio, En el Rédano por mar harà bafiar Hasta cinco, el ùltimo cerca de Nolle. XXXIX. El que haya estado por Principe Bizantino, Serà echado por Principe de Toulouse: La fe de Foix por el jefe Tolentino Le fallarà, no rehusando la esposa. XL La sangre del justo por Taurer la dorada, Para vengarse de los Saturninos En el nuevo lago sumergiràn la mesnada, Luego iràn contra los Albaninos. XLI Elegido serà Renard sin decir palabra, Haciendo publica penitencia, viviendo de pan de cebada, Tiranizarà duramente casi como un gallo, Poniendo el pie en la garganta de los màs grandes. XLII Por avaricia, por fuerza y violencia Vejarà a los suyos el jefe de Orleans, En San Memir rialto y resistencia, Muerto en su tienda que en ella duerme divan. XLIII Por la decisién de dos cosas bastardas, Nieto de sangre ocuparà el reino, Dentro del lictorio seràn los golpes de los dardos, Nieto con llanto arriarà la ensefia. XLIV El procreado natural de Ogmién, De siete a nueve del camino desviado A rey de mucho y amy aumy hom, Debe a Navarra fuerte de Pau prosternar. XLV. La mano escarpiada y la pierna vendada, Lejos después cerca de Calais Ilevarà, A la consigna de orden la muerte serà aplazada, Después en el templo por Pascua sangrarà. XLVI Pol Mensole morirà a tres leguas del Rédano, Huye las dos pròximas tarascas destruidas: Porque Marte harà el màs horrible trono, De gallo y de aguila de Grancia tres hermanos. XLVII El lago Trasimeno darà testimonio, Algunos conjurados estaran en Perusa, Uno de ellos se fingirà juicioso, Y matarà al Tedesco golpeando el esternén y el rostro. XLVIII Saturno en Cancer, Jùpiter con Marte, Dentro de Febrero Caldondon salvatierra: Asaltado Castulén atacado por tres partes, Cerca de Verbiesque conflicto mortal guérra. XLIX. Saturno en buey juega en el agua, Marte en flecha, Seis de Febrero mortandad traerà, Los de Cerdefia en Brujas tan gran brecha Que en Ponteroso jefe Barbarino morirà. L La pestilencia alrededor de Capadil, Otra hambre cerca de Sagbn se apresta: El caballero bastardo de buen anciano, Al grande de Tùnez harà cortar la testa. LI El Bizantino haciendo oblaciòn, Conjurador y reino en gran remordimiento. LXXiv En tierra extrafio mucho antes que el Rey entrado, En tanto, que sùubditos lo acogeràn, Su perfidia a un cierto habrà encontradò, Que lugar de fiesta y recogimiento para la ciudad. LXXV El padre y el hijo seràn muertos a la vez El perseguidor dentro de su pabellén. La madre en Tours del hijo vientre tendrà hinchado, Esconde verdura de hojas mariposa. LXXVI Màs Carnicero que rey en Inglaterra, Lugar oscuro nacido con la fuerza tendrà el imperio: Cobarde sin fe ni ley desangrarà la tierra, Su tiempo està tan cerca que yo suspiro. LXXVII El Anticristo tres bien pronto aniquilado, Veintisiete afios sangre durarà su guerra, Los heréticos muertos, cautivos exiliados, Sangre, cuerpos humanos, agua enrojecida, salpicada tierra. LXX(VIII Un Braganas con la lengua torcida Vendrà de los dioses el santuario, A los heréticos abrirà la puerta Suscitando la iglesia militar. LXXIX. Quien a hierro padre perderà nacido de Nonagenario, Sobre la de Gordén serà sangre manante En tierra extrafia harà que todo calle, Y se quemarà a si mismo y a su hijo. LXXX. De los inocentes la sangre de viuda y virgen, Tantos males hechos por medio del gran Rojo, Santos simulacros templados en ardiente cirio, De horror, miedo, no verà a nadie que se mueva. LXXXI El nuevo imperio en desolaciòn, Serà trocado del polo aquilonario, De Sicilia vendrà la emociòn Turbar la empresa a Felipe, tributario. LXXXII Larga roedura, seco, haciendo buen criado, AI fin le habran despedido, Mortal veneno y cartas en el cuello Serà cogido escapado al peligro. LXXXIII La mayor vela fuera del puerto de Zara, Cerca de Bizancio harà su empresa, Del enemigo pérdida y no serà el amigo El tercero a dos harà gran pillaje y presa. LXXXIV Se oiran los gritos de la Sicilia paterna, Todos los preparativos del abismo de Trieste, Resonaràn hasta la Trinacria, De tantas velas huye, huye la terrible peste. LXXXV Entre Bayona y San Juan de Luz Serà puesto de Marte el promontorio A los Hanix de Aquilén Nanar quitarà luz, Luego sofocado en la cama sin auditorio. LXXXVI Por Hernani, Toulouse y Villafranca, Banda infinita por el monte Adrian, Pasa el rio, Hutin por puente el escondrijo Bayona entre todos Bichoro gritando. LXXXVII Muerte