Célula Procariota
Las células procariotas son los organismos celulares más pequeños.
Tienen una rápida reproducción celular y pueden sobrevivir en condiciones aeróbicas y anaeróbicas, dependiendo las especies.
Las células procariotas más estudiadas a lo largo de los años han sido las bacterias y entre ellas, la Escherichia coli.
Son células poco complejas internamente no poseen un núcleo definido, sino que el material genético está en el citoplasma, en una zona llamada nucleóide sin una envoltura nuclear verdadera.
Respecto a la composición química, el 70% de la célula procariota es agua.
Contiene biomoléculas como son los glúcidos dentro de ellos, el más abundante es el glucógeno, lípidos proteínas y ácidos nucleicos y además otras macromoléculas, siendo las más importantes los lipopolisacáridos y el peptidoglucano.
Respecto a su tamaño, por lo general siempre pequeño dependiendo de la especie.
Hay bacterias que miden 0.2 micrómetros hasta bacterias mucho más grandes, también llamada gigantes, que puede medir 0.5 milímetros.
El tamaño pequeño condiciona que tengan una alta tasa de crecimiento.
Según su forma se pueden clasificar en cocos con forma esférica, bacilos con forma de bastones, espirilos forma de espiral y vibriones en forma de coma.
Hablando de su reproducción, es importante saber que se multiplican por un proceso llamado fisión binaria y luego se separan.
Si la células hijas permanecen unidas entre sí, formarán diplococos cuando tienen forma esférica o diplobacilos cuando tienen forma alargada.
En esta imagen, podemos ver la estructura de una célula procariota con todos sus componentes que iremos desarrollando a lo largo de la clase.
Vemos una estructura llamada flagelo que se desprende de la cápsula, que es la estructura
más externa y pequeñas prolongaciones llamadas fimbrias.
Por dentro de la cápsula se encuentra la pared celular y por dentro de ella, en contacto con el citoplasma, la membrana plasmática.
En el citoplasma encontramos ribosomas, el ADN circular en una zona llamada nucleoide.
Vamos a comenzar con la cápsula.
Como ya mencionamos es la estructura más superficial y está formada por acumulación de material mucoso viscoso ubicado por fuera de la pared celular.
Este material está constituido químicamente por polisacáridos y polipéptidos.
La cápsula puede ser rígida, flexible o integral.
Se las llama integral cuando está íntimamente asociada con la pared celular.
Las principales funciones de la cápsula es conferirle a la bacteria el poder adherirse a otras células o a sustratos inertes como por ejemplo, la adhesión a distintos epitelios como el epitelio digestivo de parte de las bacterias que forman la flora intestinal.
Otra función de la cápsula es funcionar como un factor de reconocimiento entre bacterias.
Los flagelos son extensiones largas y delgadas formadas por una proteína tubular llamada flagelina.
Algunas especies presentan flagelos distribuidos en toda la superficie de la célula, mientras que otras poseen varios flagelos en forma de penacho en un único polo celular.
La principal función del flagelo es conferirle a la bacteria la capacidad de movimiento y desplazamiento.
La fimbrias son varillas cilíndricas rígidas también llamadas pelos, que le permiten a la célula la adhesión a otras bacterias o a una fuente alimenticia.
Respecto a la pared celular, rodea la membrana plasmática y una característica importante es que es porosa por ende, permite el paso de distintas sustancias.
Puede ser rígido o flexible e inclusive en algunos procariotas puede estar ausente, como la bacteria llamada mycoplasma.
La pared celular está formada por peptidoglucano, en mayor o menor proporción, y por lípidos.
Sus funciones son funcionar como una barrera protectora y en el caso de las bacterias, también interviene en su patogenicidad.
La membrana plasmática se ubica por dentro de la pared celular rodeando al citoplasma.
Está formada por una bicapa lipídica más sus proteínas asociadas.
Las bacterias aeróbicas poseen moléculas en su membrana que cumplen una función similar a la membrana interna de las mitocondrias, es decir, participan en la respiración celular, mientras que en bacterias fotosintéticas la membrana contiene pigmentos que le permitan realizar la fotosíntesis.
Además, la membrana plasmática puede contener pliegues y prolongaciones hacia el interior de la célula que aumentan su superficie.
Algunas de estas prolongaciones, llamadas mesosomas actúan durante el proceso de división celular.
El ADN está constituido por una sola molécula circular asociada proteínas no histónicas llamada cromosoma.
Esta molécula se duplica antes de la división celular y cada uno de los cromosomas hijos se une a un punto distinto de la membrana celular que al alargarse se permite la separación de los cromosomas.
Cuando la célula crece, la membrana celular se invagina y se forma de esta manera, una nueva pared que separa a las dos células hijas.
Este proceso de división celular se conoce con el nombre de fisión binaria.
La zona del citoplasma donde se encuentra el ADN sin una envoltura nuclear verdadera, se llama nucleoide.
Además, las bacterias poseen pequeñas cantidades de material genético llamados plásmidos.
Son circulares y autorreplicantes.
Esto significa que se replican de forma independiente del cromosoma bacteriano y muchas veces contienen genes que le confieren a la bacteria resistencia a determinados antibióticos.
Son los llamados plásmidos R, por la resistencia a los antibióticos que le confieren a la bacteria.
Por último, el citoplasma en las células procariotas no está compartimentalizado, es decir, no posee organelas limitadas por membrana, pero si presenta numerosos ribosomas.
Son más pequeños de tamaño que los ribosomas eucariotas y es donde ocurre la síntesis de proteínas.
Estos ribosomas se agrupan formando complejos llamados polirribosomas.