Características de las Células
Para comprender las características generales de las células, vamos a comenzar repasando tres conceptos importantes.
Todos los seres vivos están compuestos por células y productos celulares.
El funcionamiento de un organismo ya sea animal o vegetal es el resultado de la compleja interacción de las células que lo componen y las nuevas células sólo provienen de células preexistentes.
A partir de estos enunciados, consideramos a la célula como la unidad estructural y funcional de los seres vivos.
Existen tres tipos de células: las células procariotas, las células eucariotas animales y las células eucariotas vegetales.
Pero a pesar de esta clasificación, hay características básicas que son comunes a los tres tipos celulares.
Vamos a ver cada una de estas características.
La primera establece que las células son sistemas complejos en los cuales las estructuras y las organelas desempeñan funciones específicas que hacen
posible una organización coordinada y eficiente.
Se parte de una célula poco compleja como es la célula procariota que carece de núcleo celular y de organelas en su citoplasma, hasta llegar al desarrollo de células complejas con organelas y núcleo, que son las células eucariotas.
Las células se reproducen, todas las células han surgido de otra célula a través de un proceso de división celular.
Este proceso implica que previamente haya ocurrido la duplicación de todas las estructuras celulares y, por supuesto, también del material genético de la célula.
La células metabolizan, todas las células realizan una serie de reacciones bioquímicas que en su conjunto reciben el nombre de metabolismo.
Son transformaciones durante las cuales se construye materia y se almacena energía y en ese caso, hablamos de anabolismo pero también son reacciones en las cuales se degrada materia y se libera energía y en ese caso, nos referimos a estas reacciones como catabolismo.
Las células mantienen un equilibrio interno, todas las células tienden a mantener un equilibrio interno, también llamado homeostasis.
Esta capacidad de autorregulación le permite a la célula controlar ciertas situaciones, como por ejemplo, deshidrataciones o variaciones nutricionales.
Cuando se traspasan ciertos límites de tolerancia la autorregulación falla y aparecen lesiones que, según su gravedad, pueden llevar a la muerte celular.
La irritabilidad hace referencia a la capacidad de las células de responder a los cambios que se producen tanto en su medio interno como en el medio externo.
Todas las células elaboran de esta manera, respuestas que les permiten adaptarse y sobrevivir.
Por ejemplo, el movimiento es una forma de respuesta a estímulos que posibilita a células que tienen esa capacidad, como por ejemplo las bacterias que tienen flagelos y le permiten, de esta manera, desplazarse y encontrar mejores condiciones para su existencia.
Por último, las células evolucionan, todas las especies van cambiando a lo largo del tiempo y originando nuevas especies.
Las adaptaciones que las células han adquirido genéticamente les permiten sobrevivir en el medio en el cual existen.