conspirada vendrà en pleno efecto, Carga conferida y viaje de muerte Electa, creada, plenamente por los suyos recibida, Sangre de inocencia ante la fe por remordimiento. LXXXVIII A Cerdefia un noble Rey llegarà, Que sélo tendrà el Reino por tres afios, Muchos colores consigo reunirà, El mismo diligenciero habiendo perdido el suefio. LXXXIX Por no caer en manos de su tio, Que para reinar asesinò a sus hijos, Rogando al pueblo, puso el pie sobre Pelunculo, Muerto y arrastrado entre caballos bardados. XC Cuando uno de los cruzados se halla con el sentido turbado En lugar sagrado se verà un buey cornudo Por virgen cerdo su lugar, después, serà colmado, Ninguna orden del Rey ya no serà cumplida. XCI Se agitan los campos de las regiones del Rodano Donde los cruzados seràn casi unidos, Los dos ejércitos se encontraràn, Y un gran numero por el diluvio seràn castigados. XCII Lejos fuera del reino en viaje peligroso Un grande para si lo ocuparà, El Rey tendrà como rehén a uno de los suyos, Y cuando vuelva todo el pais saquearà. XCIII Siete meses y no màs durarà su prelatura Por su muerte gran cisma harà nacer: Siete meses tendrà otro el sacerdocio, Cerca de Venecia paz uniòn renacer. XCIV — Ante el lago donde el màs caro fue echado De siete meses, y su huésped derrotado Seràn los Ilispanos vencidos por los Albaneses, A causa de traicién en el conflicto. XCV El seductor serà puesto en la fosa, Y atado durante cierto tiempo, El clero unido, el jefe con su bàculo Picante diestra acogerà a los contentos. XCVI La Sinagoga estéril sin ningùn fruto Serà recibida aùn entre los infieles De Babilonia la hija del perseguido Misera y triste le cortarà las alas. XCVII En la desembocadura del Var cambiar el Pempotam, Cerca de la orilla los tres bellos nifios recién nacidos, Ruina al pueblo por edad competente Reino en el pais cambiar, luego verlo crecido. XCVIII Sangre de la gente de Iglesia serà derramada, Como agua en extraordinaria abundancia Y por largo tiempo no serà restafiada Se verà la ruina y el dolor del clero. XCIX Por el poder de los tres Reyes temporales, A otro lugar serà transferida la Santa sede: Donde la substancia del espiritu corpéreo, Serà repuesta y y recibida por verdadera sede. c Por la abundancia de las armas propagadas De arriba abajo, por lo bajo arriba, Demasiada gran fe por juego de vida perdida, Morir de sed por abundante defecto. CENTURIA IX I En la casa del traductor de Bourc Seran encontradas las cartas sobre la mesa, Tuerto, pelirrojo, blanco, canoso, el curso aguantarà, Quien cambiarà al nuevo Condestable. Il Desde lo alto del monte Aventino voz oida, iFuera! jMarcharos! por entrambas partes, De la sangre de los rojos la ira serà saciada, De Rimini Prato, Columna socavada. Ill La vaca magna en Ravena, gran turbaciòn, Conducidos por quince encerrados en Fornase: En Roma dos monstruos de doble cabeza naceràn Sangre, fuego, diluvio, los màs grandes en el espacio. IV Al afio siguiente descubiertos por diluvio, Dos jefes elegidos, el primero no resistirà De huir sombra para uno de ellos el refugio, Saquear casilla el que màs aguantarà. Vv Tercer dedo del pie al primero parecerà A un nuevo Monarca de bajo alto, Que Pisa y Lucca Tirano ocuparà Del precedente corregir el defecto. VI Por la Guyena infinidad de Ingleses Ocuparan en nombre de Angloaquitania, XXIX. Cuando aquel que a nadie concede tregua, Abandonar quiera lugar tornado-no-tornado: Fuego nave por sangres, yermo en Charlieu, Seràn Quintin y Balez de nuevo ocupados. XXX. En el puerto de Pola y de San Nicolàs, Peligro Normando en el golfo Fanàtico, Cap. de Bizancio rutas, jay!, gritar, Socorros de Gaddes y del gran filipico. XXXI El temblor de tierra en Mortara, Cassich San Jorge medio derruido: Paz amodorrada, despertarà la guerra, Dentro del templo en Pascua abismos hundidos. XXXII De fino pérfido profundo filén hallado, Bajo la lastra escritos capitolinos: Huesos pelos arrancados Romano fuerza probada, Flota agitar en el puerto de Metelino. XXXIII Hércules Rey de Roma y Dinamarca, De Galia tres Guibn cognominado, Temblar Italia y la ola de San Marcos, Primero sobre todos monarca rénombrado. XXXIV Sélo el par marido serà mitrado, Retomo conflicto pasarà por la teja: Por quinientos un traidor serà titulado, Narbén y Saulce por cuartillos tenemos aceite. XXXV La Ferdinand rubia serà escoltada, Dejar la flor, sordidez el Macedòn: En la gran necesidad errarà el camino, E irà contra el Mirmidén. XXXVI Un gran Rey cogido entre las manos de un loyne, No lejos de Pascua confusiòn cuchillada: Prisioneros perpetuos tiempo que rayo en la inquina, Cuando tres hermanos se hieran y homicidio. XXXVII Puente y molinos en Diciembre derribados, Tan alto subirà el Garona: Muros, edificio, Toulouse abatidos, Que nadie encontrarà su lugar ni la matrona. XXXVIIILa entrada de Blaye por Rochela y el Inglés, Pasarà mas allà el gran Emaciano, No lejos de Agen esperarà el Galés Socorro Narbona defraudada por el coloquio. XXXIX. En Arbissel a Veront y Carcari, De noche llevado por Savona capturar, El avispado Gascòn Turby, y la Scerry Detràs del muro viejo y nuevo palacio afectar. XL Cerca de Quintin, en el bosque espeso, En la Abadia estaran Flamencos atrincherados: Los dos hermanos menores, de golpes medio aturdidos, En seguida oprimidos y guardias todos comprados. XLI El gran Chirén se apoderarà de Avifiòn, De Roma cartas en miel mezcladas de amargura, Carta embajada partir de Chanifiòn, Carpentras tornado por duque negro de roja pluma. XLII De Barcelona, de Génova y Venecia, De la Sicilia peste Monet unidos: Contra la Barbara armada apuntarà, Barbaro empujado muy lejos hasta Tunez. XLIII Préximo a descender el ejército Crucifero Serà acechado por los Ismaelitas, Por todas partes batidos por nave Raviera, Pronto por diez galeras selectas asaltados. XLIV Migrad, migrad de Ginebra todos, Saturno de oro en hierro se trocarà, El contra Raypoz exterminarà a todos, Antes,del acontecer el cielo signos harà. XLV No se cansarà nunca de pedir, Gran Mendosus obtendrà su imperio Lejos de la corte exigirà, Piamonte, Picardia, Paris, Tiròn el peor. XLVI Abandonad, huid de Toulouse los rojos, Del sacrificio haced reparaciòn, El caudillo del mar a la sombra de las calabaceras, Muerto estrangulado, came abominaciòn. XLVII Los subscritos de indigna liberaciòn, Y de la multa seràn contraavisados: Cambio monarca puesto en serio peligro, Encerrado en jaula se veràn cara a cara. XLVIII La gran ciudad de Océano maritimo Rodeada de almenas de cristal: En el solsticio de invierno y primavera, Serà tentada de viento aterrador. XLIX Gante y Bruselas marcharàn contra Amberes Senado de Londres condenaràn a muerte a su Rey, La sal y el vino le seran al revés, Para tener ellos el reino en desorden. L Mendosus pronto vendrà a su alto reino, Dejando un poco atràs a los Norlaris: El rojo palidece, el varòn en el interregno, El joven teme y espanto en Barbaris. LI LII LIII LIV LV Contra los rojos sectas se alinearàn, Fuego, agua, hierro soga para la paz se consumirà, AI punto de morir quienes hayan maquinado, Menos uno que màs que todo al mundo arruinarà. La paz se acerca por un lado, y la guerra Nunca fue la persecucién tan grande, Gemir, hombre, mujer, sangre inocente por tierra, Y esto serà de Francia por doquier. El joven Nerén en las tres chimeneas Harà lazos vivos por Gala echar, Feliz quien lejos esté de semejantes intrigas, Tres de su sangre le haran de muerte acechar. Llegarà al puerto de Corsibona, Cerca de Ravena, que saquearà la dama, En mar profundo legado de la Ulisbona Bajo piedra escondida raptaran setenta almas. iLa espantosa guerra que en Occidente se apresta! AI afio siguiente vendrà la pestilencia, Tan fuerte y horrible que ni j6venes, ni viejos, ni bestias, Sangre, fuego, Mercurio, Marte, Jupiter en Francia. LVI LVII LVIII Campo junto a Noudam pasarà Goussan ciudad, Y en Malotes dejarà su ensefia, Convertirà al instante a ms de mil, Buscando poner a las dos en argolla y cadena. En lugar de Drux un rey reposarà, Y buscarà ley cambiando de anatema, Mientras el cielo con tal fuerza tronarà, Nueva pérdida el rey se matarà a si mismo. Por el lado izquierdo hacia Vitry Seran acechados los tres rojos de Francia, Rojos todos muertos, pero el negro no, Por los bretones puesto a salvaguardia. LIX LX A la Ferté la Vidame tomarà Nicol tefiido de rojo que habia producido la vida, El gran Layla que tendrà renombre nacerà, Dando Borgofia a los Bretones por hastio. Conflicto Barbaro en la Corneta negra, Sangre derramada, temblar Dalmacia, Gran Ismael pondrà su promontorio, Ranes temblar, socorro desde Lusitania. LXI Pillaje hecho en la costa marina, Incita atado y padres Ilevados, Muchos de Malta por el hecho de Mesina, Estrechos cerrados seràn mal custodiados.